Jorge Ceballos
¡La justicia tarda, pero llega! Así le ocurrió a José Eduardo “Cuco” Rovirosa Ramírez, ex alcalde de Macuspana, quien, a pesar de tener sus tres cuentas públicas reprobadas, se mofaba de la actuación del Congreso del Estado y del mismo Órgano Superior de Fiscalización, creyendo que jamás lo vestirían de rayas. Pero se equivocó. Ayer amaneció en el Creset de Villahermosa, luego de ser capturado por agentes de la Fiscalía General del Estado.
La imputación que le realizan al defenestrado ex alcalde es hasta cierto punto risible. Lo encarcelaron por irregularidades financieras por el orden de un millón 800 mil pesos, sin embargo, existe información que son cerca de 500 millones los que andan volando.
Cuco Rovirosa es un cuadro político folclórico, de esa vieja guardia de priistas que en el siglo pasado hasta de cabeza se ponían con tal de permanecer pegados a la teta presupuestal, su primera oportunidad de gobernar Macuspana fue de 2000 a 2003, el gobierno lo convirtió a como su vida propia: un circo, pero en aquellos lejanos años, salió avante, sin contratiempos.
En 2015 la vida le dio la oportunidad de volver a ser alcalde de Macuspana, justo en el último tramo de la administración de Arturo Núñez Jiménez. De sus despilfarros, todo mundo hablaba: tiraba el dinero en banalidades, gobernaba desde las calles y desde las redes sociales, siempre haciendo gala de una salud mental que rayaba en la afectación.
Las protestas en su contra las acallaba con dinero público; repartía los recursos que llegaban a las arcas con quien se le atravesaba: hoy paga esas irregularidades en la frialdad de las oficinas del Creset, porque hasta ayer no lo habían bajado con la población en general.
José Eduardo Rovirosa Ramírez, jamás pensó que el brazo de la ley lo alcanzara, su actitud de hacerse el gracioso y a veces pasar como enfermo mental lo llevaba a ser retador con el poder gubernamental, hoy lo está pagando con creces, porque prisión es prisión aquí y en cualquier parte del mundo.
Con Cuco Rovirosa no pagarán aquellos que disfrutaron de sus días de gloria, a aquellos que se beneficiaron con su desastrosa administración hoy gozan de algo que él carece: la libertad.
Ahora habrá que esperar si llega el tiempo de escucharlo arengar lo siguiente: viva el hombre que, por primera ocasión, en esta prisión da el grito de Independencia, como cuando en 2016 arengó un viva en su honor desde el balcón de Macuspana con motivo del primer grito de Independencia en su segundo mandato.
La situación que vive Rovirosa Ramírez debería de poner a temblar a varios ex alcaldes y funcionarios de la administración de Arturo Núñez, quienes se pasean locos de contento con su cargamento de recursos públicos obtenidos del poder gubernamental.
Es momento que este gobierno emanado de Morena comience a castigar los excesos de algunos que los recursos públicos los utilizaron como un bien de su propiedad. La caída en prisión de Cuco debe ser tomado como ejemplo para aquellos que hoy son grandes potentados por su paso por cualquier posición política.
Nadie que haya hecho mal uso del dinero de los tabasqueños, puede estar gozando de impunidad porque esa fue una promesa de campaña, con los depredadores del presupuesto no debe haber una política de abrazos, no balazos, se les debe aplicar la ley, por muy tardía que esta parezca.