La posición de presidente municipal de Centro ha generado a lo largo de muchos años una pléyade de nuevos millonarios, quienes luego de ocupar el despacho principal del vetusto edificio de Tabasco 2000 han obtenido fortunas incalculables a costa de la ciudadanía que se entera, por radio pasillo, de las descomunales cifras que se manejan anualmente en el ayuntamiento, porque de mejoramiento a la ciudad y comunidades, eso simplemente no ocurre.
Desde 2009, año en que despachó por última ocasión como alcalde un miembro del otrora poderoso PRI, el ayuntamiento de Centro ha sido víctima de la opacidad y rapacidad de personajes que llegan pensando en adquirir deuda pública que heredan a sus sucesores y que, -adivinó- son impagables.
Ayer se cumplieron siete meses desde que Yolanda Osuna Huerta asumió el cargo de presidente municipal de la capital de Tabasco, apenas un mes después de protestar como la autoridad solicitó una renegociación de la deuda que mantenía el ayuntamiento; esto lo realizó con una institución bancaria y el aval del Congreso del Estado.
Cada año el ayuntamiento de Centro recibe recursos superiores a los tres mil millones de pesos, sin embargo, esa cantidad a quienes ocupan la titularidad de la presidencia municipal les resulta insuficientes, lo lamentable es que tienen que recurrir al endeudamiento público.
De acuerdo a la información que proporciona el Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones Inscritos, con corte al mes de abril de este año, el ayuntamiento registra pasivos por 252 millones 308 mil 23 pesos por dos créditos simples contratados con BBVA Bancomer.
A esto se suman 102 millones 366 mil pesos que el municipio no ha pagado por laudos laborales a ex trabajadores.
Esto llevó a que recientemente los partidos de oposición pidieran la comparecencia de la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta ante la máxima tribuna del pueblo, para que explique en qué se gastan los tres mil millones de pesos que su administración recibe de presupuesto anual y por qué, en vez de disminuir la deuda, esta se incrementa.
Uno de los problemas que los alcaldes soslayan en los 17 municipios es la liquidación de laudos laborales, y, algunos, le hacen como la alcaldesa de Cárdenas María Esther Zapata Zapata, quien de manera maliciosa presiona a los trabajadores para que desistan.
El no pagar lo que las autoridades laborales han fallado le puede costar a Yolanda Osuna hasta el cargo, como ya pasó en Paraíso, donde el ex presidente municipal Bernardo Barradas Ruiz fue destituido por desacato de una sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En fin, el caso es que el municipio de Centro ha sido endeudado por las administraciones priistas a lo largo de la historia, pero los gobiernos de izquierda encabezados por los perredistas Humberto de los Santos Bertruy, Francisco Peralta Burelo, Gerardo Gaudiano Rovirosa, y los morenistas de Evaristo Hernández Cruz y Yolanda Osuna Huerta, no solo han esquivado su responsabilidad de solventarlo, sino que también han recurrido a nuevos financiamientos que se han convertido en deudas impagables.
Osuna Huerta, en siete meses de gobierno, no ha pagado un solo peso en laudos, no ha restado los pasivos, tampoco se ha visto que impacte la obra pública en el municipio de Centro (que por cierto en la ciudad de Villahermosa es un caos), y no se sabe a dónde van a parar los recursos del presupuesto público.