Tabasco sigue sin poder salir de la crisis financiera y de los adeudos con proveedores que arrastran desde el año 2005, y que se acrecentaron durante los gobiernos de Andrés Granier Melo y Arturo Núñez Jiménez. Han transcurrido tres años y cinco meses desde la llegada al poder de un representante de Morena y la situación de deuda sigue en las mismas condiciones.
Cientos de empresarios aún esperan se les resuelvan los pagos pendientes que el gobierno de Tabasco mantiene con ellos y que alcanza un total de mil 129 millones de pesos, deudas que abarcan de 2005 al 2015.
La Secretaría de Finanzas estatal, ha reportado deudas a corto plazo por un total de seis mil 500 millones 603 mil pesos, de ese gran total el 24.43 por ciento corresponde a pagos a proveedores de algún servicio en favor de la administración pública.
El endeudamiento que mantiene la administración tabasqueña con empresarios ya es añejo, sin embargo, ningún gobernante puede por decreto eximir al gobierno de pagar por los servicios que se le brindaron.
En este sentido no importa el color o sabor de quien esté al frente del Poder Ejecutivo, tienen la obligación de cubrir las deudas contraídas porque quien contrae la deuda es el ente público al que representan, no la persona física que despacha en Palacio de Gobierno.
Del total de la deuda que arrastra Tabasco, 458 millones de pesos son por compromisos que asumió el actual gobierno del Estado, esto quiere decir que de la misma forma que sus antecesores a la administración morenista le está dando igual pagar o no a los proveedores, algo que por donde se le vea es irresponsable.
Si bien es cierto la cantidad de la deuda actual a proveedores es mínima comparada con las administraciones de Andrés Granier Melo y Arturo Núñez Jiménez, existe muchas preguntas en torno a ello ¿por qué si hay un manejo transparente de los recursos públicos, no se han saldado esos pasivos propios?
Si es una práctica dilatoria el ir dejando transcurrir el tiempo para aplicarle la aburridora a los empresarios y proveedores, se está cometiendo un grave error, porque en un concurso o juicio mercantil el gobierno local puede salir perdiendo más por la irresponsabilidad de no querer pagar por un servicio prestado.
Si la ideología es en el sentido de que no es deuda de esta administración, de igual forma cometen un grave error, porque no son los gobernadores en turno quienes contraen el endeudamiento, es el ente público al que representan el responsable de destinar los recursos necesarios para ir sacando a Tabasco del atolladero en el que lo dejaron los malos gobernantes y administradores.
Se tiene que reconocer que los pasivos son añejos, y que, incluso en el sexenio de Arturo Núñez Jiménez existió una demanda que fue firmada por 115 proveedores, sin embargo, hasta ahora no se sabe que ocurrió, pero a como dejó la administración el perredista, lo más seguro es que esas acciones hayan pasado al archivo muerto.