Andrés Llanos
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@AndresLlanos71
México está convertido en el muro de contención de la migración centroamericana y del Caribe. El gobierno norteamericano sabe que su vecino, tiene una frontera sur porosa, por dónde ingresan y atraviesan el país, las caravanas de migrantes que pretenden establecerse en Estados Unidos. La frontera norte de México es un dolor de cabeza constante, para los gringos.
Por ello, la administración Biden está decidida a frenar a los migrantes y que permanezcan en México, utilizando cualquier estrategia, como la “doblada” que el ex presidente Trump asegura utilizó, para tener a la guardia nacional mexicana en la frontera común.
Cómo principal interesado, el gobierno estadounidense accedió a aportar dinero, para la estrategia en conjunto con el presidente López Obrador, consistente en la implementación de los programas sociales que son “el orgullo de don Andrés”; Sembrando vida y Jóvenes construyendo el futuro. A pesar de la corrupción que los rodea,
ésta es la más visible estrategia, para contrarrestar el flujo migratorio desde El Salvador, Honduras y Guatemala, principalmente.
Sin embargo, en la reciente gira por Centro América y el Caribe, AMLO reprochó que Estados Unidos, todavía no ha aportado lo que acordaron; como quien dijo que sí, pero no dijo cuándo.
El asunto es que, invadido por la euforia y los aires de libertador de las Américas, López Obrador sale a ofrecer la implementación de sus programas de gobierno, en Belice y Honduras, duplicar la inversión en El Salvador; en Guatemala, además, combatir la delincuencia ligada al tráfico de migrantes.
¿En este panorama, quien pone el dinero? López Obrador hace la talacha de los Estados Unidos? ¿Es iniciativa del mandatario “mirar al sur” o solo es el mensajero del imperio?
Al presidente le puede fascinar el placeo de su poder presidencial, rodeado de militares, buscar convertirse en el salvador de los pueblos de América Latina. Elevar su delirio por la revolución cubana, rascar el sueño libertador y unificador de Simón Bolívar.
Pero es necesario que aterricé, a la realidad de un país de 66 millones de pobres, convertido en polvorín de la delincuencia, con graves problemas económicos, de salud, educación y por supuesto migratorios.
Es ilógico que el presidente salga a dilapidar el dinero de los contribuyentes mexicanos, como tampoco es pertinente, el reclamo a Estados Unidos, dónde el presidente no se manda solo y son cuidadosos en sus decisiones de gobierno.
Ojalá que los sueños de libertador del siglo XXI, no traigan más problemas a México, dónde pareciera que hay un presidente rico con pueblo pobre. Sobrado de moral, para fustigar al presidente Joe Biden.
Por lo pronto, en Tabasco el problema migratorio requiere de urgente atención, con características de relaciones diplomáticas y acciones contundentes y no, como ha venido ocurriendo, con funcionarios de nula capacidad y conocimiento del problema.
Visión 1 Quien lo diría, que el pueblo organizarla la elección de Delegados legítimos, obligados por las circunstancias de una imposición, que ataca a la democracia participativa en su expresión más elemental, las colonias, villas y poblados.