Por @FelipeEladioMx
Decir que las fuerzas armadas, que el gobierno federal está cuidando también a los miembros de la delincuencia organizada, fue, por decirlo amablemente una metida de mata del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las reacciones no se han hecho esperar, los señalamientos descalificando tal discurso viene de adentro y de fuera del país. Conociendo al Jefe del Ejecutivo, de lo que debe estar muy, pero muy preocupado, es si esta imprudencia le va a costar que baje la percepción de él en los sondeos de semana con semana que se manda a hacer para presumir que él es el más bello de los Presidentes del mundo mundial. Vayamos.
ENTREMOS AL LABERINTO
El pasado 12 de mayo el Presidente sorprendió a propios y extraños, al confesar en su “mañanera” que las fuerzas armadas tenían la obligación de cuidar la vida de los delincuentes; ésta aseveración la realizó un día después de que circulara un video en donde se apreciaba a un Convoy de las Fuerzas Armadas huyendo de una persecución que les realizaban grupos de la delincuencia organizada. Como era previsible, las reacciones no se hicieron esperar, líderes de la Oposición condenaron sus dichos, y en el extranjero conductores de medios de comunicación hicieron con el Presidente un verdadero linchamiento público. La opinión pública le echa en cara a Andrés Manuel López Obrador, que diga que su instrucción a las fuerzas responsables de la seguridad pública, sea el no tocarlos, el no confrontarlos, el no perseguirlos, y menos causarles algún daño a su humanidad, mientras en el país se vive un luto nacional interminable por el asesinato de más de 120,000 (ciento veintemil) civiles a manos del Crimen Organizado. Por si fuera poco, y fiel a su previsible conducta, el Presidente reiteró al día siguiente, que de ninguna manera su dicho (confesión) era producto de un desliz, que él seguía sosteniendo su dicho, reiterando que es su forma de pensar y de actuar.
OSCURO PASADIZO
Apenas la semana pasada les escribía que “el único que pueden derrotar a amlo, es el propio amlo”, y como pueden ver no nos equivocamos, somos tabasqueños, lo conocemos, hemos sido testigos de sus múltiples derrotas y triunfos; ese tipo de balazos en los píes son comunes, y mientras vaya transcurriendo el sexenio las cosas irán empeorando; ante la falta real de resultados, y al darse cuenta que ya el muy bien diseñado y orquestado “discurso de la mentira” resulte insuficiente para mantener el control y su popularidad, se va a desesperar, se va poner loco, dará manotazos, correrá a varios, y lo que quede será muy poco. Me gustaría, como mexicano, como tabasqueño, como ser humano, decirles, darles una esperanza de que las cosas van a cambiar, pero aunque en el fondo lo anhelo, no estoy aquí para escribirles fantasías, dibujarles mundos y finales felices, eso lo puede encontrar en otras plumas, en otros medios de comunicación, donde abundan comunicadores rastreros, convenencieros, no aquí.
PASADIZO CHOCO
La encuesta del periódico nacional, el Financiero, provocó caras muy alargadas en Tabasco; la razón, ubicó al paisano Adán Augusto en el último lugar, en un lejano cuarto lugar de entre cuatro personajes; si bien es cierto se ve en el cuarto lugar, la verdad es que rellenaron la encuesta colocando a las grises de Tatiana Clouthier y a una tal Rosa Isela, damas que ni han dicho que van por la candidatura presidencial, y aún así a Tatiana la colocaron con un 5% al igual que al poderoso Secretario de Gobernación; si fuera un medio de comunicación abiertamente contrario a las políticas de la “Cuarta Transformación”, hasta me atrevería a decir que lo hicieron de burla, pero la realidad es la realidad.
EL ATAJO
La lucha no es trampa, y todos los esfuerzos deben ser tomados en cuenta; es verdad, hay quienes creen que por ser Negros estamos condenados a ser esclavos, nada más falso, esas luchas quedaron superadas hace siglos. Es verdad también que hay quienes ven en ser lacayos la única oportunidad de regresar a la política del pillaje. Ternuritas.
LA SALIDA
Que tenga hoy el mejor de los martes; nos procuramos mañana. Dios me los bendiga a todos.