Los médicos mexicanos que aspiren a una plaza en el gobierno federal tendrán que aceptar la condicionante de ir a brindar sus servicios a las zonas rurales, así, sin más ni más lo dio a conocer Andrés Manuel López Obrador, quien en uno más de sus discursos de ocurrencias dejó entrever que no dará marcha atrás a su intento de contratar a profesionales cubanos.
El presidente da muestras, una vez más, que en el país solo sus chicharrones truenan; poco le ha importado el descontento que generó entre la comunidad médica por su ofrecimiento de contratar a 500 médicos cubanos que vengan a nuestro país a ocupar una fuente laboral que tanta falta le hace a nuestros connacionales.
El mandatario federal expuso que su decisión está basada en un muestreo de los médicos mexicanos y su negativa de prestar atención en zonas marginadas y rurales donde la atención de especialistas es necesaria.
Si esa encuesta la hicieron los mismos que le hacen los sondeos de opinión cuchareados que lo encumbran como el mejor presidente de México, y lo ubican en un alto nivel de popularidad, lógicamente la razón la tienen los médicos inconformes en nuestro país.
De hecho, integrantes de federaciones, asociaciones y colegios médicos de México alzaron inmediatamente la voz para protestar, porque tal atrevimiento de López Obrador fue considerado como una falta grave en contra de los profesionales de la salud.
Cómo puede ser posible que un hombre que siempre se pronunció porque en su estado, Tabasco, se contratara en el gobierno a profesionales nacidos en esa localidad, ahora, desde el más alto cargo político en el país se atreva a menospreciar a quienes se han formado en el pleno conocimiento de la idiosincrasia de la población.
Es decir, para que un doctor mexicano se pueda graduar tiene que dar su servicio en comunidades rurales, se queman las pestañas para estudiar y ser avalados por las universidades de la república mexicana, pero no, al señor López Obrador eso no le interesa, solo quiere ayudar, con el dinero del presupuesto público, a gobernantes de países oprimidos por sendas dictaduras.
De toda la información que ha circulado en diferentes medios y redes sociales se sabe que un médico mexicano gana entre 16 y 20 mil pesos mensuales, los que tienen empleo, porque hay alrededor de 50 mil que no encuentran una plaza en ninguna parte, pero los procedentes de la isla de Cuba tendrían un salario de 140 mil pesos. ¿Será eso justo?
Así como esta “extraordinaria propuesta” está también la de respetar a los delincuentes, la cual más que ser humanista delata el miedo que este gobierno le tiene a los criminales porque “mueren a hierro, pero también matan a hierro”, mientras que a los ciudadanos de bien los policías los pueden agredir, privar de la libertad y encarcelarnos sin problema, aunque no hayan cometido delitos.
Esa es la característica de este gobierno, ser candil de la calle y oscuridad de su casa. Por esa razón también quiere afiliar a 25 mil guatemaltecos al Instituto Mexicano del Seguro Social, donde los trabajadores que aportan sus cuotas son mal atendidos y se les niegan los medicamentos. Definitivamente las acciones de López Obrador son totalmente incongruentes con el sermón mañanero de todos los días.