Eugenio Hernández Sasso
Sin querer, Fernando Mayans Canabal, director del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) sacó a relucir la corrupción que existe en el gobierno de Morena, iniciado por Adán Augusto López Hernández y que prosigue Carlos Manuel Merino Campos.
Al enviar un “mensaje” a los trabajadores del Colegio de Bachilleres de Tabasco (Cobatab) para que paguen los 55 millones que le deben al Instituto, “en lugar de andar grillando y haciendo marchas”, al funcionario de la 4T le salió el tiro por la culata.
Inmediatamente después le respondió el director del subsistema educativo, Erasmo Martínez Rodríguez, que la millonada de pesos que no aparece no es porque ellos no lo hayan liquidado, sino porque el gobierno no ha hecho las aportaciones correspondientes que le competen como patrón.
Aquí es donde empieza el hilo de la madeja, porque el dinero que usa el ISSET no es del presupuesto público, es de las cuotas que pagan, quincena tras quincena, alrededor de 50 mil burócratas estatales; entonces, ¿quién tiene esos 55 millones de pesos?
Habría qué auditar a la Secretaría de Finanzas que dirige Said Mena Oropeza para saber qué está pasando con los sagrados recursos de los trabajadores. Es más, el Congreso del Estado debería solicitar su comparecencia para aclarar el asunto de forma inmediata.
El gobierno del estado no hace excepciones para descontar las cuotas del salario a quienes le prestan su servicio, ni les da prórrogas. En el sobre de pago viene quincenalmente el descuento que, multiplicado por toda la burocracia, hacen una suma multimillonaria, como la del Cobatab, por ejemplo. A los empleados no les preguntan ¿vas a dar tu aportación en esta quincena? ¡no! A ellos les descuentan por default, y el dinero lo recolecta la Secretaría de Finanzas del gobierno del estado; entonces que diga Said Mena ¿quién se ha quedado con esos recursos?
¿Quién está jineteando la lana? ¿Por qué no han pagado si es dinero ajeno? Por eso es que el ISSET está en una “situación crítica”.
Así como en la Secretaría de Finanzas se hacen los desentendidos, también en los municipios pasa. Escuchamos hace unos días al presidente municipal de Jonuta, Eric Garrido, decir que su antecesor Tito Filigrana Castro le dejó un adeudo de 18 millones de pesos en ese rubro.
Así desfalcan muchos las finanzas públicas y defraudan a los trabajadores, pero, insisto, por qué no se audita a los gobernantes que cada día se enriquecen más sin saber de dónde proviene su fortuna.
Muchos, como decía el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando todavía no le había salido carne al hueso, cuando defendía al pueblo, llegan con una mano atrás y otra adelante y en tres o seis años forman parte de las nuevas camadas de ricos del estado.
Por esa razón es que Erasmo Martínez le dijo a Fernando Mayans que no se haga como que la virgen le habla, pues “él sabe perfectamente cómo funcionan las aportaciones patronales, pero se hace, se hace…”
Cómo no va a saber dónde está el dinero si en la junta de gobierno que maneja el ISSET el presidente es el secretario de Finanzas, Said Mena Oropeza.
Por eso cuando Mayans Canabal señala: “yo no soy mago”, pues a lo mejor no lo sea, pero de que es cofrade de quienes desaparecen todo, es innegable.