“Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos”
Efesios 5:15-16
Alfredo A. Calderón Cámara
alfredocalderon1960@gmail.com
La llamada “Ley Dedazo” le da y dará muchos dolores de cabeza a la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta, quien se refugia en el discurso que las protestas son un asunto político; claro que el asunto es político, en Centro y Tabasco cada ciudadano respira y suda política. No se puede culpar a la alcaldesa de aplicar los ordenamientos jurídicos ya establecidos; de lo que sí tiene responsabilidad es de no saber usar debidamente las herramientas de la política, de cerrar los caminos del diálogo y no tener la diplomacia de sentarse para encontrar una salida donde todos puedan caminar en acuerdos.
Los discursos de la alcaldesa osuna Huerta son hasta el momento sólo eso: palabras secas, huecas y vacías que no tienen sustento en la práctica. No logra comprender, porque no lo vive ni lo ha vivido que la democracia tiene en el ciudadano el sujeto fundamental de su esencia; porque el ciudadano es el sustento original, el actor central y el destinatario final de todo régimen democrático en el cual se desenvuelve, esas teorías de política no son entendibles para Yolanda Osuna, porque ella sabe que siempre ha sido demócrata de ocasión.
Derivado de la tentativa de los lugareños de Tamulté de las Sábanas de cerrar la carretera federal Villahermosa-Frontera, en una franca inconformidad ante el unilateral nombramiento de un delegado municipal que nadie quiere ni desea en la comunidad; la respuesta oficial fue el arribo de cientos de policías estatales listos para la represión, lo cual fue inaceptable para los ciudadanos de esas rancherías, policías listos y dispuestos a darle con todo a los lugareños, lo cual únicamente agravó el problema.
Al parecer nadie ayuda a la alcaldesa en el arte de gobierno, sus asesores no logran captar la atención de la alcaldesa que entienda que para los ciudadanos de Tamulté de las Sábanas y rancherías cercanas el nombramiento del delegado municipal choca de frente contra el usos y costumbres de la comunidad chontal, abrir las vías de la comunicación es vital, la comunicación desempeña una función de especial trascendencia en todo proceso político donde deben oírse todas las voces, no el aburrido y unilateral monologo oficial que cierra todo acceso al diálogo.
Las promesas de campaña de Osuna Huerta de mantener una convivencia democrática con la gente van camino al limbo, no se quiere meditar en el hecho que para que exista una convivencia democrática real se requiere de un intenso diálogo social, no decenas o centenas de antimotines listos para repartir garrotazos y rajar cabezas de ancianos y mujeres indígenas; entiéndase, el diálogo se vuelve requisito indispensable, establecer una comunicación constante, fluida, veraz y oportuna entre gobernantes y gobernados. Osuna Huerta cerró la puerta y nada de eso hay.
La alcaldesa puede decir que los beneficios sociales para Tamulté de las Sábanas seguirán inalterables ¿Alguien de los chontales le cree después de mirar los amenazantes garrotes de los antimotines? El mayor problema del gobierno morenista de Centro es la intolerancia e intransigencia en que vive. No entender que el diálogo cotidiano entre los actores políticos constituye un referente especial para la formación y recreación de la opinión pública de todas las comunidades chontales. Ese es un trabajo de los profesionales de la política y el diálogo; entiéndase, “lo que natura no da, Salamanca no lo presta”.
La democracia exige transparencia para su realización, las decisiones unilaterales impiden la integración de una voluntad colectiva, gobernar aislada desde la silla en las lujosas oficinas de Palacio Municipal le hace construir un gobierno endeble, débil y sin sustento social, le obliga a regresar a reactivar programas sociales hechos en los escritorios sin la querencia del pueblo y caminar en vías alternas con la sociedad.
En Tamulté de las Sábanas, otras colonias y comunidades -hasta el momento-, se encuentran entrampados los puntos de convergencia que puedan nutrir y enriquecer de ideas democráticas la enfermiza visión de una alcaldesa que cada día se aísla más, que en siete meses tiene un gobierno ajeno a los intereses colectivos, que la gran lección que todo esto le dejará es que ella no siente ni tiene idea de lo que sienten y piensan los de abajo; que quienes le dicen la verdad en su cara o piensan distinto no son sus enemigos, que su actitud sólo divide y polariza, que la lección más dura por aprender es que siempre hay que respetar la voz del pueblo
EL SEPTIMO SELLO
No se puede cuestionar a la alcaldesa por nombrar un delegado municipal acorde a sus intereses ya que la ley se lo permite; aunque moralmente es una aberración, lo que sí es severamente cuestionable es el contexto político en el cual se desenvuelve
LA SEPTIMA TROMPETA
Ella cómo gobernante debería entender que el ciudadano siempre politizado ejercerá de la mejor manera -según su propia opinión- sus libertades y manifestaciones, cumpliendo cabalmente lo que consideran sus derechos en la medida que toman decisiones basadas en las deformes teorías lopezobradoristas inoculadas desde hace décadas
LA SEPTIMA COPA
¿De qué acusa la alcaldesa Yolanda Osuna al colectivo? ¿De politizar la imposición de los delegados municipales? ¿De quién aprendieron? No puede la alcaldesa llamar democracia al hecho de haber nombrado a sus “delegados auxiliares”. A sus órdenes al teléfono 9931925625