“El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre”
Génesis 9:6
Alfredo A. Calderón Cámara
alfredocalderon1960@gmail.com
La política del presidente López Obrador en seguridad pública de “abrazos no balazos” ha fracasado. Nada de lo que diga o haga puede cambiar el hecho que desde el 13 de mayo superó en 19 homicidios dolosos o ejecuciones al ex presidente Felipe Calderón. Cada día en todo lo que resta de su sexenio, dos años seis meses, cada ejecución será un récord negativo que le gritará el fracaso que cómo presidente tuvo frente a la delincuencia organizada. Hasta ahora casi en todo lo lleva superado Calderón Hinojoza.
Al día de hoy, dos semanas después de haber superado el récord negativo, López Obrador y su fallido gobierno en seguridad pública y su lucha contra la delincuencia organizada, en 13 días lleva mil 341 ejecutados más que en todo el gobierno de Felipe Calderón ¿Con qué autoridad moral puede cuestionar López Obrador al gobierno de Calderón Hinojoza cuando él lleva más de mil homicidios dolosos más? Con Vicente Fox va más del doble 60 mil 280 contra las 121 mil 804 ejecuciones de López Obrador.
Con Ernesto Zedillo sólo lleva 41 mil 133 ejecuciones, con Carlos Salinas que tanto odia y es su razón de ser 45 mil 037 ejecuciones más el tiempo que todavía le falta gobernar; o sea, que todos los presidentes del periodo neo liberal hicieron un mejor papel en su guerra contra el narco que López Obrador; es evidente que los números y las estadísticas no mienten, que Pitágoras no está “tonto” y que él, no ha dado una buena, que las políticas públicas contra el narco de López Obrador tienen como consecuencias: muerte, destrucción de familias, llanto y desolación.
Ahora bien, la seguridad pública nacional es una demanda reiterada de la sociedad, quien debe ver por ella, otorgar protección de su integridad física y cuidado de su patrimonio; es precisamente el gobierno federal y allí es uno de los rubros donde López Obrador exhibe que a estas alturas del sexenio las estadísticas muestran y demuestran que es un gobierno fallido; sólo en el estado de Zacatecas más de 60 mil familias han huido hacia Aguascalientes aterrados y despojados por la delincuencia organizada.
No se trata nada más de los 121 mil 804 asesinados en la guerra del narco, o los más de cien mil desaparecidos que se acumulan en el país o los diez feminicidios de todos los días; se trata que la política de “abrazos, no balazos” lo que ha generado son decenas de pueblos fantasmas; el discurso de la ley como instrumento de cambio fue otra mentira y la aplicación de la ley ha sido usada para venganzas personales y persecución de adversarios políticos.
La geografía política del país se encuentra comprometida en algunos territorios donde ya ni siquiera entra la Marina ni las Fuerzas Armadas, menos una apanicada Guardia Nacional que de todo corren y sólo son valientes asesinando ciudadanos desarmados o jóvenes en sus autos; hasta ahí va en estos tiempos los saldos tan negativos de un presidente que dijo qué sí podía y no puede, que dijo que sabía y en los hechos ha demostrado que ni siquiera idea tiene de cómo hacerlo.
Tiempos son estos en los que López Obrador no entendió que “el poder no se comparte”, pero para mantenerse en el poder y que las elecciones sean gratas a Morena para hacerse de más gubernaturas, se siente feliz cuando la delincuencia organizada “se porta bien”; entiéndase, las elecciones que vienen tendrán la sombra de un gobierno de exterminio con 121 mil 804 homicidios.
EL SEPTIMO SELLO
La realidad compleja de Tabasco no es gobernable con disfunciones, inercias y rutinas que han llevado a que caduquen más de 110 mil cajas de medicamentos con un costo de 12 millones de pesos; generaron que el diputado federal Gerardo Gaudiano exija la renuncia de la dra. Guillermina Roldán Fernández al tiempo que dejo en claro: “Los medicamentos eran para diabéticos para tratamientos de covid-19, no puede ser que se hayan echado a perder y sin lugar a dudas la secretaria de salud debe renunciar”, además de pronunciarse por presentar las demandas penales obligadas para deslindar responsabilidades. Al fin alguien se atrevió.
LA SEPTIMA TROMPETA
Juan Antonio Ferrer Aguilar, director del INSABI es protagonista de otro escándalo más de la 4T por compra de casa millonaria: 5 millones de pesos le costó su “casita” el año pasado, es de suponerse que al igual que en el INFONAVIT “debe estarla pagando por renta”. Grave sin duda sería que le broten otros negocios, aunque con los contratos por asignación directa ya no se sabe dónde esta el “cuerno de la abundancia”. No tarda y Mexicanos Unidos Contra la Corrupción saca a tender ropa sucia al sol.
LA SEPTIMA COPA
“Que se vayan al carajo” es el grito de batalla de un enloquecido López Obrador, resulta innegable que los problemas del país ya lo tienen desquiciado y fuera de equilibrio; los sicarios que asesinan a diario -esos sí- deben ser cuidados como seres humanos, pero quienes tomaron la torre de PEMEX, esos que se vayan al carajo; o sea, el que por años y años hizo de la política de los plantones, que tomó Reforma y el Zócalo, ahora enloquece porque siguen su mal ejemplo ¿Quién lo entiende? A sus órdenes al teléfono 9931925625