En un estado como Tabasco, donde el sistema de salud carece de todo, el gobierno registró un subejercicio de 598 millones de pesos y no hay manera de que Carlos Manuel Merino Campos se preocupe por corregir las cosas.
Al gobernador le da lo mismo que la entidad esté inmersa en el caos total en todos los sectores, en los que tampoco se gastó lo que se tenía autorizado para el ejercicio fiscal correspondiente.
Su desinterés tal vez obedezca a que el pueblo no lo eligió sino más bien lo impuso el actual secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, con el aval del Poder Ejecutivo que tampoco representa al pueblo sino a los intereses de los poderosos en turno.
Pero hablemos específicamente del sector salud: en Tabasco se queja diariamente la población de que en los hospitales la atención es deficiente y los medicamentos e insumos escasean.
Los gobernantes ponen de pretexto, regularmente, que no hay recursos financieros para tal efecto, porque los conservadores del pasado acabaron con todo.
De repente, los sindicatos también hacen señalamientos que les adeudan cuotas que fueron descontadas a los trabajadores y se declaran defraudados, sin embargo, nadie hace nada para darles solución, aunque se escamotee el dinero de los trabajadores.
Hace apenas unos días se supo de un lote de 100 mil cajas de medicamentos caducados en un almacén de la Secretaría de Salud, equivalente a 15 millones de pesos y hasta el momento no ha pasado nada, a pesar de que mucha gente seguramente murió por falta de fármacos.
La titular de la dependencia, Silvia Guillermina Roldán Fernández, argumentó que las medicinas no pudieron distribuirse en los hospitales porque fueron adquiridas a principios de la pandemia, en la que, por cierto, fallecieron alrededor de 6 mil 250 personas.
En ese sector hay quejas en todas partes del estado y, reiteramos, el argumento siempre ha sido la falta de recursos por la corrupción del pasado, pero esa tesis se cae cuando vemos, por ejemplo, que hay medicamentos embodegados que no llegaron a los enfermos con cáncer y diabéticos por negligencia de quienes están a cargo del gobierno.
Una prueba más de que existe un crimen de lesa humanidad en el estado de Tabasco es los casi 600 millones de pesos no ejercidos en la Secretaría de Salud, de acuerdo al informe trimestral presentado por la Secretaría de Finanzas al Congreso del Estado.
Es totalmente inhumano que se tengan los recursos para comprar insumos y no se gasten en lo que el pueblo necesita. También lo es que haya insumos en las bodegas y no se repartan entre los enfermos que muchas veces mueren.
Podríamos considerar también como una crueldad que los diputados de la 64 Legislatura del Congreso del Estado tengan la información de los subejercicios en sus manos y no llamen a cuentas a Silvia Roldán Fernández, o, en el peor de los casos, pidan su destitución.
Que no se les olvide, sobre todo a la mayoría de Morena, que la gente votó por un cambio para bien, no para que las cosas siguieran igual que antes o para que fueran peor que antes.
Jorge Orlando Bracamonte Hernández, presidente de la Comisión de Salud, quien dice ser fiel a sus convicciones y estar consciente de que “ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”, debe hacer lo correspondiente. Es momento de demostrar que primero es el pueblo, además de no traicionarlo ni mentirle.