Por: Crystiam Estrada Sánchez
Actualmente y cada vez más mencionan los alumnos en las escuelas, los niños en sus casas, los adultos en las calles, que no les respetan sus derechos humanos, pero se les olvida que esos derechos implican obligaciones y responsabilidades.
De verdad que da pena escuchar a un hombre o mujer cuando los detiene un agente de tránsito, por pasarse un alto, ir hablando por el celular o cuando les pide sus documentos y estos están vencidos, dicen que están violentando sus derechos; me pregunto, ¿Cuáles derechos? Si como ciudadanos entre menos molestemos a los demás cuando manejamos un automóvil, es mejor; si cuando tenemos nuestros documentos en regla como todos los hacemos, es mejor; si cuando manejamos lo hacemos de manera cortes y correcta y sin usar el celular, es mejor.
Insisto, da pena ver personas adultas, jóvenes o adolescentes en las calles decir que sus derechos son violentados, pero no cumplen con sus obligaciones y eso viene de casa, se les hace fácil mentir y que se les perdone, se les hace fácil delinquir y no pasa nada, todo se les hace fácil, porque al niño o a la niña hay que entenderlo, tiene problemas y hay que ayudarlo, porque debemos comprender por lo que está pasando y hay que ser tolerantes.
No estoy de acuerdo, si el niño delinque, roba o miente, que se le sancione, porque de lo contrario se le hará común hacerlo y no solo en su casa, en la calle. Si él o la estudiante no entrega tareas, es flojo e irresponsable, que se le sancione, porque de lo contrario los que si estudian dirán que su esfuerzo no valió la pena, sobre todo porque al que no estudió lo acreditan. Si la señora o el señor infringió la ley que asuma la sanción, si en casa el hijo, la hija, la madre o el padre hacen las cosas mal, que sea sancionado o sancionada como debe ser. No podemos seguir permitiendo malas acciones en casa, para que estás no sean comunes en la calle y cuando llegue el momento de aplicarlas se busquen excusas como los derechos humanos.
Basta ya de buscar pretextos, de verdad que damos pena cuando nos exigen cumplir y buscamos pretextos como nuestros derechos y no vemos que hemos infringido la ley.
Cuando aprendamos a respetar a los demás, el medio ambiente y todo lo que nos rodea, sin alterar el orden de las cosas y de los demás, sin infringir las leyes, entonces, podremos exigir y luchar por nuestros derechos, mismos que si tenemos, pero al mentir, fallar y delinquir, los perdemos.
Gracias a Dios por el trabajo, la familia, los amigos, la salud; gracias a usted estimado lector y lectora por su tiempo de lectura.
P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?