RENÉ ALBERTO LÓPEZ
Hablemos claro. Una cosa es el discurso político, otra la realidad y otra el imaginario popular. Se creyó, al menos la mayoría de estas tierras de pantanos y mosquitos, que con un Presidente de México tabasqueño, estaríamos en jauja.
Pero no ha pasado nada extraordinario en esta entidad del sureste, incluso, cuando estaba el gobierno fallido de Arturo Núñez Jiménez al menos hacían ruido con las giras diarias a los municipios, y se le veía acción a los secretarios del gabinete, no estaban maneados como hoy.
A los jóvenes de Cambia Tu Tiempo se les observaba por todos los rumbos de la ciudad de Villahermosa y de los municipios realizando su trabajo de apoyo a la gente. La esposa del gobernante tenía su programa de radio donde estaba en contacto con los ciudadanos. Pero hoy tenemos un gobierno estatal tullido.
No era la gran cosa lo que hacía el gobierno de Arturo Núñez, pero cuando menos se les veía movilidad, pero ahora, sólo imagínese como estaremos si andamos peor que el gobierno del perredista de triste memoria.
Y, aquí llegamos al punto medular de esta columna. Tabasco tiene un presidente de la República en López Obrador, un secretario de Gobernación en Adán Augusto y un director del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), en Juan Antonio Ferrer, esa cosa que sirvió para un carajo.
Pues bien, con todo ese poder que jamás podrá volver a tener el estado de Tabasco (se los firmo), no han podido pegarle un solo ladrillo al Hospital Regional de Especialidades de Cárdenas. El gran elefante blanco sigue esperando que alguien lo reviva en bien de tabasqueños de Cárdenas, Huimanguillo, Comalcalco, Cunduacán y lugareños de las localidades vecinas del sur de Veracruz.
Debido al celo político, al odio y al revanchismo, sello del gobierno fallido de Arturo Núñez y del que padecemos, se ha dejado en el olvido a esa magna obra que vendría a ser un gran punto de ayuda para las familias que requieren servicios médicos en esa Región de la Chontalpa, donde los actuales hospitales son insuficientes.
Vea usted lo que es el discurso político impregnado de demagogia comparado con la realidad. Aquí un ejemplo de eso que se llama “darle atole con el dedo al pueblo”. El 7 de septiembre de 2020, don Adán Augusto, entonces gobernador de Tabasco y hoy secretario de Gobernación, realizó una gira por el municipio de Cárdenas y expresó lo siguiente:
Dice el boletín de gobierno de esa fecha (información oficial) que “Al reiterar su compromiso con el desarrollo municipal, el gobernador Adán Augusto López Hernández adelantó que antes de que concluya el año 2020 iniciará la construcción del nuevo hospital de Cárdenas y anunció un plan de inversión especial para el rescate del Plan Chontalpa, que incluye obras camineras y de desazolve”.
Este comunicado lo puede localizar el lector en la página oficial del Gobierno de Tabasco. El asunto es que, como se niegan a terminar la obra que dejó casi terminada el sexenio del priísta Andrés Granier Melo, pues argumentan que ya es obsoleta. La verdad, la verdad, es que no quieren que figure el nombre de Andrés Granier como el gran iniciador de ese buen proyecto.
Por eso anunció mejor un “nuevo hospital”. Pero de septiembre de 2020 a la fecha (un año 8 meses de aquella promesa de gobierno) el actual gobierno de la cuatroté en Tabasco no ha hecho ni lo uno ni lo otro.
Ya se les fue prácticamente el sexenio, y del pueblo de Tabasco, ya a estas alturas se puede decir que “quedó vestido y alborotado” con un Presidente que está pasando de noche por Tabasco. Sigue la inseguridad, el desempleo, no hay circulante, primer lugar en abigeato, figuramos entre los primeros puestos en feminicidios, y por si fuera poco, el elefante blanco del Hospital Regional de Especialidades de Cárdenas, será un monumento a la ineptitud de este gobierno.
Esos especímenes conocidos como chairos dirán: ¿Y la Refinería y el Tren Maya? Pues lamentó anticiparles que sólo dejaran problemas a las próximas administraciones. La refinería soló será una fuente de contaminación en Tabasco. principalmente en ese centro turístico del estado, y no se descarta que a inunde la refinería cuando vengan los aguaceros serios a esta zona del sureste mexicano y, que no cumplió con darle empleo a los tabasqueños.
La mayoría de los que trabajan en la afamada obra son de fuera, paisano de doña Rocío Nahle, y no sólo dejaron a 16 mil nativos de Paraíso fuera de las bolsa de trabajos, sino que aumentará la contaminación y, delincuencia con la llegada de tanto foráneos, Al tiempo. Del Tren Maya ni hablamos, ese es un debate perdido para el gobierno. No tienen defensa válida.
Pero el tema central, repito, es restregarles en la cara el asunto del Hospital Regional de Especialidades de Cárdenas, porque los ciudadanos siguen insistiendo, pues tienen diputados y alcaldesa de adornos que no levantan la voz, pues claro, no gozan de libertad, no tienen independencia.
Pero esta columna se reconforta y se siente satisfecha y útil por darle voz a los sin voz, a esa gente buena que desea y clama el Hospital de Cárdenas, y nadie los escucha. Servidos, paisanos.
Ahí se las dejo.