Guillermo Hübner Díaz
Por increíble que parezca, en lugar de que ya le dejen caer la losa encima para cubrirla luego con los más raros y caros arreglos florales, el insepulto Partido Revolucionario Institucional, PRI, pareciera robustecerse después de conocerse el contenido de grabaciones telefónicas en las que el dirigente nacional, Alejando Moreno Cárdenas, “Alito”, soltó la lengua siendo gobernador de Campeche, solicitando cantidades millonarias de la bolsa de un magnate de cines y recomendando matar a los periodistas, no a balazos, puntualizaba, sino “de hambre”.
El tal “Alito” se exhibe como un criminal en potencia, Un ser perverso, procaz. ¿No sería lo mismo matar a balazos que de hambre? La pregunta porque para él, en todo caso, sería matar a los periodistas, aunque hacerlo por hambre le ocasionara mayor gozo. Nada más.
Pero decía, amable lector que descubrir al verdadero, al auténtico “Alito” mediante estas grabaciones, en lugar de generar inconformidades y condena al interior de su organización política, se cierran filas en su entorno y, al parecer, el campechano gozará de cabal salud y estará al frente de esa horrible cosa en la que el anti patriotismo tiene convertido al antes invencible PRI, hasta concluir su período estatutario. De pronto sus cercanos se sintieron identificados y aplauden la procacidad del “líder”. Muchos priistas se sienten fortalecidos con la infamia.
Los periodistas, incluso tabasqueños que lo visitaban en Campeche, no le conocían esa agresividad y mucho menos su convencimiento sobre la necesidad de exterminar a quienes informan a la sociedad poniendo en riesgo su vida. De “líder” y ante los ojos del mundo, “Alito” pasa a ser un peligroso pandillero, de esos huérfanos de padre y madre que no tuvieron la mínima oportunidad de alcanzar algún grado de educación elemental.
Indignantes, las declaraciones del tal “dirigente” que como tal ha resultado un verdadero y estruendoso fracaso al tener a sus huestes como tercera fuerza electoral del país, resuenan en todo el orbe y en cada país las más representivas organizaciones periodísticas, han alzado la voz para condenar a quien se ostenta como cabeza del “mejor organizado” movimiento opositor de México, presumiendo de pasada que en las elecciones del próximo domingo en seis estados, obtendrán cuando menos dos triunfos resonantes.
Irreverente, empapado de soberbia, el campechano afirma que a él no lo van a intimidar con la publicación de tales grabaciones y que no tiene pensado abandonar el país. “Reto –dice- a Layda Sansores –la actual gobernadora de Campeche que difundió los audios-, a presentar sus grabaciones “hechizas”, ante las autoridades competentes”. Ya lo hizo la mandataria.
Se refirió al panista Ricardo Anaya, ex candidato del PAN a presidente de la república, que salió al extranjero para librarse de lo que él llamó “falsas acusaciones”. Dijo “Alito que a él no le harán lo mismo. “No votamos como ellos querían, quieren intimidar al presidente nacional del PRI y a nuestro partido”.
“En mi caso de una vez les digo a esta dictadura corrupta que está destruyendo al país: A mí no me van a intimidar. Yo no voy a salir del país. Yo los voy a enfrentar aquí con la Constitución y la firmeza, el carácter y la voluntad”, resaltó.
Y aunque pide que a los periodistas no se les mate a balazos sino de hambre, convocó a una rueda de prensa. Ahí, frente a sus “amigos” periodistas, dijo que “esas acusaciones son resultado del rechazo a la reforma eléctrica, por lo que el actual gobierno dictador ha iniciado una campaña de intimidación en contra del bloque opositor e incluso acusaciones como traidores a la Patria”.
“Si la gobernadora tuviera denuncias reales, habría presentado la denuncia correspondiente pero no lo ha hecho. Esos audios son alterados, pero a ella no le importa violar la ley, misma que sí viola al difundir extractos de grabaciones ilegalmente obtenidas”, dijo.
En otros tiempos, por revelaciones de menor peso, ya le hubiera costado el cargo o el encargo al actor principal de las mismas, pero ahora se viven otros tiempos o los mismos y peores tiempos dentro del PRI. Cualquier vociferante y patético “personaje” puede escalar los más altos peldaños en el Institucional y dar cátedra de inmoralidad a todo pulmón.
Insolente y desvergonzado, el campechano pasará a la historia no sólo como el enterrador oficial del PRI sino como el presidente del CEN más descarado, insolvente moralmente considerado, falto de pudor y respeto humanos, que haya uno podido imaginar alguna vez.
Que con su pan se lo coma. “Me matara ella”. Su desprecio a la libertad y a la democracia, es total. ¿Cómo morirá él? Pasado mañana lo sabremos.