¡En el PRI están viendo y no ven! La soberbia se apoderó de su líder nacional, quien a pesar de los desastrosos resultados que ha obtenido en los últimos dos años, simple y sencillamente no dejará el despacho principal del tricolor, a pesar del hartazgo que ha provocado entre la cúpula y los priistas históricos que lo quieren fuera.
Al principio del siglo actual cuando el tricolor registraba alguna derrota electoral el primer sacrificado era la persona que dirigía a ese partido. Actualmente, Alejandro Moreno Cárdenas se aferra a seguir medrando lo poco que queda del priismo, sin importarle que su paso por la dirigencia esté lleno de descalabros.
El estira y afloja entre los priistas se originó a raíz de la estrepitosa derrota electoral del pasado 5 de junio, cuando ese partido perdió cuatro de seis gubernaturas en juego. Morena les arrancó bastiones de importancia como Hidalgo y Oaxaca, pese a ello, Alejandro Moreno salió a festinar por el triunfo que obtuvieron en Durango y Aguascalientes, es decir, celebró la derrota sin darse cuenta que eso causaría malestar entre los dinosaurios que han usufructuado el poder del tricolor.
Posterior a la derrota electoral, ha habido voces que pidieron la salida del dirigente nacional priista, incluso, a través de una carta, expresidentes de ese partido solicitaron reunirse con Moreno Cárdenas, la respuesta del defenestrado líder llegó a través de redes sociales en Twitter para ser exactos.
El martes se llevó a cabo el cónclave, entre los asistentes estuvieron: Roberto Madrazo Pintado, Humberto Roque Villanueva, Dulce María Sauri Riancho, Beatriz Paredes Rangel, Manlio Fabio Beltrones, entre otros, el resultado se preveía: no habrá renuncia.
Alito Moreno fue claro y contundente, se irá hasta agosto de 2023, justo cuando se cumpla el periodo estatutario para el que fue electo en 2019.
Los asistentes a la reunión con el actual jerarca del PRI encontraron en el campechano la arrogancia andando, les demostró con sus palabras que los tiempos en los que aquellos hacían lo que se les antojaba con ese partido ya quedó en el pasado, hoy le toca a él ser quien maneje las decisiones por muy malas que estas sean.
Alejandro Moreno Cárdenas ha demostrado en más de una ocasión que ya no se escucha a nadie en el PRI, solo su voz tiene el peso necesario para tomar decisiones, La soberbia con la que se conduce lo ha llevado poner a ese partido casi al borde de la extinción.
Se ha olvidado el líder tricolor que los mexicanos le retiraron el apoyo y respaldo de antaño, el PRI está convertido en un cascaron al cual solo se le usufructúa su historia, los ciudadanos han mostrado que están decepcionados y para que vuelvan a obtener el poder tendría que ocurrir un verdadero milagro.
Lo peor de todo esto, es que, en los estados la situación es similar, los priistas siguen actuando con total soberbia y viendo a la gente por encima de los hombros, creen que están en los tiempos de bonanza y total poder en el que con las puras siglas lograban convencer a todos.
No han abierto los ojos a la realidad, porque de haberlo hecho, estarían en una actitud distinta llegando a las bases sin la arrogancia que los caracteriza.