Soraya Haddad, dama de temperamento político

Miguel Ángel Buitrón/Ultimátum

CÁRDENAS

El pasado 13 de junio de 2022 se cumplieron cinco años del fallecimiento de la señorita Soraya Haddad Gallegos, dama de gran temperamento en la política estatal y municipal de los años 60 a los 90, cuando la equidad de género aún no era una ley, siendo también impulsora de patronatos como el de la Cruz Roja de Cárdenas, recordó Ezequiel Luna Arias, cronista municipal.

Fue temida, amada y respetada por propios y extraños. Era muy común, comentó el cronista, ver entrar y salir de su casa, de la calle Morelos, a gente de la política estatal; entre otros a Manuel Andrade, Roberto Madrazo, Florizel Medina Pereznieto y Arturo Núñez Jiménez.

Conservó además cierta amistad con Andrés Manuel López Obrador -hoy presidente de México- y Carlos Alberto Wilson, primer alcalde de izquierda en Tabasco. Era muy poca de frecuentar cafés y reuniones de sociedad. Luna Arias señaló que Soraya Haddad fue una mujer de decisiones y administrada. De hecho, hasta la actualidad, ha sido la mujer cardenense de mayor peso político en la región.

Como toda figura pública, expuso que tuvo sus detractores, aún en su partido, pues fue acusada de apoyar al PRD y a López Obrador para que se diera la alternancia en Cárdenas, y, a la postre, aquel Éxodo por la Democracia de 1991-1992 que propició la caída de Salvador Neme Castillo y la llegada de Manuel Gurría Ordóñez a la gubernatura, su gran amigo.

El cronista municipal recordó que en el gobierno municipal de don Leónides de los Santos (1962-1964), Haddad Gallegos se desempeñó como la Síndico de Hacienda; fue muy cercana al gobierno de Carlos A. Madrazo Becerra. Se desempeñó también como Oficial Mayor en los gobiernos estatales de Manuel Gurría Ordóñez (1992-1994); y en el de Enrique Priego Oropeza (2001).

Fue una militante priista de toda su vida, pero cuando lo creyó necesario expresó su desacuerdo. Al morir, la señorita Soraya tenía 88 años. Su cuerpo fue velado en la parroquia de San Antonio de Padua en H. Cárdenas, a la cual siempre asistió.