GUILLERMO HÜBNER DIAZ
Miguel de la Madrid Hurtado, fue el Presidente (1982-1988) que introdujo el tecnocratismo y el neoliberalismo al gobierno y sirvió como “punta de lanza” de un grupo político educado en el extranjero conocido como “Pitufos”, que desplazó al priismo histórico y convirtió a México en una especie de nueva colonia que aún no es posible de reducir.
Fue, el primer presidente “tecnócrata” y “neoliberal” por el PRI, sin haber asistido jamás a una sola asamblea, siquiera comunitaria, del partido que lo llevó al Palacio nacional; un gobernante pronorteamericano infiltrado desde el mandato de Gustavo Díaz Ordaz, encargándose en el siguiente, el de Luis Echeverría, de diseminar a sus congéneres en toda área gubernamental.
Durante su mandato el peso sufrió una de sus mayores devaluaciones y la inflación alcanzó casi el 40% convirtiendo al país en un fantasioso campo de “millonarios”, a tal grado nefasto que su sucesor, Carlos Salinas, se viera obligado a quitarle tres ceros al peso, continuar vendiendo bienes del Patrimonio nacional y tomar medidas “dolorosas pero necesarias”, para alcanzar un poco de estabilidad.
Su lema de gobierno fue el de la “Renovación moral”, que resultó un fracaso, no se renovó nada y los escándalos por abusos de poder alcanzaron a varios miembros de su familia dedicados a negocios súper redituables.
En estos días volvió a hablarse del ex mandatario, en virtud de que uno de sus vástagos, Enrique, ex secretario de Turismo y ex Diputado federal, salió a la arena política rodeado de un grupo de políticos, expresidentes del PRI y ex priistas, convocados para integrar un bloque que ayude a reconquistar el poder, impidiéndole a MORENA, en 2024, continuar en el Palacio Nacional. “Sólo con una oposición unida, organizada, se derrotará a MORENA”, sentencia.
En dicho bloque figuran, según información servida por diversos medios, incluyendo el tabasqueño radiofónico Telerreportaje, hombres y mujeres que siguen en las filas del PRI y otros a quienes lo mismo les da seguir o haberse brincado a otro: Jorge de la Vega, Roberto Madrazo, Humberto Moreira, Francisco Labastida, Enrique Ochoa, Pedro Joaquín y el ex gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, que así como abogó a favor del pluripartidismo, lo hace ahora por la integración de bloques que den la pelea a los morenos, buenos y malos, en el cercano 2024.
Enrique de la Madrid, argumenta que la formación de un bloque como el que impulsa, se explica debido al grave deterioro que ha sufrido el país durante el régimen del licenciado Andrés Manuel López Obrador, punto que según sus cálculos posibilita que los ciudadanos dejen de seguir los lineamientos del tabasqueño y de apoyar a MORENA y sus aliados: PT y PVEM, de donde nace la necesidad de una oposición “unida”, “junta”, que de alcanzarse seguramente ganaría las elecciones de ese año.
El hijo de don Miguel, menciona -con sus palabras y argumentos-, que en la práctica el Presidente Andrés Manuel, aplica y asume políticas y actitudes contradictorias respecto de líneas que él mismo ha planteado siempre, como benéficas, como en el caso de la economía del país que en vez de recibir estímulos para crecer o cuando menos mantenerse en niveles adecuados, lo que propiciaría el nacimiento de nuevas fuentes de trabajo, es prácticamente sustituida con la dispersión de miles de millones de pesos anuales a través de programas asistenciales de Bienestar, que a lo mucho producen desahogos pasajeros, circunstanciales, no reducen la pobreza que por el contrario ha aumentado considerablemente en estos tres años y medio de administración.
La oposición, dice De la Madrid Cordero, ya dio muestras de su operatividad al rechazar la Reforma energética del Presidente, que llevaría a generar energía mala y más cara en lugar de optar por las denominadas renovables y limpias, lo que se requiere ahora es que todo opositor se una, se
organice, forme barreras en todo el país para luchar juntos, todos, y recuperar, reconquistar el país y reasegurarles a millones de mexicanos los niveles de bienestar perdidos.
Ahí tiene usted, amable lector, un poco de lo planteado por el heredero de don Miguel, el joven Enrique de la Madrid, que además aspira a seguir los pasos de su padre pretendiendo la presidencia del país, seguramente para que al igual que su progenitor, adopte una visión orientada hacia el mercado importada de universidades como Harvard o Yale, partidarias del neoliberalismo.