Abuso de poder del gobernador y de su jefe
René Alberto López/Ultimátum
¿Qué le da valor al gobernador de Tabasco Carlos Manuel Merino Campos para botar su responsabilidad al frente del gobierno estatal y de paso ir a realizar campaña electoral a otros estados en tiempos no electorales? Por supuesto, esos desplantes autoritarios del tamaño del mundo son una burla para el pueblo choco y un desafió a las autoridades del Instituto Nacional Electoral (INE). El Ejecutivo tabasqueño y su jefe, el secretario de Gobernación don Adán Augusto, están envalentonados porque tienen el poder estatal y federal y, piensan a estas alturas que se pueden pasar las leyes por el arco del triunfo, así como que permanecerán en el grupo que hoy manipula al País por los siglos de los siglos. Ni por asomo les pasa por la cabeza que en los comicios de 2024 pueda ganar las elecciones presidenciales un partido opositor y, que ellos serán carne de cañón. Hoy no recuerdan aquella frase: “Los carniceros de hoy, serán las reses de mañana”. Hoy tienen de tapadera al Congreso de Tabasco y al Congreso federal. Bien.
Con justa razón el PRI de Dagoberto Lara Sedas alzó la voz, está exigiendo restablecer el orden democrático en México y demanda que se respete y cumpla el resolutivo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en contra de Merino Campos y del secretario de Gobernación, Adán Augusto, pues violaron sin pudor alguno la Constitución de la Repúblicas al promover abiertamente la revocación de mandato. El PRI está pidiendo hoy que se aplique la ley a los funcionarios de Morena “implicados en la promoción personalizada durante la revocación de mandato, que hubo propaganda gubernamental, uso indebido de recursos y violación a la Constitución de los estados Unidos Mexicanos”. Sin embargo, prevalece el valemadrismo de autoridades federales y estatales. Hoy mismo siguen realizando campaña los aspirantes a la candidatura presidencial de la marca Morena y sus comparsas de seguidores.
El caso del gobernador de Tabasco es patético porque además de no hacer nada por el estado que gobierna, se da el lujo de largarse, como vil mozo del secretario de Gobernación, a realizar campaña a lado de su auténtico jefe don Adán Augusto. Se le ve sumiso, como porrista de pueblo, como vulgar busca chamba y, la verdad, la verdad, de pena ajena. Y es que el hombre como ser pensante puede perder todo, menos su dignidad. Pero al parecer al distinguido gobernador de los tabasqueños eso poco le importa. No le interesa cumplirle al pueblo, a las instituciones, está claro que hoy por hoy a Merino Campos sólo le importa andar de comparsa atrás del próximo aspirante a la presidencia “fallido”. (Don Adán no será ni siquiera candidato por más esfuerzo que haga por levantar en los sondeos y por más que siga violentando la Constitución, que por cierto, como secretario de Gobernación, debería ser el primero en respetar la Carta Magna). Luego entonces, hace bien el PRI en levantar la voz para que el orden democrático en el país no se rompa por el abuso descarado del poder, además este tema debería ocuparnos y preocuparnos a todos los mexicanos, porque si se permite que un gobierno haga la que le plazca sin respetar nuestra Constitución, luego entonces estaríamos dejando de ser una república y estaríamos entrando a una temible dictadura, a un régimen bajo el poder de un solo hombre, donde luego el ejército, los militares, no te dejarán ni salir a protestar a las calles, se impondrá la “ley garrote” y de las bayonetas, como sucede hoy en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Ahí se las dejo.