PARA USTED
Mario Gómez y González/Ultimátum
¡! Play Ball !!; Se denomina quiniela a la apuesta que consiste en tratar de adivinar los resultados de una competencia deportiva (como una carrera de caballos, un partido de fútbol, de beisbol o algún otro deporte o competición). El término, en este sentido, también alude a la boleta o papeleta que registra dichos pronósticos.
Como hemos iniciado en Tabasco, el proceso de renovación electoral gubernamental con dos años de anticipación, el deporte preferido es la adivinanza. Hay tantas profecías como autores de crónicas y discursos y una sola evidencia: nadie sabe qué ocurrirá dentro de los tiempos por venir (semanas, meses, años); ¡Qué decimos!, a ciencia cierta nadie sabe qué ocurrirá mañana, pero le entramos al juego de las adivinanzas.
Y como si la política fuese un juego de quinielas, todo es una interminable especulación sobre todo lo que pueda pasar: Que si Andrés Manuel López Obrador, ya palomeó en Tabasco; que, si será, finalmente Adán Augusto, quien tome la decisión; que, si entre los aspirantes morenistas se van a poner de acuerdo, sin protestar ni reñir (ajá), en cuanto a quien le toque el “número premiado”.
La continuidad en el gobierno de la Cuarta Transformación en Tabasco (4T), es tarea y objetivo de esta administración de la izquierda radical que hoy rige y conduce los destinos de la entidad y de los tabasqueños; evidentemente que pudiera depender del cómo le vaya al presidente Andrés Manuel López obrador, lo cual pudiera reflejarse en este edén tropical.
No, no es pecado el hecho de que Morena quiera mantenerse en el poder en Tabasco (en este caso la clase política gobernante) para el nuevo periodo constitucional del 2024 al 2030, pues cuentan, al menos en el papel, con todas las condiciones a su favor. Veamos:
Tienen en sus manos a los instrumentos de coacción y represión social; a saber, entre otras, cuerpos policiacos, programas sociales, órganos, instancias y tribunales electorados sometidos, estructura gubernamental-institucional, partidos de oposición inoperantes y una sociedad tabasqueña, a la que en sus rostros se les ve a leguas, una triste y dulce resignación.
El poder legislativo y el judicial están alineados con el ejecutivo estatal; lo mismo que las 17 presidencias municipales; las universidades, tecnológicos y en general todas y cada una de las instituciones y sistemas de educación superior, media superior y básica, las tienen calladas, sometidas y arrinconadas, pues las despojaron del espíritu crítico que las caracteriza; lo mismo que a sindicatos, organizaciones sociales, grupos empresariales, entre otros.
Es cierto, si hoy fueran las elecciones gubernamentales en Tabasco, triple contra sencillo que Morena ganaría, al menos la titularidad del poder ejecutivo, pues no tiene Morena y la clase dominante un enemigo enfrente que esté organizado y que esté trabajando sistemática, coordinada y organizadamente (en lo intensivo y lo extensivo), para revertir la actual realidad política, social y económica en la que la inmensa mayoría de los tabasqueños transita
Más allá de que el hándicap gubernamental tabasqueño ya esté en marcha y que cobijados por el partido oficial (Morena) y el uso de la imagen y/o popularidad que aún tiene en Tabasco el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cierto es que todos estos actores que ya hicieron público el “si quiero”, saben que el candidato será uno o una, pero que el “pastel”, es demasiado grande y que “algo” les va a tocar.
Dentro de la estructura gubernamental (todas las dependencias de gobierno que conforman la Administración Pública estatal, del poder Ejecutivo), a cuyo frente se encuentra Carlos Manuel Merino Campos, ya se cruzan las apuestas y se están haciendo “quinielas”: ¿ruptura o continuidad?; ¿Un nuevo modelo y forma de gobierno Morenista/cuatroteísta?; o, todo seguirá igual.
De la misma manera, tanto en el Congreso del estado, como en el Poder judicial, organismos diversos y los 17 municipios, se cruzan ya las apuestas; y en el terreno de la ruptura o continuidad, son dos los nombres que han surgido de manera espontánea; el de una mujer (las damas primero) y el de un hombre.
Si la decisión recae sobre una mujer, la abanderada de Morena al gobierno de Tabasco en el proceso electoral del 2024, será Rosalinda López Hernández; funcionaria al más alto nivel en la Secretaría de Hacienda (SHCP-SAT/ Sistema de Administración Tributaria) y, para mayores y más claras “señas”, hermana del actual secretario de gobernación, todavía “mandamás” de Tabasco y aspirante a la candidatura presidencial, Adán Augusto López Hernández.
De acuerdo a las voces, corrillos, comentarios y charlas de pasillo, con Rosalinda López Hernández, habría continuidad, lo que beneficiaría a los actuales funcionarios del gabinete, puesto que dicen que solo habría algunos “ajustes” (brincos de una dependencia a otra), pero que todo seguiría igual; es decir, el mismo modelo y forma de gobierno actual que dejó AALH y que sigue al pie de la letra CMMC; vaya, los mismos de ahora (así lo aseguran ellos mismos); solo uno que otro “nuevo”.
Sin embargo, sin el dedo divino apuntara sobre la humanidad del actual titular de FONATUR/ Tren Maya, el comalcanence Javier May Rodríguez, aquí si que habría ruptura (cambio de rumbo, estrategia y de ruta), puesto que el modelo de gobierno sería distinto y diferente, muy a pesar de emanar del partido oficial Morena y de que AMLO, ya no sería presidente de México. Borrar todo lo que huela o tenga la marca de AALH.
Obviamente que AALH hará hasta lo imposible para que no sea JMR, porque varios de los actuales funcionarios podrían ir a la cárcel; sin embargo, como se taparían entre ellos mismos (complicidad e impunidad, verbi gracia Arturo Núñez Jiménez), tal vez no lleguen hasta el cereso, sino que les darían una exhibida en los medios de comunicación, de pronósticos reservados.
¿Continuidad? (lo mismo, todo seguirá igual), Rosalinda López Hernández; ¿Ruptura? (nueva forma, modelo y método), Javier May Rodríguez: ¿qué le conviene más a Tabasco y a los tabasqueños? ¡!Hagan sus quinielas!! **hasta mañana Dios mediante.
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