FRANJA SUR
René Alberto López/Ultimátum
Vueltas que da la vida. Corría el año 1996, en un viejo Volkswagen, Octavio Romero Oropeza al volante. Darvin González Ballina en el asiento del copiloto, y en la parte de atrás este franjero. Nos encontramos en el bloqueo que mantenían militantes del PRD en una comunidad del municipio de Centla, ellos como dirigentes del partido amarillo, y este columnista cubriendo la información para el diario La Jornada. Fueron aquellos candentes días en que la oposición tomó los pozos petroleros de Tabasco, para exigir el pago de indemnizaciones por los daños a tierras de los campesinos. La movilización fue encabezada por el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.
Caía la tarde y les pedí un aventón a la ciudad de Villahermosa. En el camino Romero y Ballina hablaban de que “la gente estaba al tocar” y, si el gobierno federal no cedía en las peticiones, el estado ardería políticamente, advertían. También mencionaron que las demandas de los productores eran justas. En una ranchería ubicada antes del lugar donde nos encontramos, la comunidad Quintín Arauz, si no recuerdo mal, este reportero había levantado el testimonio de algunos de los manifestantes. Habían ahí como unas 100 personas en el cierre de esas instalaciones, pero para corroborar, les pregunté sobre cuánta gente calculaban. Se miraron Octavio y Ballina, y uno de ellos dijo, “eran como 2000 gentes”, obviamente, en la nota consigné el número real. Pero así se las gastaban en el PRD de esos años.
Pero a qué viene este recuerdo. Pues que ahora a aquel opositor que conducía un viejo auto Volkswagen, que fue hechura de su primo el conductor de Tele-reportaje, Jesús Sibilla Oropeza, que dejó su empresa de refrescos embotellados, para incursionar en el PRD a lado de López Obrador, hoy es ni más ni menos que el director general de Petróleos Mexicanos, la empresa más importante del gobierno federal. En cambio, Darvin González Ballina vegeta en el olvido. Para completar la información, consignamos que el gobernador del estado era Roberto Madrazo Pintado y el presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León.
Y, hoy como ayer, seguramente también hay problemas de afectaciones de Pemex en Tabasco y reclamaciones de los productores. Seguramente sus demandas igual son legítimas. Pero a diferencia de aquellos años cuando gobernaba Tabasco el PRI y López Obrador encabezaba al PRD y las protestas contra Pemex eran en esta entidad el pan de cada día, en este sexenio no se han observado protestas significativas contra la empresa productiva. La pregunta obligada en el caso es ¿Cómo le ha hecho Romero Oropeza para mantener en paz las relaciones entre Pemex y las comunidades? Es que acaso ya no hay problemas de afectaciones en las zonas rurales o tal vez las hay pero Pemex los atiende de inmediato o hay temor por la entrada de la “Ley garrote”, precisamente en este sexenio.
O bien, los promotores de esas históricas movilizaciones están hoy en el gobierno. Ese podría ser otro punto, al menos algunos de los que estuvieron presos derivado de las movilizaciones que llevaron a la toma de pozos petroleros en febrero de 1996 hoy son funcionarios en la administración federal y estatal, nos referimos a Tomás Brito Lara y Dorilián Díaz Pérez, pero debe haber otros. Por supuesto, el hoy presidente López Obrador fue la cabeza de aquellas manifestaciones que tuvieron resonancia en la prensa nacional e internacional. Entre los saldos se puede anotar el garrotazo en la cabeza a AMLO en la comunidad de Guatacalca, Nacajuca, y los cerca de 100 perredistas que fueron a prisión. Por lo pronto se le debe reconocer al director general de Pemex, Octavio Romero, mantener la paz social en las comunidades de Tabasco, y que las protestas contra Pemex hayan pasado a la historia.
Ahí se las dejo.