Alberto Savala/Ultimátum
NACAJUCA
Tras la desgracia suscitada la tarde del pasado lunes en el poblado Tucta, en la que accidentalmente un jinete perdió la vida en las fiestas al santo patrono, el gobierno municipal de Sheila Darlin Álvarez Hernández “se lavó las manos” y responsabilizó a organizadores de la muerte del ciudadano. Como se recordará, en el marco de las fiestas patronales en honor al “Señor Santiago”, pobladores de la zona indígena organizaron una charreada en la que durante una carrera de caballos improvisada, uno de los jinetes estrelló su cabalgadura con otro jinete, provocándole la muerte.
En el desastre evidenciado por la total falta de organización, equinos y montadores resultaron heridos. Ante dicha situación, el gobierno morenista de Álvarez Hernández salió al paso y se deslindó de la desgracia, argumentando que el evento se realizó en un predio privado y con base a los usos y costumbres de la localidad. La acción se registró en medio de serias críticas a la hija del director de Control y Evaluación del Congreso del Estado, Silvestre Álvarez Ramón, cuya administración se ha distinguido por omisiones y excesos que ahora ya costaron la vida a un ciudadano.