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GALIMATÍAS

30 de enero de 2023
in Opiniones
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Frijolito con pudor: una untadita

Ernesto Gómez Pananá/Ultimátum

La gastronomía mexicana no es una. Existen al me­nos 32 estampas regio­nales que representan el acervo culinario de nuestro país. Las más conocidas podríamos decir que son la oaxaqueña con su mole y sus chapulines; la ja­lisciense con las tortas ahogadas y el pozole; o la yucateca con los panuchos y la cochinita (Disclai­mer chiapaneco: los “Taquitos de La Comisión” no son yucatecos). La cocina chiapaneca es menos conocida y reconocida, de lo poco que tal vez ha trascendido, po­dríamos mencionar los tamales, pero existen muchos otros plati­llos chiapanecos: la Pepita con Tasajo, el Zatz, el Tascalate, el Cochito Horneado, la Sopa de Pan, el Nucú, el Pozol o el Pan Compuesto, este último, un an­tojito originario de Comitán, una especie de mini torta de pierna con frijoles y verduras en vinagre que los habitantes de la región consumen en ocasiones especia­les y que puede conseguirse en cualquier cenaduría del centro de ese lugar en el que viviera Beli­sario Domínguez, nuestro prócer y estandarte del respeto a la ley y la ética. El “nombre” con que se co­noce a este platillo es de domi­nio popular, ancestral y libre. Cualquier persona puede usar­lo, producir la receta o vender el producto. El platillo es patri­monio comunitario de la región, pertenece a todos.

Traigo esto a cuento porque a inicios de diciembre pasado cir­culó la noticia de que el nombre de este platillo había sido regis­trado como “marca” ante las ins­tancias gubernamentales corres­pondientes. Ni las Gasolineras VIP de Javi Noble demandaron tal epopeya de creatividad y em­prendedurismo. Un par de días después se “aclaró” el asunto. El registro correspondía única­mente para uso para el nombre de un restaurante. Aún siendo únicamente para ello, el asunto resulta polémico -y discutible-: el expediente, o lo que se conoció de él, da cuenta del registro del concepto genérico y esto sien­ta precedentes para posteriores ampliaciones en el uso exclusivo del nombre por parte del propie­tario. Esto es como si en vez de llamarse y haber sido registrados como “Domino’s Pizza” o “Bis­quets de Obregón”, sus dueños hubiesen pretendido registrar los conceptos “Pizza” o “Bisquets”, así, con un genérico que limita el uso por parte de cualquier otra empresa. Preocupante. Es como si alguien registrara la marca “Tamal de Mole” o “Taco al Pas­tor”. El planteamiento es irrisorio si no fuese porque carece de can­dor. Lamentable. Es tanto cómo hacer una tesis sin asegurarse de que nadie interesado en el tema registre su trabajo antes. Al pan compuesto una untadita de frijol. A las tesis “otra una” de pudor.

Oximoronas 1. Recuerdo aquellos tiempos en los que los candidatos del PRI daban vuel­ta a las leyes para transgredirlas y promoverse por doquier. Por fortuna el PRI es pasado.

Oximoronas 2. Asombrosas formas tiene la gente especial pa­ra hacerse presente. Ayer visité “Tadeo. Comida de hogar” en la antigua Jobel. El espíritu de mi querida MLA abrió la puerta del comedor para saludar. Gracias hermanito YK.

gomezpanana@hotmail.com

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