Damián Montes/Ultimátum
TGZ
A partir de 1980 las temperaturas del aire por arriba de 40°C han aumentado en un 18% y las nocturnas por arriba de los 28% un 14%, en la capital chiapaneca. De acuerdo con Itzel Castro Mendoza, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias, actualmente la ciudad de Tuxtla Gutiérrez es víctima de los efectos del cambio climático e islas de calor urbana que provocan las temperaturas extremas durante el día y la noche en la ciudad. Uno de las causas es la creciente lotificación en la periferia, donde se eliminan todos los árboles y vegetación, genera dos cinturones de calor, uno en el centro de la ciudad y otro en esta zona en vías de urbanización que pueden llegar a alcanzar hasta los 52 °C en su temperatura de superficie. “Si bien el arbolado y el río Sabinal ayudan a refrescar la ciudad, no se puede considerar que cualquier parque cumple con la función de regulador de temperatura ya que se requiere una buena densidad de árboles y una extensión de por lo menos 3 hectáreas para que las imágenes satelitales registren el efecto refrescante del arbolado”, indicó.
Dijo que, en este estudio de árboles individuales, se levantó un registro detallado de ciertos árboles ubicados en la colonia Monterreal y su influencia en las temperaturas, tanto en la banqueta como en la pared exterior e interior de las viviendas a las que ofrecían sombra. Con ello, se encontró que la sombra de un árbol puede llevar las temperaturas de la banqueta de 51 °C a 25 °C, en promedio, es decir, una diferencia de 26 °C. Mientras que, en el caso de la pared exterior de los hogares la diferencia es de 6.05 °C y en el interior de la casa disminuía la temperatura hasta 4-5 °C. Al aminorar la sombra del árbol, la temperatura dentro de los hogares, se registró también un menor consumo eléctrico de ventiladores o aire acondicionado de hasta 32%, el cual se relaciona con una reducción del costo asociado del 43%, significando un ahorro per capita promedio de entre $300 a $900 anuales. Con esto se demuestra que, los árboles son una estrategia de mitigación de temperaturas extremas que tiene asociado diferentes beneficios, como sería el ahorro en el consumo eléctrico y su costo asociado.

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