El alcalde de San Cristóbal, Mariano Díaz Ochoa, reconoció que el viernes, cuando insultó a pobladores del barrio de La Candelaria, llegó “con media estocada”, por lo que pidió disculpas, aunque aclaró que no se refirió a los habitantes, sino a los empleados de Obras Públicas (SOP) y contratistas porque suspendieron la obra. Este incidente, propio de la picaresca política mexicana, fue difundido gracias a las redes sociales y sirve para ejemplificar el personal estilo de gobernar que tienen muchos políticos altaneros que padecen el “síndrome del ladrillo” que se marean cuando están en un cargo público.
Un estilo autoritario con tufos caciquiles que, guardando las proporciones, hizo recordar el gobierno populista de Juan Sabines Gutiérrez (1979 – 1982), famoso por su alcoholismo, que buscaba resolver la mayoría de los problemas estatales con dinero y que en alguna ocasión, desde el balcón del palacio de gobierno mandó un mensaje a sus críticos, mandándolos a chingar a su madre. Esto, como se ha señalado, es guardando las proporciones. Ahora parece que el alcalde Díaz Ochoa quiere emular el estilo populista de Sabines, pero sin capacidad para resolver los graves problemas, principalmente la inseguridad, que padece San Cristóbal.
A los pocos meses de haber asumido la presidencia municipal de San Cristóbal, Díaz Ochoa reconoció ser corresponsable del asesinato de Paula Cruz de los Santos ocurrido a unas cuadras del Centro de la ciudad, el 21 de febrero de 2022, además de admitir su incapacidad para mejorar la seguridad y aseguró que pediría licencia si las cosas no mejoraban. La seguridad, obviamente, no mejoró. Al contrario empeoró. Desafiantes, los Motonetos salieron a las calles en sus motocicletas y el 14 de junio del año pasado, se registró la toma del Mercado del Norte por un grupo con armas de alto poder, encapuchadas y con chalecos antibalas. Hubo necesidad de llamar al Ejército y a la Guardia Nacional para que restituyeran el orden público en San Cristóbal.
Además, el ayuntamiento presidido por Díaz Ochoa, fue señalado por la Auditoría Superior del Estado porque no comprobaron un gasto realizado por un monto de más de 216 millones de pesos, correspondientes a su ejercicio fiscal de 2021. Ahora, el alcalde Díaz Ochoa, expriísta y ahora militante del PVEM, acaparó la atención al aparecer en un video difundido en redes sociales, donde en presunto estado de ebriedad insultaba a los pobladores o a los responsables de las obras de agua potable y drenaje en el barrio de La Candelaria.
Posteriormente, en una entrevista colectiva, dijo: “Reconozco que la semana pasada, efectivamente, hubo un problema (…), llegaron los habitantes del barrio de La Candelaria el jueves a decir que la obra estaba suspendida. Yo les dije que llegaría el viernes a las cinco de la tarde; llegué y había ido a dos inauguraciones en comunidades. No voy a negar que iba yo con media estocada”.
¿Iba usted en estado de ebriedad?, le preguntó un reportero.
“Iba yo tranquilo, pero sí había yo tomado un poco de posh. Nada más quiero decirles que ofrezco una disculpa al barrio de la Candelaria, pero no fue una ofensa hacia ellos, sino que a mí, me molestaron los trabajadores de Obras Públicas y los contratistas porque tenían suspendida la obra, hicieron lo que quisieron y por eso no tenemos el recurso para continuar; por eso me molesté y perdón por haberlos pendejeado públicamente, pero esa es la realidad. Yo me comprometí y vamos a seguir la obra”.
Borrón y cuenta nueva. No habrá despidos en la Secretaría de Obras Públicas y seguirán los contratistas. Explicaron, según dijo el alcalde, que hay pleitos entre los vecinos y tuvieron que hacer dos obras alternas: una para los que se llevan y otra para los que no se llevan. Por eso es la falta de recursos para la obra, pero se va terminar, aseguró. Sin embargo, el estilo altanero y grosero de Díaz Ochoa no fue una excepción, sino que así es su personalidad. Olvida el alcalde que el que se lleva, se aguanta. Recientemente tuvo un altercado semejante con las vendedoras de dulces artesanales.
“Fuimos a hablar con el presidente y en vez de darnos una solución nos gritó, de la misma forma lo hizo Armando Salvador Oltra Paniagua y el director de Servicios Públicos, Fabián Tovilla Reyes, no merecemos ese trato, hemos trabajado en esta ciudad por años, de manera armónica, lo único que pedimos es trabajar para llevar el sustento a nuestras familias”, declararon a los medios locales. RDM