El reportero agredido la semana pasada por un sujeto, en una manifestación de normalistas de la Matumaczá, pidió que se detengan los discursos de odio y descalificación en contra de la prensa, pues los periodistas no tienen apoyo de manifestantes, policías ni de la sociedad
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
TGZ
“Es lamentable que en el ejercicio de la profesión no se ofrezca seguridad ni se garantice que podamos regresar a casa”, aseveró el periodista Rodolfo Flores, quien el pasado jueves 2 de febrero fue agredido en una manifestación de normalistas de Matumaczá, por un sujeto que en el acto se identificó como elemento activo de la Guardia Nacional. El caso debe ser atraído por la Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Secretaría de Gobernación (Segob) “y que este tipo sea castigado, porque me comentan algunos compañeros que lo han visto en otras situaciones y le han tomado fotos y lo han ubicado como un alborotador”, precisó el reportero al ser entrevistado por Alejandro Moguel y Javier Guízar en los estudios del diario Ultimátum. Señaló que un reportero le comentó que el mismo individuo ha sido sorprendido en otros eventos azuzando a la población en contra de la policía, o en contra de la prensa y no puede ser posible que no lo tengan ubicado y las autoridades no actúen en su contra.
Su queja, explicó, ira acompañada de un procedimiento a través de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con el propósito de que se resuelva favorablemente y se castigue al culpable, pues de muchos casos que tiene conocimiento no se ha dado una puntual respuesta. “Es lamentable que yo no vea que algunos familiares o compañeros que hayan sido víctima de algún delito salgan y digan: ¿saben qué? yo estoy conforme, me hicieron justicia o se detuvo al responsable, o yo estoy tranquilo porque ese cabrón está tras las rejas, hasta el día de hoy no lo he visto y me preocupa que las autoridades no hagan su chamba o no quieran, porque la capacidad creo que sí la tienen”, aseveró el comunicador.
Pidió que no se encubra o proteja al sujeto agresor, aunque trabaje en la Fiscalía General de Justicia, en la Secretaría de Seguridad Pública o en la Policía Municipal y que sea castigado con todo el peso de la ley. “Ya es tiempo de que no permitamos estas situaciones lamentables que han ocurrido con mayor frecuencia en los últimos años”, recalcó. Reconoció que el ejercicio periodístico es una cuestión de riesgo, en el sentido de que el panorama nacional es triste, lamentable, pues por cuarto año consecutivo México ocupa el primer lugar como país más peligroso para practicar esta profesión, con 11 periodistas fallecidos, inclusive con más reporteros muertos que en la zona de conflicto de Rusia, por ejemplo.
Eso, subrayó, debería ser preocupante para las autoridades y tomar todas las medidas necesarias para que no ocurran más agresiones ni silencien a los periodistas, que no haya crímenes y que los discursos de odio y descalificación se detengan. “Simplemente las cifras están creciendo en México, lamentablemente, y pareciera que no hay un interés o una acción concreta para hacer justicia a los periodistas que están siendo agredidos. Vamos a hacer el procedimiento que se requiere más rápido, que sea más ágil, que se investigue de fondo”, expuso.
Rodolfo Flores comentó que a lo mejor las autoridades están acostumbradas a ser insensibles y decir que “es un caso más”, pero ya cuando hay una situación lamentable quieren actuar y no se puede. “Sin irnos lejos, está el caso del compañero Mario Gómez que fue asesinado afuera de su casa por personas armadas y el de Freddy López Arévalo ultimado de un disparo en la cabeza. “Yo estoy hablando justamente con un temor fundado, que Chiapas es el segundo estado a nivel nacional que registra más agresiones a periodistas, de acuerdo a los reportes nacionales y de Reporteros Sin Fronteras, así como también de organizaciones como Artículo 19 que dan cuenta de lo que yo estoy diciendo y de que el temor que tengo es justamente por eso, no por ejercer mi profesión sino por el riesgo de ataques que, en esta ocasión, se vio muy dirigido a la prensa”, manifestó el reportero. Reveló que en estos momentos está en proceso la solicitud, a través de la Secretaría de Gobernación, para que el caso sea atraído por la FGR, más allá de que se investigue el hecho de la agresión, porque presenta golpes en diferentes partes del cuerpo. Comentó que el día del suceso, cuando empezó el ataque, en ese lugar también había un sujeto de playera roja y gorra negra que, en todo momento, intentó separar al provocador; “y al último, cuando este tipo queda sentado por el desalojo, llegan los policías y le dicen: ya, comando vámonos.
Esa palabra se utiliza para nombrar a un compañero de ellos”. Por tal motivo, consideró que la situación se tiene que esclarecer y las autoridades no deben ser cómplices ni deslindarse, sino asumir su responsabilidad o salir a declarar si ese sujeto iba o no con ellos el día de la manifestación que fue disuelta con bombas de gases lacrimógenos.
Lamentó que los periodistas, en el ejercicio de su profesión, no cuenten con el apoyo de nadie. “Más allá de que sea difícil por el contexto social y de inseguridad que se vive, nadie te apoya. Vas a una manifestación y los manifestantes no te van a apoyar, incluso puedes ser agredido; los policías no te van a apoyar y puedes ser agredido por los policías; trabajas, e incluso a veces la misma sociedad te desacredita por cubrir, por estar, por defenderte. Si te defiendes está mal, si te golpean y te agreden pues no pasa nada, al final de cuentas es porque eres periodista o te dedicas a esto”.