Se debe checar que los médicos estén registrados en la Asociación Nacional y el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, para evitar riesgos o resultados de pésima calidad que desprestigian el trabajo de los verdaderos especialistas
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
TGZ
México es e l quinto país en el mundo en el que más procedimientos quirúrgicos se realizan, después de Estados Unidos, Brasil y Korea del Sur, afirmó el doctor Mario Paredes Zenteno, certificado por el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica Estética, quien además recomendó que todas aquellas personas interesadas en realizarse un procedimiento de esta índole chequen que el médico sea alguien verdaderamente especializado en la materia. Entrevistado por Alejandro Moguel y Javier Guízar en los estudios del diario Ultimátum, Paredes Zenteno subrayó que si alguien se va a operar cheque si su cirujano plástico se encuentra registrado en la página de la Asociación Nacional de Cirugía Plástica, o en la página del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica, “y si no aparece ahí el nombre mejor busquen a otro”.
El también especialista en lipoescultura, rinoplastia y cirugía de senos, explicó que el turismo médico es una industria impresionante. Por ejemplo, en Estados Unidos se han dedicado al turismo médico por padecimientos del corazón, pero la segunda ciudad más importante en esta materia es Tijuana, en segundo lugar está Cancún, luego Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, “y, aunque no lo crean, en Tuxtla Gutiérrez, aunque no es turístico, también tenemos turismo médico”. Recalcó que no se puede transformar totalmente el aspecto físico de una persona, pero se logran cambios mediante algunas cirugías de nariz, entre otras partes del cuerpo, además de que no existe manera técnica para cambiar las huellas digitales de un ser humano.
El especialista precisó que la cirugía plástica es una carrera muy larga, porque son siete años de carrera, además de siete años de especialidad, el año de internado, el año de servicio y se requiere de mucha capacitación constante para desarrollar esta actividad. “Si van a acudir con un cirujano plástico chequen que sea un especialista, porque hay alguna variante de algunas maestrías que se llevan por Internet, que son válidas y tienen reconocimiento oficial, pero son como para dar clases, hacer investigaciones, pero los egresados no están muy preparados ni capacitados para operar”, explicó.
Sin embargo, cuando esos “médicos” ya tienen el documento que los avala en las manos, operan, y eso eleva los riesgos, produce problemas y genera catástrofes en un número muy grande, porque los resultados pueden ser de pésima calidad. “No vienen a ayudarnos con prestigio en el trabajo”. Con que el nombre del médico aparezca en la Asociación Nacional o el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica ya da certeza de que es alguien especializado, “pero debe aparecer en las dos ¿por qué? porque la segunda organización es la que los reconoce como especialistas y además se encarga de la recertificación.
En México es la única área profesional que nos exige recertificarnos cada cinco años”, destacó. ¿Qué significa esto?, cuestionó, que yo tengo que comprobar mediante un examen que tengo el nivel de conocimientos actualizados y suficientemente válidos o bien tomar el número de cursos suficientes para que se entienda que estoy actualizado. Entonces mi certificación tiene que estar a la vista y garantizado por esos organismos que son avalados por la Secretaría de Seguridad y Asistencia. “Si ustedes ven un diploma de la sociedad internacional, mundial, que incluye Europa, esas no tienen ninguna validez, esas son de un grupo de amigos que se juntaron y le pusieron así a su agrupación y se llama de esa manera. La sociedad internacional de lipoescultura no existe”, aseveró. Dijo que en México la demanda de procedimientos ha crecido exponencialmente, pues cada vez es mayor y esto ha generado un boom que lleva a varios cambios en el mercado y cada vez se observan operaciones más complejas, con mejores resultados, “entonces la gente ve eso y dice: oiga, mi comadre se operó y quedó súper bien, pues yo también quiero”. En ese sentido, afirmó que cada vez se tiene un lugar más importante en la sociedad y la gente solicita operaciones, porque “lo que la cirugía plástica hace por ti no lo consigues con ejercicio, pero lo que el ejercicio hace por ti no lo consigues con la cirugía plástica”. Por ello, añadió, también es necesario tener una buena alimentación, buenos hábitos, hacer ejercicio y la ayuda que cualquier persona se pueda dar por medio de la cirugía plástica le ofrecerá resultados extraordinarios.
En cuanto a que si demandan más el servicio las mujeres y los varones, comentó que ambos se preocupan por el bienestar de su figura. “Culturalmente siempre la mujer ha tenido el acceso más directo a la cuestión de la presencia física, pero la vanidad es igual. Recalcó que en el hombre es más frecuente la cirugía de nariz y la liposucción de la cintura, con transferencia a pectoral, bíceps o bien a glúteos o piernas, la parte que más le beneficie dentro de su concepción; también la papada y los párpados, por cuestión de la edad. “Todo es cuestión de quererse ver mejor”. Paredes Zenteno Explicó que primero se le hace una valoración cardiológica a la persona y se le explica qué es lo que se le puede ofrecer, además de saber si el paciente se puede operar o no, sobre todo si tiene algún padecimiento crónico degenerativo.
En el caso de menores de edad, señaló que se requiere de la autorización de uno de sus padres y no hay ningún impedimento siempre y cuando el cardiólogo autorice la operación en cualquier paciente, hombre o mujer. Manifestó que hay procedimientos requeridos en el cuerpo humano por la edad, sobre todo para quitar el efecto de cansado. “La edad se lleva en el cuerpo, en la piel, pero no en el alma. A veces se tiene la energía y la alegría, entonces hay que quitar el efecto de cansado, aunque también se le agrega un poquito de belleza”.