Balacó de Clara del Carmen Guillén
José Natarén/Ultimátum
Balacó, es la última publicación de Clara del Carmen Guillén, poeta nacida en Comitán, con residencia en Bochil de 1978 a 2002. Balacó. “Palabra que no existe en diccionario”, dice en la primera estancia de las diecinueve que componen esta plaquette o fogletto. Balacó es lo que arrastra todo es devenir, sucesión, pero de imágenes más que de sucesos, porque es mutación en tiempo sincrónico, en presente perpetuo, fuga de la historia. A todo esto, remite el vocablo, de cuyas raíces etimológicas, a decir de la autora: “no se tienen antecedentes (…) con toda seguridad provienen de la influencia de los negros. Balacó sugiere tanto que hoy, convertido en poesía, renace, para siempre”.
De acuerdo con Claude Levi-Strauss, en el mito se combinan propiedades de dos niveles del lenguaje, la lengua y el habla, con sus tiempos, reversible e irreversible, sincrónico y diacrónico, estructura histórica y ahistórica. Cambio y permanencia, tensión dialéctica, el “tiempo original”, según Octavio Paz. De aquí la fuerza de Balacó: apunta a la historia desde la instauración de la palabra fundacional, desde el tiempo mítico.
El dolor y la condición excepcional de la palabra poética, sobrecargadas de sentido, signos que señalan a otros signos, símbolos que remiten a otros símbolos, se manifiestan dinámicamente en el poema del río Balacó:
Este río crecido que rompía el silencio
cuando el pueblo era virgen del horror que se ortiga receloso
En la escritura de Guillén se advierten ciertos recursos como la aliteración; el dominio del verso acentual es notorio. La poeta dice en el poema 12:
y llegó el sonido/ que de festejo tiene solo el nombre.
Quizá sea pleamar y sus estruendos,
estallido de un rayo/ que cimbró a los dolientes,
con miedo a la deriva de injusticias.
Ese negro presagio/ de fortaleza larga
que se quedó en la piel/ y en las miradas.
Balacó, fuego, tiempo en movimiento, es un espacio al cual trasladarse, una región de móviles, al cual podemos volver, es torrente y esperanza. Ir al negro Balacó es como irnos hacia la espesa negrura del ritual africano para resurgir. Enhorabuena por nuestra poeta y por la literatura del estado.
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