Las protestas buscan visibilizar los casos; en 2022 hubo 59 asesinatos que siguen pendientes de resolver
Sarah Valenzuela/Ultimátum
TGZ
El ocho de diciembre, del 2022 Paola Yazmin Ocampo Alcázar, fue encontrada sin vida al interior de la escuela primaria David Gómez, en Tuxtla Gutiérrez, su muerte sigue sin resolverse y se suma a la lastimosa cifra de 172 mujeres que tuvieron una muerte violenta y 59 feminicidios registrados en 2022 en esta entidad sureña, de acuerdo con cifras del Observatorio Feminista Contra la Violencia hacia las mujeres de Chiapas.
Aunque las autoridades sostienen que trabajan para disminuir la violencia hacia las mujeres, es una realidad que la violencia feminicida va en escalada.
La secretaria para la igualdad de las mujeres, Gely Pacheco, asegura que, trabajan en las colonias donde más llamadas reciben en el 911 por violencia de género.
“Todavía existe una brecha de mujeres que no tienen acceso al internet, a tener un teléfono a una red social, entonces con el My Movile, tratamos de brigadear con un pequeño equipo de brigadeo”.
En su portal, la FGE, comunica que ha abierto en enero, dos carpetas de investigación, en Juárez y en Huehuetán con protocolo de feminicidio.
Sin embargo, la página de la Alerta de Violencia de Género -dependiente de la FGE- afirma que entre enero y marzo, sólo se ha registrado un feminicidio en Chiapas.
En enero, el Observatorio Feminista Contra la Violencia Hacia las Mujeres, documentó un feminicidio.
Por este crimen, ocurrido en la comunidad el Manzanillo, la Fiscalía General del Estado, abrió una carpeta de investigación. Se trata de una maestra del Conafe, Ericka “N”, que fue encontrada sin vida al interior del aula, en el municipio de Juárez.
En febrero, cuatro mujeres fueron asesinadas.
El último caso de feminicidio se registró en Ocosingo, el 24 de febrero, la Fiscalía General del Estado, inició una Carpeta de Investigación, tras el hallazgo del cuerpo sin vida de una adolescente con las iniciales R.G.S en un lote baldío.
En este mes de marzo, se documentó la muerte violenta de Petrona “N”, esposa del líder del grupo armado El Machete, de Pantelhó, la víctima fue emboscada en la comunidad San José del Carmen, en el tramo que comunica a Pantelhó con San Cristóbal.
A pesar de las leyes contra violencia de género en México, los delitos y crímenes aumentan.
Los tipos de violencia contra las mujeres está la económica, psicológica, emocional, física, sexual.
Esmeralda Millán, fue quemada con ácido por su ex pareja, un caso ocurrido en el 2018 y que a la fecha la joven mujer lucha por un lado contra la discriminación y aún espera justicia.
“Mi agresión fue por el hecho de ya no regresar con él, ya no continuar con una vida que tenía yo de maltrato psicológico, físico, tuve muchos contratiempos con él”
Otro caso, el de la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos, sobreviviente de feminicidio en grado de tentativa, también sin justicia. En su última visita por tierras chiapanecas, alzó la voz en exigencia de justicia.
“Ahora para tener acceso a la justicia las instituciones también son muy selectivas, muy clasistas, y muy violentas, a mí en lo particular, me gusta siempre estar o andar con guaraches y si tú te atrever ir a ver a alguien de gobernación lo primero es que re van a ver los pies y desde ahí empieza la negación para acceder a la justicia.”
Leyes que en poco o nada funcionan, parecen ser más un adorno, incluso un sector de mujeres aún está en la indefensión.
Lo lamentable es que se siguen otorgando millones de pesos a organizaciones gubernamentales, cuyos resultados han sido pobres.
Para este 2023; 8.2 billones de pesos, destinará la federación para la implementación de la Política Nacional de Igualdad y de Erradicación de la Violencia contra las mujeres.
Hacer frente a la violencia de género y feminicidios demanda una atención inmediata y coordinada de las instituciones del Estado, la cual hasta hoy resulta sin efecto.
Urge reconocimiento del feminicidio y la impunidad en que ocurre como un problema de Derechos Humanos en el País.