Desde la columna de la Independencia y del Monumento a la Revolución, decenas de miles de mujeres marcharon y atiborraron una vez más el Zócalo para exigir al Gobierno federal que cesen violencia, feminicidios, desapariciones e impunidad en la mayoría de los casos, mientras un grupo de ellas, muy jóvenes, pintarrajearon y prendieron fogatas al intentar infructuosamente derribar algunas de las vallas metálicas que resguardaron Palacio Nacional, repleto de contingentes policíacos que les lanzaron gases para impedirlo.
Desde el mediodía, muchas de ellas con blusas, shorts y jeans colores morado, negro y blanco; tenis, sombreros, gorras y sombrillas multicolores, se congregaron en Paseo de la Reforma y Plaza de la República, con banderas, pancartas, mantas y cartulinas, con nombres de las miles de víctimas, con reclamos y exigencias de justicia y a partir de las cuatro de la tarde se enfilaron a la Plaza de la Constitución, a la que algunos grupos llegaron al oscurecer y en donde permanecieron anoche entre mensajes, bailes y proclamas.
En un mensaje por el Día Internacional de la Mujer, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Lucía Piña Hernández, sostuvo que “es posible e impostergable detener, de una vez por todas, la discriminación y las violencias por razón de género”, al reconocer la deuda histórica del sistema de justicia federal con ellas, ante lo cual anunció una “escucha permanente y progresiva” a las que están en situación de vulnerabilidad acrecentada.
Dijo que sólo escuchándolas se podrá contar con evidencia clara que le permita atender los principales problemas que enfrentan, que ése es su compromiso al frente del alto tribunal de justicia y que hoy al Poder Judicial Federal le toca guardar silencio y escuchar a las mujeres que marchan en los espacios públicos del país, y que dan voz a las que callan, porque las únicas voces que hoy se debe oír son las de ellas.
Lo que faltaba: que el Palacio Nacional fue amurallado por la marcha feminista, porque “la derecha es muy violenta y autoritaria, capaz de destruir y quemar” el histórico inmueble, como lo declaró el Presidente López Obrador, ante la protesta de las mujeres que ayer exigieron poner alto a tanta violencia en su contra.
Escala en Estados Unidos, más entre legisladores republicanos y medios de comunicación, que en el gobierno del presidente Joe Biden, la urgencia de actuar contra los cárteles mexicanos de las drogas que con la introducción de fentanilo, provocan la muerte de miles de habitantes anualmente en ese país, mientras que la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, reconoció que designarlos terroristas, “no nos daría una autoridad adicional a la que ya tenemos” para enfrentarlos.