Perfiles de Barro y Juárez
Ricardo del Muro/Ultimátum
El contenido y la vigencia de la poesía titulada “Perfiles de Barro y Juárez” del doctor Enoch Cancino Casahonda (1928 – 2010), nuestro querido amigo Noquis, en ocasión del aniversario del natalicio de Don Benito Juárez, este 21de marzo, merece ser evocada como una obra que honra la memoria del prócer oaxaqueño y al mismo tiempo recordar y reconocer el talento del poeta autor del “Canto a Chiapas”.
La obra “Perfiles de Barro y Juárez” fue galardonada como poema triunfador en ocasión de la VII Feria Mexicana del Libro, celebrada en 1956. El jurado calificador estuvo integrado por Salvador Novo, Enrique González Casanova, Manuel González Durán, Efrén Hernández y Andrés Henestrosa, que concedió el primer lugar al joven de 28 años pero ya reconocido poeta chiapaneco.
El premio fue entregado por el entonces presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines, acompañado del gabinete en pleno, durante un acto celebrado el 20 de noviembre de 1956 en la histórica plaza de La Ciudadela de la Ciudad de México.
Este poema es el más extenso, escrito Cancino Casahonda, contiene 294 versos, divididos en 9 cantos y se refiere a la tierra como génesis de cohesión histórico – cultural y a la figura de Juárez, el héroe como fortaleza de la patria, según indicó José Gustavo Ruiz Pascacio en su estudio crítico sobre la obra del poeta.
El poema fue reeditado por el Senado de la República con motivo del Bicentenario del Natalicio de Benito Juárez en 2006, en una edición que promovió Arely Madrid Tovilla, que en aquellos años era senadora y presidenta de la comisión de la medalla Belisario Domínguez.
En Juárez reconocemos la hondísima vocación que tuvo por el respeto a la legalidad. La legalidad entendida como un instrumento de gobernabilidad; la legalidad entendida como la esencial arquitectura del Estado de Derecho, como el único escudo que nos permite evitar que se atropellen las garantías de los ciudadanos; como el acatamiento irrestricto al imperio de la ley. El respeto y la obligación que tienen los poderes de someterse a la ley. La legalidad como el argumento, el único argumento que desarma enfrentamientos estériles y que es el cauce por el cual se dirige la energía social. La ley, como la razón desprovista de pasión, escribió el senador Sadot Sánchez Carreño en la presentación del texto.
En una de las estrofas del poema, Cancino Casahonda expresó:
“Cómo te voy queriendo Juárez en tu barro
proyectándose simple en la verdad,
cómo lo voy mirando puesto al hombro
de aquel gobernador
que al transportar la ley en el ataúd de su hija
sólo puso la ley sobe el dolor;
cómo me va angustiando en la fatiga
de la constante peregrinación
ante el acecho y la renunciación,
polvo en las diligencias nacionales,
monorritmo en las aguas internacionales”.
En los años en que escribió “Perfiles de Barro y Juárez”, el doctor Enoch Cancino Casahonda ya era un poeta reconocido por su “Canto a Chiapas”, escrito en 1949 y que fue galardonado en los Juegos Florales de Tuxtla Gutiérrez, por un jurado integrado por Carlos Pellicer, Andrés Henestrosa y Rómulo Calzada.
El doctor Noquis, como cariñosamente lo llamábamos, escribió más de un centenar de poemas, pero entre todos prevaleció el “Canto a Chiapas”, ese poema, conocido por todos los chiapanecos, que escribió cuando era un joven estudiante de medicina en la Ciudad de México, allá por 1947, y cuyos primeros apuntes los hizo en las hojas traseras de un libro de histología. Al paso del tiempo, el doctor Cancino Casahonda fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y en 1979 fue reconocido con el Premio Chiapas, mientras que su poema sería para su generación y las posteriores, el canto propio de la lejanía, la nostalgia y el deseo de volver a la tierra natal.
ricardodelmuros@hotmail.com
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