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BAJO SOSPECHA

12 de abril de 2023
in Opiniones
BAJO SOSPECHA
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Todos se echan la culpa del fentanilo

Bibiana Belsasso/La Razón de México/Ultimátum

¿Quiénes son los res­ponsables de que haya tanto fentanilo? Para Estados Unidos, Mé­xico es responsable de las más de 200 personas fallecidas por esta droga que en su mayoría es fabricada por narcotrafican­tes mexicanos.

Desde hace un par de me­ses, el tráfico de fentanilo, por parte de cárteles mexicanos, ha sido uno de los temas que acapara la agenda de los re­publicanos estadounidenses más radicales y de la Agencia Antidrogas estadounidense, la DEA.

La confrontación con Mé­xico es encabezada, entre otros, por el senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Gra­ham, quien busca una inter­vención militar del gobierno de Joe Biden en territorio mexica­no para combatir a los cárteles a través de una legislación en la que se consideren como or­ganizaciones terroristas a los grupos del narcotráfico.

Esto provocó la respues­ta inmediata del gobierno de nuestro país. Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exte­riores, acusó al senador Gra­ham de mentir sobre el tráfico de fentanilo y la venta de armas en EU. Aclaró que México no creó el problema de salud que padece la Unión Americana.

Y mientras Estados Unidos y China enfrentan una guerra industrial y comercial que ha sido un conflicto fuerte entre ambos países, hace unos días el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que envió una carta a su homólogo chino, Xi JinPing, para soli­citarle su ayuda a fin de “con­trolar” el envío a México de precursores químicos con los que se fabrica fentanilo ilegal.

El Presidente López Obra­dor dijo que en la carta solicita al mandatario de China que comparta con México infor­mación relacionada con los envíos de fentanilo a México. Detalló que no sólo se trataba de una petición de su Gobier­no, también de legisladores estadounidenses.

La carta dice: “Acudimos a usted presidente Xi Jinping para solicitarle que, por razo­nes humanitarias, nos ayude a controlar los envíos de fenta­nilo que puedan remitirse de China a nuestro país”.

Agrega: “Sería un apoyo inestimable contar con in­formación sobre quiénes im­portan esta sustancia, en qué cantidad, en qué embarcacio­nes, cuándo sale de los puertos chinos, a qué puertos mexica­nos llega y el tipo específico de sustancia”.

La respuesta a esta car­ta llegó desde China, la con­testó una funcionaria con­siderada de tercer nivel en una conferencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning. A pregunta de un repor­tero, ella negó que exista tráfico ilegal de fentanilo entre China y México. Y que su país no ha sido notificado por el Gobierno mexicano sobre alguna incau­tación de esa droga procedente de su país.

La funcionaria finalizó di­ciendo que “Estados Unidos debe afrontar sus propios pro­blemas y tomar medidas más sustantivas para reforzar la regulación dentro de sus fron­teras y reducir la demanda”.

Estados Unidos no se que­dó callado y aseguró que China sí es responsable, pues mafias asiáticas envían los precur­sores químicos a los cárteles mexicanos. Pero también es una realidad que esos precur­sores llegan a México y el fenta­nilo es fabricado mayormente por cárteles de la droga, princi­palmente el Cártel de Sinaloa, pero también por el Jalisco Nueva Generación.

Recientemente, Todd Ro­binson, subsecretario de la Ofi­cina de Asuntos Internaciona­les de Narcóticos y Aplicación de la Ley, asegura de que la cre­ciente demanda de opioides sintéticos, como el fentanilo, debe ser atajada a una gran ve­locidad tanto en México como en Estados Unidos.

Robinson asegura que su país se encuentra cambiando el enfoque con el que aborda el tráfico de drogas: De ser percibido como una guerra a convertirse en un asunto de salud pública. Asegura: “La demanda no deja crecer, pe­ro tampoco el tráfico desde la frontera entre México y Esta­dos Unidos.”

SIN ACCIONES, LA CRISIS SE AGRAVARÍA

En febrero pasado, la Se­dena aseguró un centro de manufactura de pastillas de fentanilo en Culiacán, Sinaloa.

En febrero pasado, la Se­dena aseguró un centro de manufactura de pastillas de fentanilo en Culiacán, Sinaloa. Foto: Cuartoscuro

“El fentanilo concentrado es mucho más peligroso que la cocaína o la heroína. Es más fácil de transportar en paque­tes más pequeños, por lo que su cruce en la frontera es mucho más fácil”, advierte.

Hace un par de meses, el canciller Ebrard me dijo en en­trevista que Estados Unidos también tiene responsabilidad en la producción de fentanilo: “Con todo respeto, la pandemia del fentanilo la crearon ellos y tú podías comprar fentanilo, que se desarrolla en 1959, lo sintetizó un genio belga que se apellidaba Janssen”.

“¿Para qué hizo el fentani­lo? Para operaciones, la obse­sión de Janssen era el manejo del dolor, y lo diseñó para ope­raciones muy complejas de 7 u 8 horas, lo que llamamos sueño profundo, por ejemplo. Para una operación a corazón abier­to necesitas usar fentanilo, fue un gran cambio, se usó desde los años 60 y hasta fines de los 90. En esa época, una empresa farmacéutica de Estados Uni­dos que se llama Purdue, pide permiso federal con un estudio falso que dice que el fentanilo no es adictivo”.

El canciller dice que, de acuerdo con cifras oficiales del gobierno norteamericano, el 86.3% de las personas que están en prisión por tráfico de fentanilo son de origen esta­dounidense. Y es que todos tienen que ver con la tragedia del fentanilo que estamos vi­viendo. Hoy, los narcotrafican­tes, para generar una mayor adicción, mezclan el fentanilo con otras drogas y hace pasar esas pastillas como si fueran oxicodona, percocet o Xanax.

Aquí no se vale echarse la culpa los unos a los otros, todos tiene su parte. Los precursores llegan de China, pero no sólo a México sino también a Ca­nadá, donde también se han asentado grupos importantes del narcotráfico, muchos mexi­canos, que trabajan desde allá con socios canadienses. Por­que, además, la frontera entre Canadá y Estados Unidos es mucho más fácil de cruzar. La droga se hace principalmente en México o por cárteles mexi­canos, y EU tiene un problema gravísimo de salud pública por el consumo de fentanilo.

Canadá también tiene mu­chos adictos y, muy probable­mente, y en menos tiempo del esperado, en México también tendremos un problema de consumidores. Si las autori­dades no hacen algo que fun­cione, la crisis del fentanilo ilegal será cada día más grave. Un ejemplo, las ganancias del fentanilo farmacéutico, que se utiliza para anestesias, es muy barato y seguro porque pasa por todas las pruebas y verifi­caciones, sin embargo el fen­tanilo ilegal, el que hacen los narcotraficantes en cocinas, deja unas ganancias enormes al narcotráfico.

Según la DEA, producir una pastilla de fentanilo cuesta un dólar; en EU se vende a 10 dólares o más, con 10 mil pas­tillas traficadas las ganancias superan cualquier otra droga que hayan traficado.

El fentanilo ilegal es una droga 50 veces más potente que la morfina y 100 más que la heroína, y mezclada con otras drogas como el cristal o la cocaína, se vuelve altamen­te mortal. En Estados Unidos esta droga está matando más de 100 mil personas al año. En México aún no hay estadísticas confiables, pero el uso del fen­tanilo va en aumento.

Y mientras tanto, todos se echan la culpa, cuando se debe de hacer un verdadero comba­te al fentanilo ilegal.

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