Los tiempos decisivos se acercan
Alejandro Moguel/Ultimátum
Parafraseándolo: voy a incrementar mi presencia en Chiapas porque los tiempos (decisivos) se acercan. Ante unas dos mil o tres mil personas, pues no es momento para desgastarse con reuniones masivas, inauguró su casa de Enlace Legislativo, en la Doceava Poniente, entre Avenida Central y Primera Norte de Tuxtla Gutiérrez.
Es el senador Eduardo Ramírez Aguilar quien está haciendo todo lo que debe hacer un político que aspira a escalar un escarpado cerro cuya cúspide, en este caso, es la candidatura de Morena a la gubernatura de Chiapas. Está cosechando todas aquellas relaciones humanas que él ha sembrado a lo largo de más de 20 años de haber trabajado en la administración pública.
Siempre con apego a las leyes electorales vigentes, el comiteco se está moviendo y meneando a su gente, a sus seguidores, a quienes creen en él. Se está mostrando y, desde hace mucho tiempo, tiene la mano levantada para la grande de Chiapas. Mal haría con quedarse en casa los fines de semana contemplando que los demás pasen frente a él.
Anunció que va a instalar casas de enlaces legislativos en los 124 municipios de Chiapas, que va a intensificar sus recorridos en el interior del estado los fines de semana y pidió a todos sus seguidores a que “se conviertan en activistas y promotores de su amigo El Jaguar en todas las colonias, barrios, fraccionamientos, ejidos comunidades y municipios”.
Reaparecieron por ahí muchos políticos del sexenio de Juan Sabines Guerrero y de Manuel Velasco Coello, y desde luego todos aquellos seguidores del multicitado senador.
ZOÉ ROBLEDO ABURTO
También está moviéndose, a su manera, el otro prospecto para la candidatura de Morena al gobierno de Chiapas, Zoé Robledo Aburto, quien tiene a gente trabajando en los trece distritos electorales en que está dividido el Estado.
Me cuentan que eventualmente se reúne con personas de su confianza y, por tanto, de su círculo más cercano. En uno de esos encuentros sostenido hace más de dos meses en Comitán de Domínguez, con sus operadores distritales, palabras más o palabras menos, Zoé les aclaró que es falso que él quiera ser candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y tampoco cualquier otra actividad en el ámbito nacional.
Les aseguró que él quiere ser gobernador de Chiapas y que por eso trabaja intensamente todos los días. Pidió a sus colaboradores que se esfuercen al ciento por ciento para ayudarlo a lograr a ese propósito, pero, al mismo tiempo, los exhortó a que no se anden repartiendo cargos públicos con anticipación. Que lo ayuden a llegar a la gubernatura y que cuando él sea gobernador, ellos van a poder estar donde quieran.
Ahí se confirma aquella declaración hecha por el propio director general del IMSS que “su destino es Chiapas”, lanzada hace varios meses para acallar muchos rumores que lo estaban sacando del juego sucesorio del territorio chiapaneco.
Hay que recordar que Zoé tiene más restricciones de tipo legal para estar promocionando su imagen en distintas partes de Chiapas, porque es funcionario público del gobierno federal. Su trabajo debe estar distribuido en las 32 entidades federativas del país.
Rápidamente le reclamarían el por qué le estuviese dedicando mucho tiempo a esta entidad del sur de México. Sin embargo, de todas formas y cada que hay una oportunidad organiza eventos los fines de semana y tiene la posibilidad de encabezar actos públicos inherentes a su desempeño como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
FUTURO INCIERTO
Al igual que el primer personaje mencionado en los primeros párrafos de este texto, Zoé tiene todo el derecho de aspirar y se está moviendo a su manera. Muchas cosas se dicen de él. Que si el presidente lo va a colocar como candidato de Morena a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, que si Claudia Sheinbaum lo quiere como coordinador general de su campaña de proselitismo para la presidencia de México y no sé cuántas otras cosas más.
Lo más seguro es que ¡Quién sabe! A estas alturas del partido, yo creo que ni el presidente López Obrador tiene seguro todavía a cuál de sus tres corcholatas le va a entregar su entera confianza para que sea su sucesor o sucesora.
Todas las elucubraciones que se lanzan por ahora están justamente plagadas de subjetividad, esa cualidad de los sentidos que le permiten al hombre percibir únicamente lo que a sus intereses conviene.
Yo estoy convencido que, con respecto quien vaya a ser el candidato o la candidata a la presidencia en 2024, la decisión final será tomada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador con base a dos factores principales: los resultados de las elecciones locales del Estado de México y Coahuila que serán conocidos el 06 de junio próximo, un día después de los comicios, y con base también en los resultados de las encuestas de preferencias electorales de sus tres principales corcholatas, cuyas tendencias ya han de estar sobre el escritorio de la principal oficina de Palacio Nacional. A partir de ahí, serán movilizadas las piezas del presidente a nivel nacional en torno a Claudia, Adán o Marcelo y en las nueve gubernaturas que serán renovadas en 2024, incluido Chiapas. No hay que comer ansias. ¡Paciencia!
alexmoguels@hotmail.com