Ahora sí que perdón, producto de las prisas por acabar con estructuras de corte “neoliberal y conservador” como en su momento fue calificado el Seguro Popular, creado durante el gobierno de Vicente Fox con objeto de garantizar el acceso a servicios de salud a personas carentes de seguridad social, igual que por la manifiesta incapacidad e indolencia de quienes fueron enviados a encabezar el organismo que, supuestamente, le supliría en sus funciones, el recién creado Instituto de Salud para el Bienestar fue condenado a muerte.
En el marco de sorpresivo “albazo” legislativo impulsado desde las curules del oficialismo en San Lázaro, en efecto, el fracasado Insabi a cargo del impresentable Juan Antonio Ferrer, antropólogo de profesión, dejó de existir en medio de toda suerte de críticas y condenas por parte de quienes hace apenas unos días elogiaban su existencia —militantes y afines de Morena se entiende— y de la oposición, y pasó a integrarse al IMSS-Bienestar, de Zoé Robledo, que concentrará así la atención de la población en la material.
Inmerso en la más grave crisis en materia de salud, provocada igual por la falta de capacidad material, profesionales y financiamiento para ofrecer servicios medianamente dignos a la población —“iguales a los de Dinamarca o mejores al menos”, recordó alguno en tono burlón— que un sinnúmero de medicamentos, el gobierno parece urgido a asumir medidas otrora indeseadas a fin de mejorar la percepción social sobre el punto de cara al inminente término de su declinante gestión caracterizada en buena medida por el agotamiento de recursos disponibles para impulsar no pocos de sus programas.
Habrá que esperar noticias sobre cómo es que se dará la asimilación del instituto por parte del IMSS y los primeros resultados de ello, es cierto. Nada hoy, sin embargo, parece más obvio que el rotundo fracaso de una estructura que, insistamos, nació más por terquedad y la explicitada intención de “borrar” el pasado que de apoyar una optimización de servicios…
* Nadie como el gobierno federal aporta más a la desinformación y confusión sobre el estado de salud de Andrés Manuel López Obrador. Ayer apenas, luego de insistir en que su enfermedad es cuestión de “dos o tres días”, la SRE confirmó haber pospuesto hasta junio una cumbre latinoamericana programada para realizarse el 6 y 7 de mayo. ¡Vaya señal!
* Ahora sí que al más puro estilo ¡de la 4T!, perdón, el impresentable Diego Sinhue, presumiblemente panista, aunque proclive a quedar bien con el gobierno federal, arrancó campaña de su corcholata a sucederle en el gobierno de Guanajuato, a Libia García, contratando espectaculares y pintando bardas con el logo: Es Libia. ¿Y la congruencia, y la vergüenza?
* Donde las cosas no parecen ir nada bien para el lopezobradorismo en campaña —con dos candidatos— es en Coahuila puesto que, mientras los liderazgos de sus tribus siguen peleando entre sí, el aliancista de extracción priista Manolo Jiménez suma a su causa y avanza en la presentación de un programa serio de gobierno: ayer en materia de Protección Ambiental…