El calor también mata
Ricardo del Muro/Ultimátum
Más de 350 mil personas mueren cada año en el mundo por el calor extremo, señala el informe 2022 de la revista médica The Lancet, en un estudio sobre los impactos del cambio climático realizado por 99 expertos de 50 grandes instituciones, como la OMS y University College de Londres, donde se indica que los fallecimientos de personas producidas por la exposición a altas temperaturas, conocidos como golpes de calor, aumentó 68% entre 2017 y 2021, mientras que la superficie terrestre mundial afectada por sequías extremas creció 29% entre 2012 y 2021.
Durante el verano del año pasado, casi 4 mil personas murieron en España a causa del calor y al menos 15 mil en Europa, estimó la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Estados Unidos, el calor excesivo es la principal causa de muertes relacionadas con el clima, de hecho, las muertes por calor han superado las muertes por huracanes en más de 15 a uno durante la última década, según los datos del servicio meteorológico estadounidense.
Actualmente en México hay una ola de calor que ha provocado en algunos estados, como Chiapas, que la temperatura haya llegado a los 40 grados centígrados. De acuerdo a los datos del servicio meteorológico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) las altas temperaturas están afectando a 53 municipios de Chiapas.
Hasta el momento, la temperatura más alta que se ha registrado en Chiapas son 41 grados Celsius en el municipio de Chiapa de Corzo, pero en la vecina Tuxtla Gutiérrez, capital de la entidad, la temperatura ha fluctuado entre 38 y 40 grados centígrados en los últimos dos días.
Esto ha generado un aumento de personas afectadas por el golpe de calor. Según datos de la Secretaría de Salud, las entidades federativas con mayor número de casos son el Estado de México, con 52 registros; Veracruz, con 33; Oaxaca, con 20 casos; la Ciudad de México, con 18; Guanajuato y Sonora, con 15 registros, cada uno.
Hasta el 18 de marzo de marzo de 2023, la Secretaría de Salud documentó 253 casos de personas afectadas por las altas temperaturas que requirieron atención médica. En comparación con el mismo periodo de 2022, el aumento para este año fue de 51.5 por ciento, al pasar de 123 casos acumulados a 253 hasta el pasado 23 de marzo.
En una reciente entrevista para el diario mexicano El Economista, Jeff Goodell, autor del libro The heat will kill you first (El calor te matará primero) es contundente: “una de las cosas que tenemos que entender cuando hablamos del calor y del cambio climático, es que estos cambios verdaderamente matan personas, y más de lo que pensamos”.
Una ola de calor, explica Goodell, es un evento depredador que elimina a las personas más vulnerables, pero eso está cambiando, pues a medida que las olas de calor se vuelvan más intensas y comunes, se volverán más democráticas.
En este sentido, explica que el mundo está despertando a una nueva realidad: los incendios forestales ahora son estacionales en California, el noroeste recibe cada vez menos nieve cada invierno y las capas de hielo en el Ártico y la Antártida se están derritiendo rápidamente. “El calor es la amenaza de primer orden que impulsa todos los demás impactos de la crisis climática. Y a medida que aumenta la temperatura, se revelan fallas en nuestros gobiernos, nuestra política, nuestra economía y nuestros valores”.
Ante este escenario, asegura que es importante reflexionar sobre la forma en que estamos construyendo las ciudades, especialmente las ciudades modernas, pues “estos lugares vivirán calores mucho más fuertes que los alrededores”.
¿Cómo solucionar este problema? De acuerdo con Goodell, es algo que no tiene una respuesta absoluta y que se podría estar debatiendo por muchos días, “es un tema muy complicado”, sin embargo, tenemos que empezar a pensar cómo vamos a construir las ciudades del futuro, mitigando el calor y lidiando con la desigualdad. Por ejemplo, cambiando las formas en que construimos las ciudades, plantando más árboles, lugares de sombra, dejando más áreas verdes, menos pavimentadas, es decir, espacios comunitarios donde uno pueda escapar del calor, además de crear esquemas de acceso para los que menos dinero tienen.
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