Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
TGZ
Javier Coello Trejo, bautizado como “El Fiscal de Hierro” por el presidente José López Portillo en el período 1976-1982 en el que se desempeñó como titular de la Fiscalía Especial contra la Corrupción, no duda en disparar certeras palabras para combatir el crimen organizado en México. Como la estrategia de “abrazos, no balazos” no puede lograr resultados, sentencia “Rifle sanitario” para erradicar la delincuencia del país. Entrevistado por Amet Samayoa Arce, director general del diario Ultimátum, Coello Trejo habla de la denuncia en contra de Hugo López-Gatell y la posibilidad de que el subsecretario de Salud de la 4T pueda ir a la cárcel por el delito de homicidio por omisión, a causa de la muerte de más 700 mil personas durante la pandemia de COVID-19.
Habla de su paso por la administración pública, de sus logros y satisfacciones en la vida, de las amenazas de muerte, el atentado que sufrió en algún momento, pero afirma que no le teme a nadie, solo a Dios… “y a mi esposa”. No niega su amistad con El Negro Durazo, tampoco la de Alejandro Gertz Manero. Se refiere al caso de Emilio Lozoya y al motivo por el cual escribió sus memorias. Manifiesta que es un honor que el presidente López Portillo lo llamara “El Fiscal de Hierro” por su férrea lucha contra la corrupción, en la que encarceló a por lo menos 4 mil funcionarios y devolvió el dinero a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP). A continuación, la entrevista completa.
DIFÍCIL, PERO NO IMPOSIBLE
Amet Samayoa Arce (ASA).- Es un honor para mí poder conversar con el licenciado Javier Coello Trejo, un personaje que está dando mucho de qué hablar; desde los años 70’s López Portillo lo llamó El Fiscal de Hierro y este hierro lo están sintiendo ahora en la 4T. Usted ha iniciado una demanda, un caso en contra de Hugo López-Gatell en el tema de las víctimas de la pandemia. Licenciado, muchas gracias por esta conversación. Javier Coello Trejo (JCT).- No, Amet, a sus órdenes. ASA.- Me gustaría que nos comience a platicar cómo inicia esta demanda, este caso. JCT.- Yo tengo un despacho que se llama Coello Trejo y Asociados, trabajan varios abogados, pero tengo especial interés en un muchacho que era boxeador, El Tigrillo Palacios, que entrenaba a mi hijo y un día me dijo quiero ser abogado, lo metí al despacho, lo metimos a la escuela, de origen humilde, y se hizo abogado. Entonces yo conocí a su familia, viene la pandemia, me habla por teléfono y me dice que murió su papá; me platica cómo, vamos al despacho y le digo ¿qué quieres hacer? Y me dijo: licenciado, es una injusticia, y ya me platica lo que yo no viví personalmente, vi en la televisión, pero me platica lo que él sí vivió en los hospitales, que lo rechazaban, toda la injusticia. Me dice los hechos, lo planeamos, voy a una entrevista con Azucena Uresti, con Guillermo Ortega, y ahí me dice, oye Javier, ¿tú estarás dispuesto a apoyar a aquellos que quieran denunciar? Le dije sí, con mucho gusto, porque a mí denme los hechos y yo hago las denuncias. Tengo un equipo bastante fuerte de abogados, el despacho es grande, además tengo la convicción de que yo estudié derecho y, a mucho orgullo lo digo, estudié en la Escuela de Derecho de Chiapas, porque amo a la justicia.
Entonces empezamos el tema, presentamos la primera denuncia, se sumaron otras familias. Obviamente, por cada familia y por cada caso una demanda, una denuncia, pero la de Felipe la presentamos primero. El Ministerio Público de la Federación dicta un acuerdo irreverente, ilegal, y dice me abstengo de investigar. Obviamente vamos ante el Juez de Control, impugnamos; el Juez de Control confirma la negativa del Ministerio Público, nos vamos al amparo, pero mire, en el aspecto jurídico, en el litigio hay muchas instancias y fuimos a la revisión, un Colegiado ordenó que se iniciara la carpeta, empezamos la carpeta y se iniciaron las otras también, pero ésta va muy adelantada. De repente, solicitamos que se cite al doctor Alcocer, a López-Gatell, al director de Epidemiología de la Secretaría de Salud y a otros y mágicamente el fiscal encargado del caso propone un ejercicio de acción penal. O sea, me determina en un ejercicio de acción penal con unos argumentos irrisorios. La verdad, dice algo que va en contra de lo que prescribe el reglamento de la Ley de Salubridad.
El garante de la salud, así lo dice la ley, es el subsecretario. Tiene qué controlar, hacer los proyectos, etcétera, lo dice el Artículo 10. Vamos ante el Juez de Control y, obviamente, como todo en el juicio oral, el fiscal pone sus argumentos, nosotros contestamos, y resuelve el juez. Una belleza de resolución ¿por qué?, porque si bien es cierto el juez reconoce que sí el gobierno sacó un decreto, el gobierno dijo lávate las manos, etcétera, pero no puso las medidas medulares para evitar tanto contagio, como es el no haber exigido, obligatoriamente, usar el cubrebocas.
Como es, sí, suspender a las oficinas o a los empleados, pero no al transporte público. Si no pusieron el cubrebocas y no suspendieron el transporte público, ahí estaba el contagio. Eso lo dice el juez. El juez habla de que el primer caso que llega a México entra por vía aérea, no ponen control sanitario, ni cierran los aeropuertos, entonces, ¿por qué el juez determina que se siga investigando? Porque considera que hay suficientes elementos que tienen qué aclararse. En eso estamos. Te quiero decir algo. Hemos recibido muchos mails de gente que se suma, pero hemos recibido muchas llamadas de científicos que están de acuerdo en comparecer a la carpeta y declarar y aclarar el por qué el señor doctor Hugo López-Gatell cometió negligencia, falta de cuidado, omisión. Entonces, el delito es homicidio por omisión. Para que entendamos más sencillo, un médico opera a alguien y le deja la gaza, esa gaza produce una infección, viene una septicemia y muere el paciente ¿cómo se llama eso? Homicidio por omisión. Tenía la obligación del deber, no es que lo haya hecho dolosamente, omitió cumplirlo. ASA.- Usted da pasos sólidos en sus denuncias, ¿hasta dónde cree que va a llegar este caso, partiendo de que es el funcionario consentido, podríamos hasta decir así, del presidente Andrés Manuel López Obrador? JCT.- Hace poco me decía un periodista en una entrevista. Licenciado, esto no lo creo, es inconcebible, y le dije, pero no imposible. Con todo respeto le voy a decir, o en este país enderezamos el rumbo, se aplica la ley, porque la ley es la ley, volvemos a tener un Estado de Derecho que no tenemos, o el país se va a derrumbar. Hablo del país, hablo de México, hablo de Chiapas, hablo de Veracruz, hablo de Tamaulipas, el país está, con todo respeto, desbaratado. Están acabando con las instituciones. Es que huelen a PRI. A ver, con todo respeto don Amet, no hay institución mala, malo es el que la dirige, porque pervierte los fines de la institución. ASA.- ¿Qué sigue después de la determinación? JCT.- Ahorita el juez notificó. No tuvo que notificar porque el Ministerio Público estaba en la audiencia. El quedó notificado igual que nosotros.
Entonces vamos a ir a verlo. Hay un problema en México, un problema que sí, es lo que ha determinado el fiscal general. Para que usted vea a un Ministerio Público tiene que hacer cita como si se tratara del Seguro Social. Entonces ya hicimos la cita, esperamos que nos la den para el lunes. Vamos a ir, estamos preparando otros elementos de prueba, los vamos a portar y sí le quiero decir algo: iremos a la justicia federal, cuántas veces sea necesario, pero esto no puede quedarse así, son 700 mil mexicanos muertos, 700 mil familias que fueron afectadas en lo más preciado que es la vida del ser humano. ASA.- Si se van sumando ¿usted va a llevar el caso de todos? JCT.- Todo el que se quiera sumar, porque ya conozco el camino. ASA.- ¿El costo del abogado?, porque su despacho es muy prestigiado y es caro. JCT.- Pues sí, pero es probono. O sea, no cobro. En estos casos no cobro. Mire, yo tengo una máxima en mi despacho: de cada cinco casos, uno no lo cobro. Procuro que sea gente de pocos recursos. ASA.- ¿Ha tenido alguna presión, algo del gobierno para decirle, oiga…? JCT.- No, no. Si se atreven a hacerlo les voy a contestar que no. Mire don Amet, yo fui Ministerio Público Federal unos años, combatí la corrupción, combatí el narcotráfico, y me acuerdo que me llamaban por teléfono a las 12 de la noche: ¡Te voy a matar! Y llegó un momento en que le dije: mira, hijo, mátame pero no me desveles, carajo. Uno se va a morir cuando Dios quiera. Obviamente, yo respeto al señor presidente de la república. Puedo no estar de acuerdo con él, pero es mi presidente. ASA.- Usted habló hace un momento de cuando estuvo en lo que no era Fiscalía, pero era Anticorrupción y encarceló a más de mil funcionarios. JCT.- Cuatro mil.
GERTZ MANERO ES HONESTO
ASA.- No, pues me estoy quedando muy corto. Desde ahí se le conoce. El presidente, en ese momento, (José) López Portillo lo llamó el Fiscal de Hierro. Tiene usted su libro que son memorias, pero hay también un libro que habla del Fiscal Imperial, que es el actual fiscal general de la nación. JCT.- El doctor Gertz Manero. ASA.- Sí, es usted también su apoderado, vi por ahí. Explíquenos esa parte. JCT.- Es mi amigo de 40 años, yo lo conozco cuando llegó a la Procuraduría General de la República en 1973, él era oficial mayor, con don Pedro Ojeda Paullada que era procurador, fui ascendido y llegue a ser el revisor general de la república y nos hicimos amigos. Después lo perdí de vista, pero es mi amigo, él me pidió que yo lo apoyara como abogado, lo apoyé, rescaté a su hermano, presenté la denuncia y otras cosas y tengo poderes de él, no me los ha revocado. Obviamente, lo respeto. Te voy a decir algo.
El doctor Alejandro Gertz Manero es muy honesto, no necesita robar. ¿Qué pasa? Como todo, tiene sus filias, tiene sus fobias. Sé, lo conozco, es un hombre de derecha. ¿Qué ha pasado? No sé, porque acuérdese de una cosa, la política marea, y mientras en este país no desliguemos la política de la justicia, nunca tendremos un estado de derecho. ASA.- Le dijeron abogadete. JCT.- Mire, yo reto al que me lo haya dicho a que me compruebe que soy abogadete, pero además que ha hecho cosas, como abogado, más importantes de las que yo he hecho. Al abogado se conoce en el litigio, en los tribunales. Yo pregunto, el que me dijo o me diga abogadete, que me diga si ha litigado ¿cuándo ha ganado un asunto?
NO LE TEMO A NADIE
ASA.- Hace un rato dijo que recibía llamadas a la medianoche para decirle te vamos a matar, pero ya sufrió usted un atentado, incluso en su domicilio.
JCT.- Sí, como no, pero mire, me acuerdo perfectamente que el señor presidente Salinas me decía: oiga Coello, ¿por qué no lo denuncia? No, señor presidente, porque le abro los ojos a otros. Sí, sufrí atentados; bendito sea Dios que tengo una gran mujer que me aguantó, que por cierto es su paisana de Villaflores. Yo recomendaría a los jóvenes que se casen con una frailescana porque son… ella soportó conmigo muchas cosas que no tiene caso recordarlas, pero yo no le temo a nadie. ASA.- Eso le iba a preguntar, porque usted detuvo a La Quina, a Miguel Ángel Félix Gallardo. JCT.- Amado Carrillo. ASA.- Puros tiros de precisión, pero peligrosos. JCT.- Sí, claro. ASA.- ¿Pero en algún momento usted no ha sentido un temor, o a su familia? JCT.- No. Nada más le tengo temor a Dios, y, con todo respecto, aquí entre nos, a mi esposa. No soy macho, pero yo siempre he pensado que la vida Dios nos la da, y cuando Dios ordena, Dios nos la quita. Si el instrumento que me va a atentar y me va a matar es enviado de Dios, así me ponga yo en las faldas de Biden, me van a dar. No. hablo con la verdad. Hablo siempre con la verdad. Nunca he traicionado a nadie. Vine a Chiapas, fui secretario General de Gobierno, puse orden. Un estado que estaba convulsionado por las invasiones, desalojamos a los invasores, pusimos orden, así me lo pidió el general Castellanos, así me lo ordenó en aquel momento el señor presidente De la Madrid. Cuando ya no era necesaria mi presencia me fui a trabajar a mi despacho.
CASO LOZOYA
ASA.- Recientemente, muy polémico su nombre en el caso de Lozoya, y le debe, y también se dieron algunos comentarios adversos hacia usted, pero yo lo escuche decir que fue su padre el que falló, no la defensa. JCT.- Mire, todo el problema con Emilio surge porque el Estado le pide que impute a senadores y diputados del PRI y del PAN. Yo le comento, ¿tienes pruebas? Me dijo no, tengo un video, pero pues le dije, es un video editado. Si no tienes pruebas, Emilio, no lo hagas. Porque, con todo respeto, a todo hecho, una prueba.
Obviamente, tengo que aceptarlo, fue muy presionado. Su hermana huyendo, su mamá arraigada, su esposa no puede salir de Alemania porque tiene orden de aprehensión y ficha roja. Entonces, precisamente en la pandemia hablamos varias veces. A mí no me lo hubieran detenido, el problema es que intervino su papá. A mí no me lo hubieran detenido, nunca me han detenido a un cliente. Yo sé cómo, es mi obligación, pero lastimosamente él me dijo: Javier, yo te quiero mucho (tengo la carta), te estimo mucho, etcétera, etcétera, pero tengo qué hacer esto y no cuentes conmigo. Entonces me reconoció los honorarios, yo había puesto de mi dinero porque él no podía mostrar sus cuentas, y ahorita estoy en eso. Me va a pagar, despacito, pero me va a pagar.
MOMENTO DIFÍCILES
ASA.- Casi 50 años de profesión, de abogacía, de llevar casos, ¿nos puede compartir los momentos más difíciles que usted ha enfrentado en una defensa, o también le tocó ser funcionario público, decidir, ¿cómo qué cosa le preocupó? ¿Cómo qué cosa le inquietó? JCT.- Le voy a ser honesto, hubo dos temas que como funcionario público me inquietaron y me preocuparon. Uno, La Quina. Le voy a decir por qué, porque yo no le podía fallar al presidente (Carlos) Salinas, y me puse a pensar de regreso en el avión, ¿qué hubiera pasado si yo hubiera fallado? En ese momento pensé, pues me hubiera tenido qué suicidar, porque no le puedo llegar a decir a quien me dio su confianza: señor, fallé. Ese fue un momento difícil para mí.
Otro momento muy difícil para mí fue cuando trataron de secuestrar a mi hijo Javier. Gracias a Dios tuve el apoyo del presidente, tuve el apoyo del Ejército y no lo pudieron hacer, porque lo demás era chamba todos los días. Qué mala suerte tienen los que procuran justicia, cuando la quieren procurar; todos los asuntos revientan el viernes en la noche. Entonces, el funcionario público que procura justicia tiene que ser abogado, y los abogados somos abogados los 365 días del año, las 24 horas.
LOGROS Y SATISFACCIONES
ASA.- ¿Y algún momento de mucha satisfacción en su carrera? JCT.- ¿Mucha satisfacción? El haber podido regresar como secretario de Gobierno. Otra satisfacción, haber servido en la Procuraduría General de la República, haber procurado justicia y haber podido meter a la cárcel a todos aquellos que se robaron el dinero del pueblo. Yo no devolví el dinero al Instituto de lo Robado, yo lo devolví a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y tengo mis mails, tengo mis enteros, mis entregas a la Secretaría, de todo, tengo una prueba de todo.
ARTURO DURAZO ERA MI AMIGO
ASA.- Se lo pregunto con todo respeto, le han preguntado antes de El Negro Durazo, su relación con él generó mucha polémica, mucho cuestionamiento hacia usted. JCT.- Mire don Amet, Arturo Durazo Moreno era mi amigo, fue comandante de la Policía Judicial Federal, trabajó bajo mis órdenes en algunos delitos de contrabando; gracias a ciertas investigaciones conocí al presidente Bush y gracias a esas investigaciones conocí al que fue director del FBI. Arturo Durazo, un excelente policía, agudo, desgraciadamente le gustaba la lana. Muy duro.
Pero yo le hago una pregunta don Amet, vaya usted a la Ciudad de México ahorita y pregunte ¿quién le gustaría que fuera el jefe de la policía? Le van a decir El Negro Durazo. Sí, torció el camino, torció el camino. Un hombre muy hombre. Le voy a decir algo, los amigos son para siempre. Por eso mi frase es: yo nomás doy una vez en la vida la mano. Era mi amigo. Fui a verlo siendo subprocurador de la República, a la cárcel. Me llamó el señor presidente, oiga Coello, ¿cómo el ícono contra la corrupción? Es mi amigo, señor presidente, y sí le digo, el día que usted salga de aquí, yo voy a estar a su lado. Lo único que me dijo fue, con usted no se puede Coello, pero no porque yo me cochupé con él, al contrario, era mi amigo. Don Amet, cuídese de los buenos, no de los malos.
LA CORRUPCIÓN SÍ SE PUEDE COMBATIR
ASA.- Oiga, de las memorias de su libro platíquenos ¿qué emociones ha encontrado en ellas? JCT.- Mire ¿por qué lo escribí? Le voy a ser honesto. Lo escribí porque me cansé de escuchar que no combaten la corrupción y sí se puede combatir. Yo la combatí con el apoyo de un procurador General de la República como don Óscar Flores Sánchez, pero con la voluntad política del presidente López Portillo. La criminalidad, claro que se puede combatir, ah, que siempre hay daños colaterales, siempre, pero no podemos satanizar a la policía, no podemos defenestrar a la policía. Cómo es posible que en paz descanse el doctor Carpizo llega de procurador y lo primero que le dice a la Policía Judicial Federal es, son todos ustedes unos rateros. ¿Qué ha pasado?, que no ha llegado gente de oficio a combatir la delincuencia.
Para procurar justicia, para combatir la delincuencia se necesita gente de oficio, no doctores en derecho, no aquel que vive en el limbo del derecho, sino con oficio. A ver, si se le rompe a usted la pared ¿a quién contrata? A un albañil o a un ingeniero. Aquí es igual, tiene usted que contratar a alguien que conozca, porque con todo respeto, cuando un jefe de la policía a mí me decía, oiga licenciado es que yo no conozco al que es el jefe de la banda tal, pues vete a tu casa, amigo, no tienes nada qué hacer.
Por eso escribí mi libro, y lo escribí contra la voluntad de algunos de mi familia, pero con el apoyo irrestricto de mi esposa y de mis hijos. Y digo la verdad, tan digo la verdad, que esto salió a la luz en el 2021 y no ha habido alguien que me refute lo que digo. UN HONOR ASA.- ¿Le gustó desde el primer momento que le hayan llamado El Fiscal de Hierro? JCT.- Bueno, pues es un mote que para mí fue un honor, porque el presidente me lo puso; pero mire, no de hierro, en aquel momento sería de manteca porque estaba yo bien gordo, pero sí me gusto y obviamente soy muy duro en mi trabajo. Yo no miento, no miento, y no soy corrupto. Estuve en Chiapas, serví a Chiapas, me acusaron de muchas cosas, que si se murió un profesor. No, no tengo manchadas las manos de sangre, que no haya sido en defensa propia o por servir a mi patria. ASA.- Oiga, en la Secretaria de Gobierno hacia política, estuvo en la Profeco, pero lo suyo ha sido más la abogacía y lo que tiene que ver con la procuración de justicia. JCT.- Totalmente.
ELIMINADO DE LA LISTA
ASA.- ¿No le inquietó en algún momento una diputación federal? JCT.- Mire, me habían propuesto, es más, el licenciado Ojeda Paullada que era el presidente del partido en aquel momento me llamó y me dijo vas por el Segundo Distrito, tu suplente se llama Arely Madrid, estate listo, y al otro día ya no salí en las listas, porque así es la política, porque mi querido amigo Juan Sabines, a quien sí cuestioné porque traían carros chocolates y como Ministerio Público Federal vine, hice la investigación, etcétera, fue y le habló al oído al presidente y me quitó. Pero mire, no hay mal que por bien no venga.
ORGULLOSO DE SUS GENERACIONES
ASA.- ¿Su hijo está en el despacho? JCT.- Sí, él es el jefe del área penal en el despacho. ASA.- ¿Se siente orgulloso? JCT.- Muy orgulloso y orgullosísimo por él, por mi hija Erika que es abogada, que es la encargada del derecho familiar, y por mi hija Jovita que es mercantilista, derecho mercantil. ASA.- Es un gran despacho. JCT.- Mis dos nietos, ya pasantes de derecho. ASA.- Me gustaría pedirle nos comparta. Las nuevas generaciones que quieren ser abogados ¿qué deben y que no deben hacer? ¿De dónde deben partir? JCT.- Mire, qué bueno que me hace esa pregunta don Amet. El futuro de este país radica en los jóvenes. Quienes quieran estudiar derecho tienen primero que entender qué es la justicia, porque el fin del derecho es la justicia. Tienen que estudiar. Tienen que prepararse y tienen que tener solidez moral. Cuándo usted construye un edificio, si no le pone bien los cimientos ese edificio se cae. Así es la vida. Yo le digo a los jóvenes estudien, prepárense, no sientan que se comen el mundo a puños ¿por qué las gallinas se alimentan bien? Porque comen granito por granito, si se echan un buche se empachan.
LÓPEZ-GATELL, CRIMINAL
ASA.- Regresando al tema de López-Gatell ¿lo vamos a ver en la cárcel? JCT.- Es un delito de homicidio por omisión, claro, y es un delito grave, y más grave porque murieron casi 700 mil personas. Hay algo muy curioso, que ayer le decía yo a Guillermo Ortega, se crean fiscalías especializadas en tales hechos, caso concreto hay una fiscalía y un subsecretario de Gobernación, dedicado casi tiempo completo al caso de Ayotzinapa. Evidentemente es un caso muy lamentable, muy duro, pero no han pensado en que se murieron 700 mil mexicanos. En lugar de que el fiscal o la fiscalía General de la República investigue, tratan de matar la carpeta; por eso le repito, cuantas veces lo pretendan hacer, cuantas veces iremos ante la justicia federal. Le voy a ser honesto, tengo confianza en el fiscal. No se olvide que el fiscal es nueve años y esto acaba el año que entra.
LA JUSTICIA NO SE INAUGURA
ASA.- Los cambios de régimen, de gobierno, la justicia es un gran reclamo y estuvieron gobiernos del PRI, del PAN, ahora Morena ¿cuál es su opinión sobre la aplicación de justicia? La llamadísima impunidad. JCT.- Le voy a decir algo, la justicia no es algo que se inaugure, no es una carretera, no es un hospital, no viste al político, por eso no le hacen caso o la relegan. Cuando no entienden que sin justicia, sin aplicación de la ley, sin Estado de Derecho, no puede haber progreso. ¿Qué ha pasado? ¿Qué pasó? Se lo voy a decir a usted. Cuando yo me vengo como secretario General de Gobierno, en el gobierno del general Castellanos, y obviamente el presidente De la Madrid. Cuando yo me entero por la prensa de que iban a desaparecer la Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia, me atrevo, con la confianza que tenía yo con el presidente De la Madrid, de decirle señor presidente no lo haga así. Me dijo cómo güey. No señor. Hay mil 500 o 2000 agentes de la división, de la famosa DIV, cada agente tiene diez madrinas, va usted a dejar afuera a 20 mil gentes que no saben o son policías o son bandidos, reincorpórelos señor presidente, métalos a otras policías, no los suelte.
“RIFLE SANITARIO” CONTRA CRIMINALES
ASA.- Oiga, el combate al crimen organizado ¿cómo lo ve? JCT.- Bueno, con abrazos, no balazos, no se combate. Hace ratito me preguntaba un amigo que usted conoce, que si yo le veía solución a esto. Sí, pero a un costo muy elevado. Muy elevado. ASA.- Nos interesa saber. JCT.- Rifle sanitario ¿Usted va a meter a la cárcel a alguien que metió en un tambo de 200 litros con ácido a una persona viva? Yo no digo que no tengan derechos humanos, que no tengan derechos, tienen derechos de un debido proceso, pero no derechos humanos, los derechos humanos son para usted, para mí, para los señores, no para las ratas. Así lo pienso. A ver, imagínese usted lo que está pasando en San Cristóbal, ¿cuándo lo habíamos visto? ¿cuándo habíamos visto lo de Huixtla? ¿Cuándo habíamos visto lo de Tuxtla? ¿por qué? Porque se olvidaron de la justicia. El que roba una vez y no se le castiga vuelve a robar.
El que mata una vez y no se le castiga vuelve a matar. Esa es la impunidad. ASA.- Muy bien, licenciado. Agradecerle que nos haya compartido grandes experiencias. JCT.- Al contrario, con mucho gusto. ASA.- Muy reconocido su trabajo, muy ponderado. JCT.- Le agradezco mucho y quiero decirle que hoy vine porque me invitó una generación de la que yo apadriné hace 40 años, de abogados. Me fueron a ver hace 40 años y me dijeron oiga licenciado queremos que sea nuestro padrino y que nuestra generación se llame como usted. Les dije, no, yo soy su padrino, quieren un nombre pónganle el de mi padre, y por eso vine a estar con ellos mañana en un desayuno. ASA.-Muchas gracias.