En medio del desaseo y desatención que existe en algunas federaciones del deporte nacional, lo que pasó con las clavadistas y las sensacionales competidoras de nado sincronizado dejan al descubierto la cruda realidad, la cual es contrarrestada por el gran amor propio, vocación y capacidad de los deportistas.
Sobreviven a pesar de los dirigentes. Sus familiares son la pieza medular. Son quienes los llevan a entrenar y son quienes se quedan con ellas y ellos y además los llevan a la escuela recorriendo en muchas ocasiones largas distancias.
La vida de muchos padres y madres está dedicada a sus hijas e hijos con la convicción y afán de que puedan cumplir sus sueños.
Muchos dependen de lo que hagan los gobiernos. Algunos deportistas optan por dejar sus lugares de origen para irse a estados del país en donde encuentran apoyo compitiendo por dichos estados. En los últimos años Jalisco, Nuevo León y BC han venido manteniendo una hegemonía deportiva en las muy atractivas competencias interestatales.
Desde hace tiempo el Ejército y la Marina han jugado un papel importante, porque ayudan a los deportistas, al tiempo que éstos cumplen funciones dentro de estas instituciones. No somos el único país que lo hace. Rusia es un ejemplo. Tiene a buena parte de los deportistas en el Ejército, muchos de ellos han terminado recientemente en la invasión a Ucrania; el COI, por cierto, está en un gran lío con el qué hacer con estos dos países de cara a París 2024.
Las y los deportistas desde hace tiempo se vienen integrando al Ejército o a la Marina para alcanzar una beca y un empleo que les ayuden a entrenar y poder utilizar las muy buenas instalaciones de estas dependencias.
Algunos gobiernos estatales hacen su parte. Conceden una beca y la Conade es la tercera instancia, aunque realmente sea la primera. La confederación se ha sumido en una serie de contradicciones a lo que se suma el que le hayan cerrado la llave del dinero de manera brutal e inexplicable; ha sido la tónica del sexenio en varias dependencias.
La Conade ha perdido recursos y tiene poca o nula capacidad de maniobra. No nos extrañe que México de ser una de las grandes potencias en el continente pase a ser una delegación distante de los primeros lugares en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, de El Salvador y los Panamericanos en Chile; eventos que se celebran este año.
En la Federación de Natación existe un problema desde hace tiempo. Su presidente se la pasa en los tribunales. Ante esto las y los nadadores, clavadistas y el nado sincronizado han hecho las cosas como pueden.
Todo lo que hemos visto estos días es la manifestación plena del estado de las cosas. Tienen razón las deportistas cuando aseguran que el Presidente está mal informado. Hay mala comunicación en materia deportiva cuando el Presidente repite hasta en dos ocasiones que fue la Conade quien pagó el viaje.
La Fundación Telmex fue la que pagó cerca de 1 millón de pesos para ello. Fue un asunto público que apareció en todos lados, por lo cual no queda claro cómo es que no se enteraron. Es encomiable el apoyo del sector privado, pero es una obligación del Estado crear una cultura deportiva en el país e impulsar a los deportistas de alto rendimiento, que queda claro que son muy competitivos, pero que en muchos casos no les queda de otra que quedarse aislados o de plano tener que hacer a un lado sus sueños.
Lo que venga seguirá siendo producto fundamentalmente de las y los deportistas. El lío en el deporte es desde hace tiempo un problema que nadie enfrenta de manera directa. La Conade está en el centro y el COM pone cara de niño bueno, el lío también pasó por aquí, no se hagan.
Muñoz Ledo manda un recado. Le recuerda a Monreal y a Ebrard lo que pasó con la corriente democrática del PRI. Les propone que hagan lo mismo, uno está contra el dedazo y el otro se opone a la cargada; luego resulta que así se empieza.