Diputado, senador, gobernador y ahora presidenciable
Alejandro Moguel/Ultimátum
Adán August o López Hernández entró a mitad del sexenio a las grandes ligas y casi dos años después ya anda entre las tres principales figuras de” entre las cuales habrá de salir el sucesor o sucesora del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
He de confesar que en agosto de 2021 su nombre me era poco conocido a pesar de que dos años antes había ganado la gubernatura de Tabasco y a pesar también de que ya había sido diputado local, diputado federal y senador de la República.
El 26 de agosto de ese año, el presidente Andrés Manuel López Obrador formalizó el relevo en la Secretaría de Gobernación (Segob). La salida de Olga Sánchez Cordero y la llegada al edificio de Bucareli de Adán Augusto López Hernández quien a ese momento todavía era gobernador de Tabasco. Horas después, él presentaba solicitud de licencia al cargo.
Las otras dos corcholatas del presidente, la jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard llevaban tres años frente a los reflectores y presencia mediática a nivel nacional que les dan sus cargos de primer nivel, algo que no ocurre con los gobernadores cuya presencia es relativa en medios tradicionales de alcance nacional.
Sin embargo, muchos mexicanos creímos, desde el momento de conocer esa noticia, que al poner un pie en la Secretaría de Gobernación, don Adán Augusto se estaba colocando inmediatamente en la antesala de una eventual candidatura de Morena a la presidencia de la República. Una baraja más del presidente, por si las otras dos le fallan. Es una estrategia que debería estar presente en todos los políticos de alto nivel: no colocar los huevos en una sola canasta o tener en reserva varias cartas.
Y, sin duda, así fue. Don Adán rápidamente empezó a dar resultados. Uno de sus principales actos públicos y notorios fue convocar a una reunión de los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), algunos de los cuales estaban en aquel entonces muy confrontados con el presidente López Obrador a grado tal que habían pronunciado discursos estridentes y frontales contra el mandatario nacional en encuentros anteriores, y en declaraciones periodísticas cada uno por su lado. El de Adán con mandatarios estatales, fue un encuentro terso y civilizado. El mensaje enviado fue que el nuevo titular de la Segob iba a privilegiar los consensos y negociaciones políticas, aunque ya en la práctica haya matices.
Eso dio un respiro a los gobernadores de oposición porque doña Olga Sánchez Cordero ni siquiera los pelaba, porque pensaba que era normal que el presidente se estuviera peleando constantemente con sus opositores, algo que es totalmente anti político.
Poco después, la intervención del nuevo inquilino de Bucareli fue clave para terminar con una ruptura interna entre senadores de Morena que estaba a punto de reventar en una plenaria que estaba próxima a llevarse a cabo.
De igual manera, intentó establecer una mesa de diálogo con los principales actores políticos del Partido Acción Nacional (PAN) quienes han estado apestados en Palacio Nacional por la simple y sencilla razón de que López Obrador sigue pensando que Felipe Calderón y el PAN le robaron la elección en 2006.
La pretendida mesa de diálogo quedó puesta, con manteles y todo lo demás. Nunca llegó a concretarse porque el presidente no estuvo de acuerdo con eso. No ha querido acuerdos con nadie de la oposición, muchísimo menos con los azules.
En distintos momentos, a Adán Augusto se le vio tratando de negociar en el Congreso de la Unión con opositores y con los de su propio partido para materializar los deseos del presidente con iniciativas de modificaciones constitucionales en la prolongación de las fuerzas armadas en las calles, en la reforma energética, en la reforma electoral, entre otros grandes temas. En muchos de los casos esas negociaciones resultaron infrutctuosas.
Seguramente el titular de Segob ha destrabado muchos otros temas políticos de relevancia nacional que no han trascendido a la luz pública, pero que le están ayudando a gobernar al presidente.
Todos esos casos, han motivado al presidente, López Obrador a que invite a su amigo a las conferencias mañaneras, desde Palacio Nacional o cuando va de gira por Tabasco, y le haya hecho reconocimientos públicos a su labor.
Y todo eso ha hecho que Adán Augusto López Hernández haya sido considerado entre las tres principales “corcholatas” del presidente López Obrador. Sin importar los porcentajes de popularidad que tenga en las encuestas, él está en la primera fila de los afectos del mandatario nacional, algo que jamás iba a ocurrir si Adán siguiera de gobernador de su estado natal.
TRAYECTORIA
El ahora secretario de Gobernación, nació en Paraíso, Tabasco, y es licenciado en Derecho por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, realizó estudios de derecho comparado en el Instituto de Derecho Comparado de París, es Maestro en Ciencias Políticas por la Universidad Sorbona Nueva-París y cuenta con un Diplomado en Derecho Notarial por la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1992 fue presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Estado de Tabasco, en ese mismo año es nombrado subsecretario de Desarrollo Político y Protección Civil del Gobierno del Estado de Tabasco.
En 1993 fungió como subsecretario de Gobierno y Asuntos Jurídicos.
Entre 1994 y 2018, fue titular de la Notaría número 27, en la ciudad de Villahermosa. De 2007 a 2009 fue elegido como diputado al Congreso del Estado de Tabasco de 2007 a 2009. Diputado Federal de 2009 a 2012 por el 04 distrito electoral federal de su estado. Fue senador de la República de 2012 a 2015.
En 2019 se convirtió en gobernador de Tabasco. En 2021 solicitó licencia para incorporarse como secretario de Gobernación.
alexmoguels@hotmail.com