Por fin hubo quienes salieran ayer en defensa de los ministros de la Suprema Corte de Justicia que encabeza Norma Lucía Piña Hernández, que no solamente marcharon en la Ciudad de México y en las capitales de las principales entidades, sino que, entre forcejeos, golpes y gritos, se enfrentaron al grupo de morenistas que mantenía un plantón con carteles ofensivos y lograron desmantelarlo.
Fueron centenares de hombres y mujeres, la mayoría de ellos de la tercera edad —para vergüenza de muchos apáticos y temerosos jóvenes—, que se atrevieron a marchar del Monumento a la Revolución al Zócalo, con proclamas, mantas y lemas como “¡La Suprema Corte no se Toca!”, “¡Piña no estás sola!” y enfrentarse al grupo de quienes desde hace más de un mes se apostaron frente a la sede judicial, cuya principal entrada tapizaron con injurias a los ministros y en particular a la presidenta del alto tribunal.
Cierres dominicales de campaña de candidatos a gobernadores de los estados de México y Coahuila en los que en el primero, la priista Alejandra del Moral y la morenista Delfina Gómez aseguraron llevar ventaja y se proclamaron como seguras ganadoras, en tanto en la entidad norteña, el también priista, Manolo Jiménez Salinas llega con clara y amplia ventaja sobre el guinda Armando Guadiana, aun con el apoyo de última hora del PVEM.
La declinación de éste, que apoyaba a Lenin Pérez, fue motivada por la advertencia del dirigente nacional morenista, Mario Delgado, de que, si no se sumaba a la candidatura de Guadiana, no iría en alianza con su partido en los comicios del año próximo, lo que ignoró el PT, que postuló a Ricardo Mejía Berdeja, el exsubsecretario de Seguridad Pública del Gobierno federal, al que su exjefe desconoció.
Si AMLO no se metiera en asuntos de otros países, como él rechaza que lo hagan en México, evitaría que lo declaren persona non grata, como lo aprobó el congreso de Perú y que la presidenta de ese país, Dina Boluarte, comparara ignorancia e inteligencia entre gobernante y gobernados mexicanos.
Lo peor es que los países que integran la Alianza del Pacífico, siguen en espera de que el mandatario mexicano entregue la presidencia temporal de la misma a Perú, luego de que al entonces presidente, Pedro Castillo, que es al país que le corresponde tenerlo, el congreso le negó permiso para venir a México, tras lo cual intentó un fallido golpe de Estado, que le costó destitución y cárcel.
Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, por Morena, y Dante Delgado, con Movimiento Ciudadano, se aprestan a descarrilar el proceso de sucesión presidencial.