Lotario de Segni, Inocencio III. Del siglo XXI al XIII
Gilberto Zava la/Ultimátum
Un like en una de mis publicaciones sociales, llamó mi atención. Traté de recordar de dónde provenía ese nombre. Estaba seguro que de algún libro o documento histórico. Finalmente, llegó: Lotario de Segni era el personaje central de Gerardo Laveaga en El Sueño de Inocencio, novela que me fuera recomendada como lectura política por el entonces líder nacional del SNTE, en 2013. Estaba seguro que el nombre tenía un sentido más allá del seudónimo en Facebook.
Lotario de Segni, nació en Gavignano, Italia en 1160. Descendiente de nobles relacionados con el poder de la Iglesia Católica del siglo XII; como estudiante de Derecho en Bolonia, en los tiempos del Papa Gregorio VII, centraba su interés por diferenciar la importancia entre la Teología y el Derecho desde la perspectiva de las relaciones del poder entre el Papa y el emperador, lo que esforzaba en gran manera a sus maestros a ir más allá de la glosa de los textos del Corpus Iuris Civilis.
El Lotario de Segni que me llevó a esta búsqueda insistente en la memoria, nació y creció en Mapastepec, Chiapas; lo recuerdo con profundo agradecimiento por la generosidad de su familia al recibirme como amigo de sus hijos. De esta familia, como muchas otras, guardo fresco en mi corazón la hospitalidad que me brindaron como profesor recién egresado de la normal rural Mactumactzá; iniciaba, entonces, mis primeros meses de trabajo en una escuela primaria multigrado rural en el ejido Santa Isabel. Efraín Aguilar –Lotario de Segni-, se define orgulloso Católico Mariano Romano, pues fue un seminarista que, en algún momento, perdió el sentido místico del mismo.
Aquel Lotario le tocó vivir el ascenso del Papa Gregorio VIII, en un tiempo de profundas divisiones entre los soberanos de Francia e Inglaterra y los reinados de la época. Con una visión aguda, Lotario de Segni apuntaba que el Papa debía contar con una autoridad tal, en la que nadie dudara de su misión divina, no se cansaba llamar a la unidad y a un solo liderazgo de la Iglesia. Generaba asombro entre sus compañeros estudiantes, además de un liderazgo estratégico como miembro del cuerpo eclesiástico, siempre cercano a las opiniones que se suscitaban entorno al papado.
El Lotario de Segni del escritor mexicano Gerardo Laveaga Rendón, estudió Teología en París. Le inquietaba en gran manera el papel de la Iglesia frente a Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1155. Escribió parte de su sueño en obras teológicas y ascéticas, entre ellas, De la miseria de la condición humana o Del Desprecio del mundo, en las que expuso, de manera refinada, una visión pesimista y moralista de la vida humana y sus miserias. Al morir Celestino III, asumió la Silla de San Pedro con el nombre de Inocencio III, a principios de 1198, e inicia una estrategia política por la cual se apodera de reinados y ducados y todo un ejercicio expansivo del poder papal. Ha sido uno de los Papas más influyentes y poderosos de la historia: defendió la supremacía absoluta del pontificado desde los asuntos espirituales y temporales; intervino, como nadie antes, en la política de varios reinos cristianos, predicó cruzadas contra los musulmanes y los herejes, favoreció la reforma eclesiástica y la aprobación de nuevas órdenes religiosas, e intentó la unión de las iglesias de Oriente y Occidente.
El hombre, que en su juventud soñó con unir a la cristiandad de su época, como Papa, hizo todo lo que estaba en sus manos para dividirla. Murió en Perugia, Italia, en 1216.
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