Día de la Libertad de Prensa
Alejandro Moguel/Ultimátum
A propósito del día de hoy, quiero recordar el origen de la celebración del 7 de junio. A finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta del siglo pasado, los periódicos tenían una enorme influencia entre la alta sociedad, empresarios, otros sectores de la sociedad civil y, principalmente, entre la clase política. Creo que por eso a esa fecha se le dio el nombre de Día de la Libertad de Prensa, no de Libertad de Expresión como se le conoce ahora.
En aquellos años, se denominaba prensa a todo lo que tenía que ver con periódicos. De hecho, si alguien busca en los diccionarios se va a encontrar con que las palabras “publicaciones”, “periódicos”, “diarios” y “rotativos” son tomados como sinónimos de prensa.
Hasta el día de hoy, en pleno siglo XXI, todos los líderes políticos, sociales y empresariales siguen convocando a conferencias de “prensa”, a pesar de que a ellas asisten representantes de periódicos, de radiodifusoras, televisoras y medios alternativos, los más nuevos. Se quedó ese nombre aunque el concepto lingüístico, consignado en los diccionarios, sea para referirse a algo más específico: periódicos.
Repito, la fecha registrada por la historia del periodismo en México, señala que fue instituido el Día de la Libertad de Prensa, aunque hoy todo mundo confunde el concepto y le llama Día de la Libertad de Expresión. Pero, en fin. Para el caso, la idea es que esa fecha esté dedicada a los trabajadores de los medios de comunicación.
Sin embargo, hay que estar conscientes de que las cosas han cambiado en forma radical en México, con respecto al trabajo de los periodistas. Poco a poco han ido desapareciendo los representantes de la vieja guardia del periodismo mexicano, quienes estaban formados a la vieja usanza. Muchos de ellos eran empíricos, pero desarrollaban un trabajo profesional, destacaron en su momento y dejaron huella para la posteridad.
Hoy, el periodismo mexicano ha entrado en una fase crítica. Primero, en su propio entorno porque la sociedad está en una especie de alucinación. Orillada por la clase política de siempre –incluida la naciente autollamada 4T-cuyos líderes mienten siempre, los ciudadanos cayeron en un rio de incredulidad y en un creciente desinterés por la lectura de periódicos. La televisión y la radio, por su parte, fueron perdiendo sus audiencias en forma sorprendente, hasta llegar al día de hoy en que las juventudes, desde los milenials hasta la generación de cristal que hoy está en la adolescencia, quienes prefieren la frivolidad de las redes sociales a consumir información profesional que orienta y conduce a estadios de mayor progreso intelectual y social.
La otra crisis está inmersa en los frecuentes asesinatos cometidos contra comunicadores de todo tipo en distintas partes del país. El periodismo en México navega hoy en un mar de aguas turbulentas por esas razones principales.
MIGUEL ALEMÁN
Efectivamente, el presidente Miguel Alemán Valdés (1946-1952) instituyó el 7 de junio de 1951 como el Día de la Libertad de Prensa. Algunos historiadores del periodismo en México cuentan que la iniciativa para que eso sucediera la tuvo el empresario y militar José García Valseca quien era dueño de una de las cadenas de periódicos más importantes de México, pero que la idea original era que el poder político se congraciara con la prensa cuya relación, basada en contratos publicitarios, estaba en su apogeo en esa época.
A partir de entonces, año tras año, el presidente en turno se reunía con los dueños de diarios y revistas del país para conmemorar esa fecha.
La seducción política de aquel entonces no quedó satisfecha. Por eso, en 1976, el presidente Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) aprovechó esa conmemoración para entregar el Premio Nacional de Periodismo cuya intención era reconocer la labor destacada de los profesionales de los medios de comunicación.
Estos reconocimientos fueron entregados por el gobierno federal en turno, desde esa fecha y de manera ininterrumpida hasta el 2001, cuando dejó en manos de un Consejo Ciudadano la responsabilidad de reconocer la labor de los periodistas.
El gobierno del presidente Vicente Fox Quesada, panista, (2000-2006) acabó con esa tradición que ya de por sí era mal vista por muchos comunicadores independientes y críticos del poder político porque, los mandatarios nacionales escogían, de entre una lista propuesta para los premios, a quienes eran más elogiosos a su gobierno.
¿QUIEN ERA VALSECA?
Pero a todo esto, ¿quién era el tal José García Valseca? Era considerado, en su época, un gran y arriesgado emprendedor. Cuando nadie creía que crear un periódico iba a ser redituable económicamente, él vio en ese ramo un nicho de oportunidades.
De acuerdo con el libro (Castañeda, 1995) El Periodismo en México: 500 años de Historia, de Luis Reed Torres y María del Carmen Ruiz Castañeda, de la editorial Edamex, los diarios de la Organización Periodística García Valseca empezaron a ser fundados en 1943 con El Fronterizo de Ciudad Juárez, y para 1968 ya estaba fundando el periódico número 30 de la cadena con Tribuna de Monterrey. Eso era, en esos tiempos, considerado como una hazaña.
Cuando nació el primer diario, en 1943, eso parecía una aventura descabellada, o por lo menos muy riesgosa. Sin embargo, poco a poco fue convirtiéndose –a lo largo de los próximos 25 años- en la organización periodística con mayor número de diarios en el mundo.
Así lo dejó consignado en sus páginas la revista norteamericana Newsweek (el 4 de diciembre de 1950). Cita: “aún en los días felices de William Randolph Hearst –que era propietario de 23 de los 1,900 diarios que se editaban en Estados Unidos en la década de 1930-1940, no existe ningún editor periodístico de los Estados Unidos que pueda mostrar una obra como la de García Valseca”. Bueno, pues a él se le atribuye haber dado la idea a Alemán Valdés de instituir la fecha que ayer se celebró en México.
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