*Sigo pensando que es una farsa el proceso interno de Morena
*Los 4 van con una compactación endeble, sueltos y sin árbitro
Alejandro Moguel/Ultimátum
Después de haber revisado todo lo dicho y actuado por las cuatro corcholatas –Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum-, y todo lo sucedido en la primera sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena, el domingo reciente, se ha advertido que el presidente, Andrés Manuel López Obrador logró que no hubiera una ruptura anticipada de esos cuatro contendientes internos del partido oficial. El éxito fue suyo porque él, sin lugar a dudas y desde Palacio Nacional, está conduciendo el proceso interno del partido guinda. Y si él lo está transportando y guiando es porque desea en forma afanosa que la elegida sea su preferida de siempre. Es tan evidente esa hipótesis que ni siquiera es necesario mencionar su nombre para saber de quién se trata.
Digo que la unidad es blandengue porque a juzgar por el comportamiento de rebeldía dos de los contendientes, Marcelo y Ricardo, los morenistas están celebrando en forma anticipada una compactación débil que a la primera de cuentas podría venirse abajo.
Ricardo Monreal declaró que él sí asistirá a todos los medios de comunicación sin excepción alguna, a pesar que uno de los requisitos exigidos es que las corcholatas eliminen a los comunicadores adversos a la 4T. Los cuatro firmaron un acuerdo, pero es un documento no vinculatorio y, por tanto, es como un llamado a misa.
¿Cuáles serían esos medios y/o periodistas incómodos, a quienes el presidente les ha tomado tirria, coraje y odio, y a quienes ataca y descalifica cada que tiene oportunidad? Todos son muy conocidos: Ciro Gómez Leyva, José Cárdenas, Loret de Mola, Víctor Trujillo, alias Brozo, Carlos Alazraki y Carmen Aristegui, entre otros.
Hay que recordar que Monreal y Marcelo sí se han dejado entrevistar por esos periodistas y el hasta ayer coordinador de los senadores morenistas advirtió que él si irá a todos los medios donde sea invitado para exponer sus propuestas como aspirante a la candidatura de Morena a la presidencia de México.
EUFEMISMO
Los morenistas siguen siendo los reyes del eufemismo. Es decir, que nombran a las cosas por un nombre distinto al real para evadir las leyes o las críticas que se les hacen por equis o zeta temas.
Todo mundo lo sabe, hasta en China están enterados, que Morena ya está en un proceso interno para nombrar a su candidato (a) a la presidencia de la República, pero los susodichos dicen que están nombrando a su Coordinador (a) Nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación quien, todo mundo lo sabe, será en automático, el candidato (a) a la presidencia de México para las elecciones del 2024.
PINCELADAS
Los detalles son súper interesantes. Ese coordinador o coordinadora será nombrado (a) mediante cinco encuestas que serán realizadas por distintas empresas, una de ellas será hecha por Morena y las otras cuatro serán elegidas por los cuatro contendientes; deberán renunciar “en forma definitiva” a sus cargos a más tardar el próximo viernes 16 de junio y, a partir del lunes siguiente y hasta el 27 de agosto –durante setenta días consecutivos- podrán realizar sus recorridos a lo largo y ancho de todo México; sus actos de proselitismo deberán ser sin derroche en publicidad y sin usar presupuesto o bienes públicos; deberán evitar debates públicos o descalificaciones mutuas; el levantamiento de las encuestas deberá ser entre el 28 de agosto y el 03 de septiembre próximos. Sus resultados serán revelados el 06 de septiembre.
Sobre ese particular, cada aspirante propondrá dos encuestadoras que terminarán siendo ocho en total y, en un sorteo, la Comisión de Elecciones elegirá a cuatro.
La Comisión de Elecciones hará una encuesta madre y las sorteadas harán cuatro encuestas espejo. Los encuestados marcarán el nombre de su preferencia y depositarán su elección en una urna. Sus resultados serán vinculantes e inapelables.
Deberán rechazar fondos privados para su promoción y se afirma que Morena les proporcionará viáticos. Desde el presidente, gobernadores y todos los demás funcionarios públicos están impedidos de hacer pronunciamientos a favor de alguno de los contendientes.
Todas las fechas están bien cuidadas, a efecto de que ocurran antes del inicio del proceso electoral federal. Así, será muy difícil configurar actos anticipados de campaña.
Asimismo, deberán evitar acarreo de personas, reparto de dádivas o prebendas y abstenerse de realizar alianzas inconfesables con grupos de interés.
FUERA DE CALENDARIO
Nadie ha dicho algo al respecto, pero el presidente ha adelantado un proceso interno de selección de candidato a la presidencia fuera del calendario electoral. Hay leyes que regulan los procesos internos de selección de candidatos a puestos de elección popular.
Es decir, las leyes electorales tienen previstas las normas: qué partido o coalición hará sus procesos internos de selección de candidatos; durante qué tiempo podrán hacer proselitismo, cuánto dinero van a usar y ese dinero deberá ser repartido en forma equitativa entre los contendientes, para que nadie gaste más que otros y para garantizar que no se permita el uso de recursos económicos del crimen organizado; los contendientes deben ser nombrados “precandidatos” y cada uno debe presentar reportes ordinarios de sus actos de proselitismo y los detalles de sus gastos, etcétera.
Por lo que podemos ver, las corcholatas no estarán sometidas a ningún control de ese tipo. Así que los cuatro están sueltos. Podrán gastar lo que les venga en gana y nadie los va a auditar.
O, ¿a poco Morena los auditará? ¿A poco alguien va a creer que Morena va a ser un árbitro imparcial?
Bueno, hay que recordar que ni ellos mismos confían que Morena sea su árbitro. Desconfían de las encuestas de ese partido y por eso van a contratar a cuatro empresas externas para que sus mediciones sean creíbles.
alexmoguels@hotmail.com