La fuente del león. Crónica de una calle del barrio Santo Domingo de Tuxtla Gutiérrez
Alejandro Sánchez/Ultimátum
La fuente fue inauguraba en 1902 casi a mitad de la cuadra que comprendía la calle “Fray Víctor María Flores” (hoy Primera Poniente en su banqueta oriente). Se ubicó entre las entonces Avenida “El triunfo” y Avenida “Auza”, hoy 2ª y 3ª Norte. La pila fue conocida así porque tenía empotrada una cabeza de un león y de su boca salía el agua. Estaba fundida en bronce y la pileta donde caía el agua era de forma rectangular y alargada. Se construyó en un terreno donado por Alfredo Cruz Yáñez esposo de Ángela Alegría. En esa calle vivieron las familias Cruz Alegría, Prisciliano Molano “Don Pishi”, Eligio Vázquez, Alejandro Paz, Josefa Chanona, Candelario Ovando, José García y su esposa Herlinda Albores.
La casa de “Pishi” Molano se ubicó en la esquina de la actual 2ª. Avenida Norte y en ese terreno metía ganado pues tenía un rancho por el rumbo del arroyo “Potinaspak”, de donde traía reses que mataba y vendía.
Llegó la modernidad en la época del Dr. Rafael Pascacio Gamboa y al introducir agua potable se mandó quitar la fuente, devolvieron el terreno al propietario y la cabeza del león fue retirada.
Un hecho raro fue que en la Primera Poniente (a la altura donde estuviera la Fuente del León), tres damas procrearon a siete hijos varones cada una. Uno de ellos, el profesor Óscar Mota Castillejos al darse cuenta de ese extraño suceso y que los niños eran casi de la misma edad, se dio a la tarea de investigar y al medir la distancia entre cada una de las casas, se percató que las tres madres vivían en un punto tal, que hacían un triángulo.
Así, Alfredo Cruz Yáñez y Ángela Alegría procrearon a 7 hijos: Filandro, Alfredo, Diego, Miguel, Héctor (trabajó por años en la imprenta de gobierno), Samuel y Noé,
Herlinda Fonseca: Eliseo, Antonio, Elpidio, Mario, Rubén, Porfirio y Miguel (padre de Miguel que fue conocido en el medio dancístico como “Miguelito” quien hacía de las suyas en el Parque Jardín de la Marimba).
Donato Mota Becerra e Isidra Castillejos Romano a Pedro Arturo (profesor), Julián Francisco, Donato Fermín (profesor), Víctor Noé (profesor), Óscar Celerino (profesor), Teodoro Aníbal y Enrique Isaías.
Lo curioso del caso no es que estas tres familias hayan tenido 7 hijos varones cada una de ellas, ni que este número sea cabalístico, ni fabuloso, ni maravilloso, sino que las tres vivían en casas distribuidas, de tal manera, que formaban ese polígono sin saberlo ellas.
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