Corcholatas en riesgo
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
A nadie puede engañar el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido, Morena, de que el corcholatoso proceso de selección del coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación representa una adelantadísima estrategia de elección interna del candidato presidencial para 2024.
“Si parece un pato, nada como pato y grazna como pato, entonces es un pato”. A la sazón, si parecen aspirantes, se mueven como postulantes candidatos y hablan mentirosamente como candidatos, no cabe la menor duda de que son precandidatos.
Pero más allá de lo que el tonto del pueblo pueda pensar, el mismo presidente López Obrador, desde el púlpito mañanero, se encargó de destapar a sus corcholatas desde hace casi dos años.
Desde el 5 de julio de 2021, el presidente de México abrió el proceso electoral de 2024, sin importarle la violación a las leyes y pasarse por el arco del triunfo a las autoridades en la materia. ¡Al diablo con las instituciones!
En aquel entonces no solo mencionó a Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, también desnudó las aspiraciones de Juan Ramón de la fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier (cuando todavía era su amiga), Rocío Nahle, y presumió que contaba con muchísimos cuadros en el flanco progresista liberal. “Afortunadamente hay relevo generacional”, afirmó.
¿Cómo puede negar ahora que quienes buscan la Coordinación de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación no son virtuales precandidatos a la Presidencia de la República?
Con estos elementos podemos decir que las corcholatas del presidente están en riesgo, porque si la oposición logra argumentar muy bien sus denuncias por campañas anticipadas y se aferra a conocer la procedencia de los recursos utilizados, el panorama político del país puede cambiar desastrosamente para el partido oficial.
Por eso han querido cambiar hasta el lenguaje utilizado, pero si se escarba tantito veremos que el presidente López quiso, inclusive, involucrar a los partidos de oposición al destaparles un día a 42 aspirantes, según él, solo que no se comieron la carnada.
Suponiendo sin conceder que los opositores obtuvieran la razón y se castigaran los actos anticipados de campaña. ¿Cómo justificaría Claudia Sheinbaum sus constantes salidas de la Ciudad de México para encabezar mítines en diferentes partes del país?
¿Cómo probaría Marcelo Ebrard sus jornadas que nada tenían que ver con la Secretaría de Relaciones Exteriores a lo largo y ancho del territorio nacional? No hay manera de cómo defenderlos.
Si se aplica estrictamente la ley podrían perder la oportunidad de participar en la elección presidencial de 2024, en caso de que alguno resultara candidato oficial de Morena.
Adán Augusto López, en cambio, podría explicar que sus recorridos por todo México tenían que ver con su tarea como secretario de Gobernación, además de atender las instrucciones de su “hermano”, el presidente López Obrador para entregar obras y apoyos sociales.
El tabasqueño sería el más beneficiado si en el litigio electoral salieran raspados Claudia y Marcelo. Los demás, como ya lo hemos dicho antes, solo son bufones que buscan acomodarse para el próximo sexenio. Sasso89@hotmail.com