Frente opositor con la fuerza ciudadana
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
Con la construcción del Frente Amplio por México (FAM), el PRI, PAN, PRD y organizaciones de la sociedad civil estarán en la antesala de la elección de su candidato a la Presidencia de la República que disputará el cargo a Morena en 2024.
Se avizora la construcción no solo de un FAM fuerte, sino de la elección de un abanderado muy robusto que podría alzarse con la victoria en los comicios presidenciales del próximo año, si, obviamente, logra construir propuestas que animen a todos los sectores de la sociedad a votar.
Como ya se ha dicho, la del 2024 será la madre de todas las elecciones. Para el partido oficial no será un día de campo por el desgaste que ha sufrido a lo largo de casi cinco años, en los que se ha evidenciado un mal gobierno que no ha cumplido con las expectativas del pueblo de México.
Por ejemplo, si en la campaña de 2018 Andrés Manuel López Obrador hubiera dicho que la estrategia para combatir el crimen organizado era la de “abrazos, no balazos”, los 30 millones que votaron por él le habrían negado el sufragio.
Si en su arenga hubiera mencionado que iba a dejar desamparados a los niños con cáncer o que iba a desaparecer las guarderías, ninguno de los padres de familia que tenían ese beneficio le habría dado su apoyo.
Así sucesivamente podemos mencionar promesas incumplidas. Es decir, la campaña de Andrés Manuel López en 2018 se fundamentó en la mentira y su gobierno le dio continuidad a la falacia. Todo ha sido un engaño.
Ahora bien, qué le van a ofrecer los candidatos de Morena al electorado en 2024, si todas las promesas que la gente quería escuchar ya se las dijeron en los procesos pasados y no han visto resultados, mucho menos han salido de la condición en que se encontraban.
Los últimos resultados electorales también demostraron que aun con candidatos o candidatas adelantadas, mediante el uso de toda la fuerza del estado y la utilización ilegal de los programas sociales como método de presión para ganar votos, Morena no ganó arrolladoramente.
Por eso la estrategia del presidente López fue adelantar el proceso presidencial desde la mitad de su des(gobierno) y tratar de mantener a su partido, Morena, en el interés de la ciudadanía.
Ahora ya no haya cómo resolver el problema legal que les puede causar su campaña anticipada, pues ha puesto en riesgo a sus mejores cuadros aspirantes a sucederlo en el cargo.
Se sabe, además, que toda esa faramalla de elegir a un coordinador de los Comités de Defensa de la 4T solo es para fortalecer a Claudia Sheinbam, quien es la elegida por el dedo impositor de López Obrador.
Se augura entonces que el FAM pueda tener éxito, ya que se ajusta a la legalidad.
La primera etapa comenzará el 4 de julio con los registros de las y los ciudadanos que quieran participar para ser el o la responsable nacional para la construcción de este gran frente.
En la segunda etapa, los perfiles participarán en un primer foro para discutir y analizar su visión sobre México; donde será prioritaria la participación ciudadana, la cercanía con expertos y la opinión pública.
Posteriormente pasarán a una tercera etapa, en la que los finalistas deberán asistir a cinco foros regionales. Los resultados de estudios de opinión se publicarán el 3 de septiembre.
Una vez concluido este ejercicio, se darán a conocer los resultados finales y se anunciará el nombre de la persona responsable de la construcción del Frente Amplio por México.
Es una buena estrategia de la oposición, solo que deben unirse todos para que no les pase lo mismo que en 2018.
En aquella ocasión muchos privilegiaron el interés personal y, en vez de procurar una gran alianza entre todas las fuerzas políticas del país, se dividieron y los resultados están a la vista.
Lo injusto de todo es que las consecuencias de los pleitos entre políticos no las pagan ellos, sino el pueblo que abdica su poder a una sola persona a través de las urnas, y esa persona puede resultar buena o mala para gobernar.
Sasso89@hotmail.com