Enrique Hernández Escobar/Ultimátum
Parece que no solo los astros se alinean para el chiapaneco Zoé Robledo en su búsqueda de la gubernatura de Chiapas en 2024, también las encuestas lo respaldan.
Tan solo este mes de junio, tres ejercicios de medición coinciden en que las preferencias electorales se concentran, aproximadamente en un 50%, en el partido que llevó al triunfo al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador Rutilio Escandón Cadenas, y que el perfil que ganaría con amplio margen es el de Zoé Robledo Aburto, actual director general del IMSS.
De las encuestas de C&E Research, Rubrum y Massive Caller de junio se desprende, además, que incluso sin la coalición con el Partido Verde y el Partido del Trabajo, MORENA y Zoé ganarían con un margen del 35%.
Por ejemplo, si el senador Eduardo Ramírez Aguilar decidiera no respetar los resultados de la encuesta para elegir al coordinador de la defensa de los comités de la cuarta transformación, rompiera los acuerdos y actuara de manera independiente, como lo hizo en la elección pasada, aún así MORENA y Zoé ganarían.
En un rápido enfrentamiento, si Zoé va solo con MORENA y Eduardo Ramírez solo con el PT, la diferencia es bastante abrumadora: Zoé alcanzaría un 43% de las preferencias, mientras que aquel que declaró con Adela Micha que iría con cualquier partido solo tendría un 8%.
Falta un año para la elección, y muchos dirán que es muy pronto para establecer esta tendencia, pero hay un factor adicional y determinante: lo que diga el dedo del mayor elector del país. Y en Chiapas no quedará otra opción que acatar, alinearse y cerrar filas, ¿o acaso alguna vez ha sido diferente? Es claro que la apuesta es por el futuro y no por el pasado. ¿O deberíamos empezar a decir que es hacia el porvenir?
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