Esquiroles al basurero
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
Las renuncias de Nuvia Mayorga, Erubiel Ávila, pero fundamentalmente de Miguel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu (senadoras y senadores de la república), no representan una pérdida para el PRI, sino más bien es la extracción de ese mal que le hizo daño a ese partido.
Su permanencia en el Revolucionario Institucional, además, ya no era moralmente sostenible después de operar para Morena y su candidata Delfina Gómez en la elección de gobernadora del Estado de México. Antes de que los expulsaran solitos se dieron de baja.
A eso hay que agregarle que por la larga cola que arrastran, tiemblan de miedo ante la amenaza de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador los meta a la cárcel si no se prestan a sus maquiavélicas estrategias y prefirieron huir del partido al que debilitaron cuando estuvieron en cargos de dirigencia.
Claudia Ruiz Massieu fue presidenta del CEN del PRI en 2018, en sustitución de René Juárez Cisneros; fue secretaria de Turismo en el gabinete de Enrique Peña Nieto, y, además, es sobrina del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
Sí, quien ahora le hace el trabajo sucio a Morena para desaparecer al PRI, es hija de Adriana Salinas de Gortari, hermana de aquel a quien Andrés Manuel López Obrador, en sus tiempos de aguerrido opositor, llamaba “El Innombrable”.
Miguel Osorio Chong también fue secretario de Organización del tricolor en 2012 y, posteriormente, fue designado secretario de Gobernación por Enrique Peña Nieto.
Sobre él, en su momento, pesaron acusaciones muy fuertes que, inclusive, lo llegaron a relacionar con el crimen organizado.
Además, cuando fue gobernador del estado de Hidalgo la oposición lo acusó de hacer uso de programas sociales y recursos públicos a favor de candidatos del PRI en elecciones municipales, estatales y federales.
Es evidente que ninguno de los que renunciaron ayer son lo mejor del PRI. Por ello, al contrario de causar preocupación al actual dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, éste más bien celebró que se hayan ido los “lacayos, esquiroles y esbirros” que nunca le metieron el hombro a su partido en esta época de crisis.
Se fueron, dijo, para conseguir impunidad, evitar investigaciones en su contra y buscar un puesto en el gobierno. Es decir, su salida no representa nada porque nunca estuvieron y la militancia del PRI “los aborrece, los vomita”.
Lo cierto es que si le estaban haciendo la chamba a Morena desde el interior del PRI, ahora lo harán oficialmente, desde afuera, sin máscara.
Al final de cuentas, estas “finas y bellas personas” buscan seguir mamando de la ubre gubernamental, no importa con qué chaqueta.
Preocupa, sin embargo, que esas verdaderas fichas del pasado, que han saqueado y dañado constantemente al país, como muchos que están ahora en Morena, vayan a ser premiados en un nuevo cargo en el gobierno actual o el que viene.
Así ha sucedido con todos los que se han alineado a los caprichos del presidente López Obrador, en vez de ser juzgados.
La prueba más reciente son los ex gobernadores que entregaron la plaza y hoy disfrutan impunemente de lo que arrasaron, además de los placeres de una embajada en el extranjero.
SASSÓN
Sale una cuerda más de “distinguidos” ex priistas para fortalecer las filas de Morena. Lo bueno es que ya enfundados con la chaqueta guinda se borra todo su pasado de corrupción.
Sasso89@hotmail.com