Eso sólo es el comienzo
Alejandro Moguel/Ultimátum
Ayer fue la noticia. Hoy inevitablemente tienen que aparecer los comentarios, los análisis y las interpretaciones periodísticas. Por favor, que nadie se sienta atacado y vea a un texto periodístico como una agresión o embestida. Estos pasajes del lenguaje escrito tienen como único andamiaje el argumento que proporciona la razón y la inteligencia humana de quien los escribe.
Que el periódico Reforma publicó ayer en sus ocho columnas una nota informativa cuya cabeza es “Goza líder del Senado penthouse de 22 mdp” tiene como principal sustento copia de una escritura pública que está a nombre de Julio Hernández Domínguez, un campesino del ejido Nuevo Chapultepec, en el municipio de La Trinitaria, y afirma que en esa propiedad vive el senador chiapaneco líder de la bancada de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República.
La nota firmada por los reporteros Benito Jiménez y Mariana Morales está acompañada por fotografías de la ranchería donde vive el supuesto dueño de esa propiedad. Llaman la atención dos aspectos fundamentales: que las características de esa área rural se contraponen claramente con el linaje y la estirpe de quienes viven en el lujoso departamento ubicado en la exclusiva zona de Polanco en la Ciudad de México y, además, porque esa zona corresponde al municipio de La Trinitaria, colindante con Comitán de Domínguez, de donde es originario el miembro de la Cámara Alta. La nota sugiere que pudiese haber una vinculación amistosa y de complicidad entre los dos oriundos de esas tierras vecinas.
Con respecto a que el citado legislador federal vive en ese penthouse, el periódico únicamente presenta su dicho y una fotografía donde aparece el senador ejercitándose en un gimnasio, que supuestamente está dentro del departamento. No presenta más pruebas sobre eso.
El periódico pidió la versión de Lalo Ramírez y éste respondió que sí vive ahí, que está rentando a una empresa y que no conoce a los dueños.
El rotativo sólo presenta la información, pero la interpretación es la más importante. Los datos allí contenidos hacen surgir muchos escenarios, ¿verdad? Por ejemplo, la nota hace pensar que el campesino pudo haber fungido como un prestanombres del legislador. Algo que no se ha podido comprobar y no creo que pueda acreditarse en el futuro.
Y se piensan muchas cosas que revotan en la honorabilidad del político en cuestión. Eso produjo la nota.
Él inmediatamente respondió en la mañana de este miércoles que es totalmente falso que él tenga propiedad alguna en la Ciudad de México, que está rentando y que su casa y su destino están en Chiapas.
Afirma que todo es parte de un golpe mediático en su contra y que él sabe de dónde viene esa agresión. Él cree que todo eso está sucediendo por dos cosas fundamentales: por su definición a favor de la Cuarta Transformación y porque está encabezando en Chiapas las preferencias ciudadanas hacia las elecciones para gobernador de 2024.
Asegura que él sabe de dónde vienen esos ataques y a ellos –cuyos nombres no mencionó- les pide que se pongan a trabajar y que jueguen limpio.
Una semana antes le tocó al otro aspirante a gobernar Chiapas, Zoé Robledo Aburto. Varias publicaciones periodísticas con impacto nacional y en redes sociales lo cuestionaron duramente por la presunta responsabilidad del IMSS, a cuyo frente está él, de la muerte de una niña de seis años al haber sido aplastada por un elevador descompuesto del IMSS en Playa del Carmen. La menor, enferma de dengue, era trasladada en una camilla cuando ocurrió el percance. El hospital del IMSS intentó deslindarse y acusó a una empresa subcontratada de haber sido responsable por no haber colocado la señalización adecuada para prevenir la fatalidad.
En honor a la verdad, los directivos inmediatos del IMSS en Quintana Roo tienen que haber sido los responsables directos e indirectos de ese suceso que enlutó a una familia. Los directivos son responsables indirectos porque no obligaron a sus subalternos a que estén al pendiente de esos pequeños detalles que pueden significar vida o muerte, como el caso de la niña mencionada. Pero como Zoé es un político importante, cercano al presidente y fuerte aspirante a la gubernatura chiapaneca, sobre él pesan las críticas mediáticas.
Ese suceso fue registrado el reciente 11 de julio y hasta ayer no se había esclarecido el hecho, el cual fue atraído por la Fiscalía General de la Republica (FGR), cuya delegación en Quintana Roo está a cargo de otro chiapaneco, Raciel López Salazar.
SIN FILIAS NI FOBIAS
La verdad, la verdad, ambos sucesos tienen claramente una implicación política, porque los dos aludidos son los más fuertes aspirantes a gobernar Chiapas a partir del 2024. Sin embargo, eso no quiere decir que no deban ser investigados.
Los dos casos deberían ser indagados hasta que haya una explicación convincente de qué es lo que sucedió para despejar dudas con respecto a que no haya habido negligencia en la muerte de la niña de directivos del hospital referido en Playa del Carmen y que la empresa contratada para dar mantenimiento a los elevadores de dicha institución de salud no haya sido objeto de la corrupción. Que se aclare y punto.
Y que Eduardo también explique con toda claridad que él nada tuvo que ver con la compra de ese lujoso departamento en Polanco con valor actual de 22 millones de pesos. Que se aclare y punto.
Ambos tienen ya, a estas alturas, muchos simpatizantes y seguidores y ellos, seguramente, son los más interesados en que sus líderes lleguen lo más limpios posibles a la competencia cuyo proceso va a empezar en fecha muy próxima. Moraleja: la ventilación pública de esos asuntos debería obligar a los políticos a que se conduzcan dentro de rangos aceptables de honorabilidad.
alexmoguels@hotmail.com