El gobierno mexicano desplego al inicio de esta semana 300 elementos del Ejército y la Guardia Nacional en los municipios fronterizos de México con Guatemala ante los casos de violencia generada por la delincuencia organizada.
En los primeros días de este mes han sido asesinadas al menos cinco personas en los municipios de la frontera con Guatemala; estos casos está presuntamente relacionados con actividades de la delincuencia organizada y confirma el análisis de la Séptima Región Militar, dado a conocer en abril del año pasado por los hacktivistas de Guacamaya.
Ojalá que este despliegue militar permita el restablecimiento del Estado de Derecho en los municipios fronterizos de Chiapas, especialmente en Suchiate, Frontera Comalapa, Chicomuselo y La Trinitaria, que desde hace varios años están padeciendo el enfrentamiento entre bandas rivales del crimen organizado.
El coronel de caballería David González Carrasco, entrevistado por la agencia EFE, informó que el despliegue está para atender cualquier contingencia a nivel seguridad pública o bien del Plan DN-III, destacando que no tiene que ver con la inmigración.
“El municipio de Suchiate ha sido de importancia estratégica para el estado de Chiapas, no solamente porque es el punto de entrada al país, sino porque en este municipio confluyen intereses políticos y económicos de nivel internacional”, explicó el jefe militar.
La frontera sur de Chiapas se ha convertido en una sucursal del crimen, encabezó un periódico local, al informar sobre cinco casos documentados de personas asesinadas en los municipios de Suchiate, Unión Juárez y Tapachula, en los primeros días de julio de este año.
Los hechos de sangre comenzaron el pasado 12 de julio cuando el cuerpo de una persona que presuntamente fue asesinada en Guatemala y arrojado al río Suchiate, apareció del lado mexicano a la altura del ejido Jesús Carranza del municipio de Suchiate.
Por otra parte, el 15 de julio, fue asesinada una pareja de nicaragüenses que viajaba a bordo de una camioneta sobre la carretera Unión Juárez – Cacahoatán, a la altura del ejido Trinidad.
Ese mismo sábado, fue asesinado el presidente del comité de vigilancia del Ejido Cuauhtémoc, Héctor Velasco Armenta, quien fue baleado en la colonia Cuauhtémoc del municipio de Suchiate.
El operativo militar empezó el lunes en la avenida Central Norte de Ciudad Hidalgo, cabecera municipal de Suchiate, con la presencia del general José Joaquín Jiménez Cueto, comandante de la Trigésima Zona Militar y del inspector jefe José de Jesús Mora Robles, coordinador de la compañía de la Guardia Nacional.
De acuerdo al informe militar que se conoció por la filtración de Guacamaya, el narcotráfico, el tráfico de personas, de estupefacientes y armamento, y de diversas mercancías ilícitas, han venido deteriorando la seguridad en la frontera sur del país, donde la Secretaría de la Defensa Nacional, identificó la presencia del cártel de Sinaloa, además de que operan los grupos guatemaltecos de Los Huistas y la Mara Salvatrucha.
A esto se suma los numerosos pasos informales y la escasa vigilancia de las autoridades locales, lo que facilita a los integrantes de la delincuencia organizada desarrollar sus actividades con total “impunidad”.
Según autoridades de Estados Unidos, Los Huistas abastecen de droga a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Para dicha actividad, utilizan las rutas terrestres y marítimas, dando continuidad a los vuelos ilícitos que cruzan la línea fronteriza transportando cocaína con el propósito de aterrizar en pistas clandestinas de ambos países para continuar con el trasiego de droga hacia el norte de México.
Asimismo, se ha documentado una disputa interna por el control de actividades ilícitas, entre las células del cártel de Sinaloa, Los Huistas y del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que representa un riesgo de confrontaciones armadas en la región de Frontera Comalapa.RDM