La educación como práctica de la libertad
Enriqueta Burelo/Ultimátum
Una vez más tenemos en el escenario, el tema de los libros de texto gratuitos, los cuales surgen un 12 de febrero de 1959, siendo presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Adolfo López Mateos, quien emitió el decreto mediante el cual se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, CONALITEG.
Casi un año después de la creación de esta Comisión el 16 de enero de 1960, en la escuela rural Cuauhtémoc, del municipio de El Saucillo, en el estado de San Luis Potosí, la niña María Isabel Cárdenas recibe los primeros libros para el primer grado con sus cuadernos de trabajo, en un acto presidido por el gobernador del estado, Francisco Martínez de la Vega, y el secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet. En aquella primera entrega, se distribuyeron en todo el país más de 16 millones de libros de texto y cuadernos de ejercicios.
Se trataba de que esta gratuidad dejara de ser un término jurídico sin posibilidades de cumplimiento, a la vez que establecer un medio de cultura al alcance de todos que contribuyera a la formación de un nuevo mexicano. Dentro de este contexto es que se decide la creación de la nueva Comisión y entregar libros no sólo a las escuelas públicas, sino también a las privadas, pues para López Mateos: “Todos son niños y todos son parte de nuestro pueblo”
Hoy nos enfrentamos al diseño de los nuevos textos gratuitos que en breve serán repartidos por todas las escuelas del país, lo que ha suscitado amparos, criticas, y toda una serie de acciones para impedir su distribución.
Es importante reconocer que desconocemos los nuevos LTG como comúnmente se les abrevia, sin embargo, no queríamos dejar pasar por alto, una reflexión sobre el tema:en primer lugar es importante señalar que un libro de texto es una forma sintetizada y formalizada pedagógicamente de lo que se desea transmitir y tiene, al menos, tres funciones: a) como herramienta de enseñanza para el personal docente; b) como material de aprendizaje directo para las alumnas y los alumnos; y, c) como instrumento de equidad y enriquecimiento cultural para las familias.
El libro de texto ha sido fundamental en especial en el nivel básico, como una guía de estudio, desde que se inician las escuelas durante el siglo XIX dentro de una concepción más moderna de la enseñanza, recuerdo que a nivel medio superior, tanto en la secundaria como en la preparatoria tuve maestros que no tenían un texto básico para la enseñanza de tal o cual materia, sino que utilizaban capitules de tal o cual libro, para ampliar los conocimientos adquiridos en el aula a través de la disertación del o la docente.
En nuestro país imbuido durante varios siglos de una religión única la católica, que en nuestra primera Constitución era la religión oficial, una de las primeras tensiones ideológicas se vivió con el laicismo y posteriormente con la educación sexual, hasta hoy en día causa escozor señalar que se debe impartir educación sexual en las escuelas, los padres de familia, y también señalan que es un tema para abordar en casa, a pesar de que es un hecho que muchos males que hoy aquejan a nuestro país como el abuso sexual infantil, el acoso, las violaciones, podrían erradicarse con una comprensión sana de nuestra sexualidad.
A buenos años de distancia de la reforma al articulo 3o Constitucional, coincido en que la educación debe ser laica, desde la visión del gobierno de Lázaro Cárdenas, periodo en que se estableció que la educación que imparta el Estado será socialista y, además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.
Aunque el término “socialista” causó debates e incomodidad en algunos sectores, ésta, más que ser concebida en el sentido ortodoxo del término, se interpretó como “escuela socializada que no estuviera al margen de la vida y la sociedad, sino que combatiera sus lacras y actuara en defensa de las clases desposeídas”, según se expresó en el “Plan de Acción de la Escuela Primaria Socialista”. El propio presidente lo expresó así: “La educación socialista combate el fanatismo, capacita a los niños para una mejor concepción de sus deberes para con la colectividad y los prepara para la lucha social en la que habrán de participar”.
A propósito de los libros de texto gratuitos, Sergio Sarmiento, hace una critica de los autores que sirven de sustento ideológico, entre ellos Paulo Freire, quien de acuerdo con el columnista, concibe la educación como un medio para liberar a la sociedad del capitalismo, ese no es el propósito de la educación vista con los ojos del autor de Pedagogía del Oprimido, para él, la educación sólo puede ser entendida como práctica de la libertad, es decir, como una acción social tendiente a la realización del ser humano. La relación entre educación y libertad se crea a partir de la defensa antropológica y pedagógica del ser humano como una especie llamada a “ser más”, a construirse permanentemente.
A mi me toca hablar de mis queridos libros de texto gratuitos, y efectivamente como dice Sarmiento,los libros se repartían y reparten en todas las escuelas, y en mi caso, estudiante de una escuela privada, tenía otros libros que la escuela recomendaba,no necesariamente mejores, pero eso no me impidió leer los LTG, y lo hice por mi cuenta, sin que nadie me obligara y los disfrute,y se repartían también para el sector privado, ya que como en un momento lo señaló López Mateos,la infancia es México.
Habrá que revisar los nuevos textos con ojos críticos, ya que serán el material que servirá de guía para el docente, el alumnado y de lectura a las familias, esto ultimo lo señalo porque los padres de familia, tienen el deber de examinar el material de estudio de sus hijos e hijas.
enriquetaburelomelgar@gmail.com