Efecto colateral
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
Las decisiones que Morena tome en materia electoral, en cuestión de género, seguramente tendrán alguna repercusión en Tabasco y Chiapas, dos entidades del Sureste mexicano en donde presumiblemente el partido oficial es invencible, por ahora.
En Tabasco hay muchos aspirantes, hombres y mujeres, pero solo son dos grupos los que se pelean la plaza, Javier May Rodríguez y Adán Augusto López Hernández; el primero es el maquinista del Tren Maya y el segundo es aspirante a la Presidencia de la República.
En Chiapas también hay varios pretendientes, hombres y mujeres, solo que aquí la disputa está más identificada entre Zoé Robledo Aburto y Eduardo Ramírez Aguilar; el primero es director general del IMSS y juega beis con el presidente, y el segundo es presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República y está identificado con Manuel Velasco.
Por ejemplo, en Tabasco se comenta que la corcholata López no permitirá, por ningún motivo, que Javier May sea el abanderado del partido vino tinto, aunque se sospecha de un acuerdo en lo oscurito con el presidente Andrés Manuel López Obrador desde 1988.
Adán Augusto tiene varias cartas de la rama varonil con las cuales jugar. Cuenta con Mario Llergo, representante de Morena ante el Consejo General del INE; Jaime Lastra Bastar, presidente de la Jucupo en el Congreso del Estado, y Raúl Ojeda Zubieta, líder del Consejo Político Estatal de Morena.
¿Y las mujeres dónde andan? Buena pregunta, porque en materia de equidad de género el panorama electoral cambiaría totalmente las expectativas.
Del lado de la corcholata tabasqueña están su hermana Rosalinda López Hernández, a quien por cierto ya le metieron una buena tunda en Latinus al revelar contratos millonarios de empresas fantasmas con el gobierno de Chiapas, y Yolanda Osuna Huerta, alcaldesa del municipio de Centro.
En este estira y afloja podría salir ganando la senadora Mónica Fernández Balboa, quien entraría como tercera en discordia.
En el estado que gobierna Rutilio Escandón Cadenas están, principalmente, la senadora Sasil de León Villard, ligada también con el ex gobernador Velasco Coello, y la alcaldesa de Tapachula, Rosa Irene Urbina, quien es fundadora de Morena.
El asunto es que, por ejemplo, en Chiapas los que puntean en las encuestas son Zoé Robledo y Eduardo Ramírez, de las mujeres presumiblemente va arriba Sasil de León.
Si la corcholata Velasco presiona en la mesa de negociaciones para que la balanza se incline a favor de su ex colaboradora, entonces ¿qué harán con los hombres que supuestamente tienen más respaldo electoral? ¿Zoé y Eduardo Se quedarán cruzados de brazos y apoyarán sumisamente a su compañera o buscarán otras opciones?
Digamos que aquí ya se empieza a poner interesante el asunto, porque en Tabasco sucede lo mismo, pero más complicado.
Si en el estado que gobierna Rutilio Escandón va mujer, en Tabasco seguramente iría hombre. Adán Augusto podría someterse, tal vez, y aceptar a Javier May como abanderado, pero al maquinista del Tren Maya se le complicaría ganar sin el apoyo de los “exitosos López”.
Si por el contrario se decide que en la tierra del presidente López Obrador se designe a una mujer, la presión en la mesa de negociaciones sería a favor de Rosalinda, y Javier propondría a su pareja Lorena Méndez Denis, digamos que una “Juanita”, porque es totalmente desconocida en la entidad.
Esto complicaría las cosas en Chiapas, porque entonces tendrían que tomar una decisión entre Zoé Robledo y Eduardo Ramírez, pues ambos aseguran ir en la cresta de las encuestas y si se dividen ya no van a vencer.
En Morena tienen que estudiar detenidamente los pro y los contra al tomar sus decisiones, porque un mal arbitraje cupular podría debilitar al partido oficial, ahora invencible, y llevarlo a la derrota en 2024, tanto en Tabasco como en Chiapas, según sea el caso.
La moneda está en el aire. Todavía falta prácticamente un año para la elección constitucional y en Morena tendrán que valorar también que en 2024 Andrés Manuel ya no irá en la boleta para remolcar a nadie, como sucedió en 2018.
SASSÓN
Ernesto Carballo, hace 15 o 20 años, lloraba porque ya en edad adulta su mamá le daba solamente 20 pesos para que pagara su transporte colectivo de ida y vuelta a casa. Se conmiseraba con un amigo para que lo invitara a comer y le convidara unas chelas, pero mírenlo ahora como ha prosperado con Rosalinda López. Nadie se podría imaginar que años más tarde sería un próspero empresario y ganadero, además.
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