Acuerdos, por encima de afectos
Alejandro Moguel Serrano/Ultimátum
La noticia dada a conocer ayer por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, confirma una vez más que, en política y en la inmensa mayoría de las veces, los acuerdos valen más que los sentimientos que brotan del corazón.
El propio mandatario nacional, en su conferencia mañanera y sin que nadie le preguntara, anunció que el actual director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto permanecerá en la institución para consolidar el sistema IMSS Bienestar y que ya no buscará la gubernatura de Chiapas. Con ese anuncio, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Eduardo Ramírez Aguilar se perfila como el más fuerte aspirante a esa posición.
Los profesionales y dedicados de tiempo completo a la vida pública, deben saber que la negociación es una regla elemental de la política y aquel que tenga la virtud de entregar a cada quien lo que le corresponde en esos terrenos, podrá caminar con mayor holgura sobre los espinosos senderos de la política.
En política nadie debería perder todo y nadie debería ganar todo. Cada uno debería tener el pedazo de pastel que le corresponde, de acuerdo con su propio peso específico. Si se hace una distribución más o menos justa, todos estarán más o menos contentos. Si hay desplantes autoritarios y ventajosos de parte del poderoso, las cosas se complicarán aún más.
LUNES BULLICIOSO
Algunos observadores aseguran que todo debió empezar aquella mañana del 05 de mayo del presente año, cuando López Obrador y Ricardo Monreal Ávila aparecieron, en una fotografía, sonrientes y tomándose de las manos en una muestra de amistoso reencuentro, y de que los malos momentos habían quedado atrás.
Rápidamente se entendió que AMLO estaba preparando el escenario para que un mes después, Morena arrancara, con el piso aplanado, su proceso interno para elegir al coordinador (a) nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación y, a la postre, candidato (a) de Morena a la presidencia de México.
“El regreso de Ricardo Monreal al regazo de López Obrador”, tituló el periódico español El País. Todo mundo interpretó que, en ese encuentro, el zacatecano había negociado la jefatura de gobierno de la Ciudad de México para él y la gubernatura de Chiapas para Eduardo Ramírez Aguilar, su muy cercano amigo.
Fue solo una especulación que ha estado flotando todo ese tiempo en el ambiente político de alto nivel, pero los hechos sucedidos desde aquellos días, hasta hoy, parecen comprobar esa hipótesis.
Después de aquella reunión con Ricardo, que había estado pausada durante varios meses, López Obrador dictó los acuerdos de sus “corcholatas”, ordenó fueran llevados al Consejo Nacional de Morena el domingo 18 de junio, firmaron los cuatro –Sheinbaum, Adán Augusto, Marcelo y, por supuesto, Monreal-, y el lunes 19 todos iniciaron los recorridos nacionales con el camino aplanado. Haya sido como haya sido, en esa mañana, AMLO volvió a apagar un fuego de Monreal.
Desde aquel momento, hasta ayer, dicen, cuentan y aseguran, tuvo que haber un hilo de conducción que uniera un punto con el otro. Es decir, Monreal ha respetado los acuerdos y AMLO, parece que también lo está haciendo. Pero como en el futbol, en política hasta el último segundo cuenta.
De todas formas, la disciplina mostrada por Zoé lo van a mantener en las grandes ligas y en posiciones importantes del gobierno federal en este y en el siguiente sexenio.
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